El Litoral
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En las últimas dos semanas, un fotógrafo que vive en la zona relevó la acumulación de basura a lo largo de la defensa oeste, la que limita con la laguna Setúbal. Es un problema ambiental y también de gestión del riesgo hídrico que El Litoral viene advirtiendo desde hace años.
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La acumulación de basura en el lado oeste de la defensa de Rincón y Colastiné Norte es un problema que preocupa a los vecinos desde hace años. En las últimas dos semanas, el fotógrafo Gerardo Rimoldi —que vive en la zona— documentó con sus fotos el crecimiento de este problema, un tema que El Litoral viene advirtiendo desde hace años.
En primer lugar, Rimoldi recorrió el basural “oficial” de la ciudad de Rincón, que está ubicado al fondo de callejón Pintos (kilómetro 8 de la ruta 1). Aquí, el municipio rinconero viene arrojando basura a cielo abierto desde hace años, en un problema ambiental histórico, que comenzó en los años en los que la localidad era una comuna.
Hace años que se vienen analizando alternativas (por ejemplo, procesar la basura en forma conjunta con Arroyo Leyes y Santa Rosa de Calchines o llevar los residuos al relleno sanitario de Santa Fe), pero hasta ahora la basura se sigue tirando a “cielo abierto” y cuando hay crecida se desparrama por todo el cordón oeste.
Pero el problema no termina ahí. Los “micro basurales” continúan a lo largo del terraplén, desde el punto en el que se construye la estación transformadora de la EPE hasta la estación Naranjales, en Colastiné Norte (kilómetro 3,5 de la ruta 1), ya en jurisdicción de la Municipalidad de Santa Fe.
En el tramo de Villa California (Rincón), por ejemplo, las bolsitas, los restos de poda y los escombros —entre otros residuos— “tapizan” el talud de la defensa. En callejón San Martín, en Villa Añatí, el municipio rinconero “procesa” los restos de poda pero —desde hace años— también se acumula mucha basura.
En Colastiné Norte, otro punto complicado es el basural que se formó junto a la defensa entre Los Urunday y callejón Laborie. Los residuos se fueron acumulando a partir del trabajo de algunas familias que viven del reciclaje. Pero el basural está a 50 metros de la estación de bombeo Naranjales, que es la que debería —si hubiera más desagües troncales que conduzcan el agua allí— sacar los excedentes hídricos de Las Paltas y un sector de Villa California. La boca de la estación se suele tapar de botellas de plástico, entre otros residuos.
En este lugar, como en buena parte de todo el terraplén oeste, el canal de guarda de la defensa también suele acumular muchos residuos. Las personas que sigan por calle Los Urunday, después del terraplén, también van a encontrar mucha basura tirada, cerca de las cavas que se hicieron para sacar tierra para la autovía de la ruta 1.
En esta zona, la Fundación Proteger propuso en el 2012 hacer la reserva municipal Laguna de los Quiloazas. “El lugar tiene un valor incalculable desde el punto de vista paisajístico, recreativo, florístico, faunístico y ofrece una visión inédita de la ciudad de Santa Fe y su entorno”, destacaron en el proyecto.
En realidad todo el paisaje de la defensa oeste tiene este potencial y los problemas ambientales quedan cada vez más expuestos por el vertiginoso crecimiento de la población en los barrios y localidades de la Costa.