Silvina Cian, de la tele y la radio al "desafío inmenso" de la política
Es locutora y comunicadora. Nació, creció y sigue residiendo en el barrio República del Oeste. Una caminata y charla distendidas por avenida Freyre para conocer un poco más sobre la precandidata a concejala de la ciudad de Santa Fe.
"Avenida Freyre para mí es importantísima porque es la avenida de mi infancia", dice Silvina. Manuel Fabatía
Silvina Cian mira a la cámara gran parte de la entrevista. Es experta en esas lides: viene de trabajar durante 19 años en la televisión, con alta exposición como notera del noticiero central de Telefé Santa Fe y presentadora del Quini 6. También maneja el volumen, las pausas y cortes de su voz a la perfección; es locutora -entró con 18 años a la radio- y comunicadora social. Como tantos otros "outsiders" de la política, decidió que era el momento de dar el salto de los medios a una precandidatura a concejala de la ciudad por el espacio "Unidos para Cambiar Santa Fe".
La distendida charla transcurre, caminata de por medio, por el cantero central de Avenida Freyre, a tres cuadras de la casa donde nació y reside actualmente, en el barrio República del Oeste. "Esta es una decisión que vengo madurando desde hace bastante tiempo y ahora la tomo como un desafío inmenso", asegura, sobre su candidatura. Tiene 52 años, está en pareja con Néstor y dice con orgullo que su hija Camila -nombrada en homenaje a su querida nona-, es el "gran acierto" de su vida.
"El candidato en su barrio" propone en esta nueva entrega conocer los orígenes familiares, objetivos, deseos, reflexiones y hobbies de Silvina, en una entrevista de tono más personal e intimista. Su postulación al Concejo es por la lista "Santa Fe Puede", que lleva a "Chuchi" Molina como precandidata a intendenta.
-¿En qué barrio estamos?
-Estamos en el barrio República del Oeste. Nací en Francia al 2700, en la casa de mi querida nona Camila. Vengo de una familia que tuvo en su momento un almacén de ramos generales que se llamó La Moderna y que estaba en Francia esquina Vera. Mi nono Massafra, por parte de mi mamá, vino de Italia con lo puesto, literalmente. Aquí conoce a mi abuela, que vino desde San Martín Norte -un pueblito muy pequeño cercano a Gobernador Crespo-; se casan, forman una familia y dan origen a este emprendimiento que duró prácticamente hasta mediados de los '50. Cuando fallece mi abuelo, mi abuela decide vender el negocio.
"Sentí interiormente que era el momento", señala la precandidata al Concejo, sobre su postulación. Manuel Fabatía
Mi casa es una casa antigua y era la típica vivienda de chicas pensionistas que venían del interior a estudiar Derecho y a las cuales mi nona les alquilaba dos o tres habitaciones. De esas chicas estudiantes, algunas ahora son funcionarias y siempre se acuerdan muy alegremente de mi nona Camila. Ella de casualidad llegó a tener 3er grado, pero tenía una claridad mental y una superación personal muy grandes, y a mí me marcó mucho. Perdió a un niño muy pequeño y, como ella siempre decía, "no hay dolor más grande para una mujer que perder a un hijo". Estuve con mi nona hasta casi sus últimos años de vida, y aprendí mucho de ella.
-¿Qué significa para vos este barrio, esta avenida, los vecinos?
-Avenida Freyre para mí es importantísima porque es la avenida de mi infancia; conozco a casi todos los vecinos. Nosotros salíamos a caminar con dos o tres vecinas al atardecer en verano, y a la nochecita íbamos a comprar un helado. El hecho de trabajar en los medios potenció también la cercanía con la gente. Además, cursé mi primaria en la Escuela Beleno, la secundaria en el Comercial, el terciario en "el 12", que antes estaba en la Beleno. O sea que siempre mi historia estuvo muy ligada a la avenida.
-¿Cómo está compuesta tu familia?
-Hace 14 años que estoy en pareja con Néstor y fruto de esa relación tenemos a Camila, que tiene 12 años. Ella es un antes y un después en mi vida. A Camila la tuve a los 40 años, siendo mamá primeriza a esa edad, y fue una gran transformación para la familia. Además, ella es la única nieta, la única hija, la única sobrina. Es el centro de ese mundo familiar; es todo para nosotros y es la felicidad de nuestro presente.
Estudios y profesión
-¿Cómo te llevabas con los estudios?
-Nunca fui excelente alumna; a mí me costaba un poco y tenía que ponerle un poco más de esfuerzo al estudio. Llegué a ser escolta en la primaria y en la secundaria me fue muy bien. Pero mi perfil siempre fue el de comunicar, el de hablar. Al Instituto 12 lo hice en dos etapas porque ya había empezado a trabajar en la radio. Empecé a los 18 en Radio Nacional y casi en simultáneo en LT10, así que yo tenía dos trabajos y además cursaba por la noche. En algún momento se hizo complicado todo, pero terminé en el 2003, un año tremendo para todos. No me arrepiento nunca de haber pasado por "el 12", por lo que aprendí, por las vivencias que tuve, porque me dio herramientas teóricas; yo tenía mucho oficio que se terminó de cerrar con la teoría. Soy locutora nacional; fui de la última camada de locutores en rendir a Buenos Aires, en el Iser. Y un poco cierra la locución con la comunicación y el periodismo.
-Movilera de televisión, locutora de radio y presentadora del Quini 6 ¿Con cuáles de esas facetas laborales te quedás?
-¡Con todas! Porque son partes del rompecabezas profesional. Primero soy locutora, y después soy comunicadora. Para mí la radio es todo, la voz es todo; muero y vuelvo a ser locutora, sin dudas. Y si tengo que elegir entre la radio y la televisión, me inclino por la radio. Porque es magia, es palabra, son sonidos, silencios; y la vida está hecha de eso, es la creatividad absoluta.
Camino al Concejo
-¿Qué te hizo tomar la decisión de saltar de la comunicación a la política?
-Hace tiempo venía con una carga extra. Terminaba la jornada laboral y me decía: ¿qué hago con todo esto?. Vas a los barrios, entablás diálogos con los vecinos, escuchás sus preocupaciones, reclamos, necesidades. Y yo decía: se puede hacer mucho más por los vecinos que presentar una nota, que presentar el problema. Creo que gran parte de la problemática es la falta de gestión en un montón de temas que pueden mejorarse y ser superadores. Y cuando este equipo de laburo me convocó, no dudé en sumarme, porque hay experiencia, años de gestión, antecedentes de transformación en la ciudad. Sentí interiormente que era el momento.
-¿En tu casa se solía hablar de política? ¿Hay historia de militancia?
-Historia de militancia no, pero recuerdo conversaciones de sobremesa de parte de mi abuela, de esa nona que tanto nos marcó, que era antiperonista. Me acuerdo que mi nona amaba a Alfonsín y un poco eso se fue trasladando también (en la familia).
-¿Qué es lo que más te gusta y lo que menos te gusta de la ciudad?
-Me gusta la gente, el Puente Colgante, algunos lugares puntuales de la ciudad. Y lo que no me gusta es el gran nivel de inseguridad, el abandono que hay en muchos sectores. Somos una de las capitales más importantes por la rica historia que tiene Santa Fe; creo que a eso hay que explotarlo y ponerlo más a luz.
-Si accedés a una banca en el Concejo ¿Cuáles son los temas que abordarías en primer lugar?
-Lo urgente y lo primario es el tema de la inseguridad que tenemos, como esa gran sombrilla que cubre todo. Y segundo, me preocupa el tránsito: yo no manejo, pero como siempre voy con alguien que me lleva, soy más observadora del tránsito quizás; y veo un gran desorden: no se respetan las normas de tránsito, es una ciudad que no es viable para la gente que tiene discapacidad; es una ciudad que necesita reorganizarse en un montón de cuestiones. Y apuntaría a tratar de ordenar este tema en los primeros proyectos.
-¿Qué hacés en tus ratos libres? ¿Cuáles son tus hobbies?
-A mí me gusta y encuentro una vía de escape muy interesante en las manualidades. Me gusta hacer mosaiquismo, tejer al crochet y tengo muchas plantas.
-¿Película o serie favorita?
-Miro bastante Netflix y algunas otras plataformas. Me gustan las series históricas, por ejemplo, de la época de la II Guerra Mundial, del nazismo; históricas y ambientadas en los años '30, '40, '50. Me gustó mucho "Los pacientes del doctor García", que habla del franquismo en España.
-¿Cuál es tu libro de cabecera?
-Mi libro de cabecera, desde adolescente, es "Lo que el viento se llevó", de Scarlett O'Hara. Me encantó cuando lo leí. Después me gustan las biografías, las historias de vida.
-¿Qué música escuchás?
-Obviamente, por mi programa de radio, me encanta el folclore. Aparte colecciono música folclórica, tengo mucho material de la década del '50 de grupos que ya no existen. También me gustan los grupos vocales; traer a mi programa de radio algún segmento de temas musicales que hace 20, 30, 40 ó 50 años que ya no se escuchan. Yo las llamo "efemérides" o "perlitas".
-Si pudieras volver el tiempo atrás ¿qué error repararías?
-Quizá el último abrazo que no le puede dar a mi papá porque murió de un infarto y fue todo muy rápido, muy tremendo. Fue hace 33 años y parece que es hoy.
-¿Con qué precandidata o precandidato te sentarías a tomar un café o compartir una cena?
-¿Dentro del mismo palo? La verdad que con "Chuchi" tenemos una empatía increíble, una sinergia espectacular. Pero si tengo que elegir a otra persona del Concejo, sería con Valeria López Delzar o con Mudallel; con todas empatizo muy bien.
-¿Te parece que la mujer tiene un desafío extra tanto en la política como en el periodismo?
-Sí, es un desafío extra; falta un montón todavía. Tanto en la política como en los medios, es un desafío 24/7, una doble exigencia y, en algunos lugares, se nota más que en otros. En política recién voy a empezar a incursionar así que te respondería en un par de años, pero en los medios, lo sentí siempre así… y más si sos rubia.
-¿Sos de emocionarte? ¿Cuándo lloraste por última vez?
-Sí, me emociono mucho. Hace un ratito nomás. Creo que si uno se emociona está vivo y conectado todo el tiempo.
-¿Qué es la felicidad para vos?
-Hablar, ver, sentir, estar con los seres queridos y despertarme todas las mañanas.
-¿Cómo te definirías a vos misma? ¿Qué te reprochás y qué te felicitás?
-Me reprocho ser muy exigente conmigo misma. Quizás no haber disfrutado más de las cosas, ser súper responsable; eso tiene cosas a favor y en contra. Siempre me levanté muy temprano y tenía dos trabajos. Quizás me permitiría hacer algunas cosas que en su momento no las hice.
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