La cantidad de remises ilegales “creció sobre todo en la zona norte de la ciudad” y “no es de este gobierno municipal, sino que viene de anteriores”, aseguró a El Litoral Alejandro Haedo, titular del Sindicato de Remiseros y Afines.
Desde el Sindicato de Remiseros y Afines piden políticas de Estado para jerarquizar el servicio y dotarlo de calidad y seguridad.
La cantidad de remises ilegales “creció sobre todo en la zona norte de la ciudad” y “no es de este gobierno municipal, sino que viene de anteriores”, aseguró a El Litoral Alejandro Haedo, titular del Sindicato de Remiseros y Afines.
Según el sindicalista, “la preocupación es más que evidente porque en el área metropolitana tenemos muchos casos, en Santo Tomé los obligan a ser monotributistas, cuando está prohibido; en Rincón, y así podemos seguir enumerando”. En tal sentido, Haedo opinó que “falta tomar el toro por las astas, poner seriedad y empezar a hacer las cosas como hay que hacerlas”. “Falta una política de Estado para ver qué hacemos con estos compañeros, que están ejerciendo una actividad por fuera de todo”, consideró, y aseguró que “todo depende del municipio y el Concejo”.
“No depende del sindicato, ojalá dependiera de nosotros”, continuó el representante de los trabajadores del sector: “hemos llevado propuestas años atrás, donde pedíamos que aquellas personas que tuvieran un auto y las condiciones para ingresar hay agencias que están dispuestas a colaborar y a sumar a esta gente; a aquellos a los que no les daba el auto, como sindicato les proponíamos un trabajo digno, en blanco, que creo que es lo que corresponde y evitaríamos un montón de riesgos, no solo para los trabajadores sino también para el usuario”. Por el contrario, advirtió que depende de las autoridades decidir “qué ciudad queremos tener, qué servicios queremos tener y qué es lo que le queremos brindar a la gente”.
Inseguridad
Haedo también se refirió a la inseguridad a la que están expuestos los choferes. Al respecto, lamentó que cuando hablan con la policía “la delincuencia se hace inteligencia”. “Oh, casualidad...empezaron a controlar taxis y remises y se fueron para los que no podemos controlar, los que no se conocen o no se distinguen”, dijo. “Esto queda claro para nosotros”, concluyó.