Las ardillas de vientre colorado son una especie exótica y que se la considera invasora al no ser autóctona del país, y que fueron introducidas en Argentina (en la localidad de Jáuregui, cerca de Luján) en 1970. Desde aquel tiempo se reprodujeron, multiplicaron la población e invadieron grandes urbes como la Provincia y Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y en Santa Fe tienen una amplia presencia en Cañada de Gómez y Rafaela.
"Atender esta problemática depende del Ministerio de Ambiente y Cambio Climático. Es un tema que venimos siguiendo desde hace bastante tiempo, lo empezamos entre 2010 y 2014 cuando tuvimos denuncias de Cañada de Gómez y Rafaela (respectivamente). Todavía las poblaciones están bastante circunscriptas y no se incrementaron de manera significativa, por lo que no tuvimos que hacer acciones inmediatas, sino que está bastante controlada la situación", destacó Pablo Siroski, coordinador de la Dirección General del Manejo Sustentable de Fauna, en una entrevista con El Litoral.
Estas poblaciones de ardillas están localizadas en ambas ciudades santafesinas, "una está al ingreso de Cañada de Gómez y la otra en un parque al ingreso a Rafaela", indicó Siroski, y agregó que el traslado de esta especie se da por personas que las llevan de una ciudad a otra.
"Se las utiliza como mascotas, son animales que son muy carismáticos, pero pueden causar muchísimos daños. Se ha detectado la presencia de parásitos y bacterias que pueden ser patógenas para las personas, trasmiten la leptospirosis. Además también causan daños a nivel urbano como productivos, se detectó que comen los cables del cablevideo y afectan a las producciones de frutas, también se comen las mangueras de riego", enumeró el coordinador de la Dirección General del Manejo Sustentable de Fauna.
Además, las ardillas de vientre colorado representan una amenaza al ecosistema. "Viven en árboles y tienen un sistema para gastar sus dientes y para juntar material para el nido, eso hace que lastimen al árbol y queda susceptible a cualquier microorganismo que le pueda generar la muerte", indicó Siroski, quien es Doctor en Ciencias Veterinarias.
"Las ardillas de vientre colorado han sido traídas en 1970 a Jáuregui, cerca de Luján, para adornar el paisaje porque a un señor le hacían acordar a su Bélgica natal. Ahora hay más de 100.000 ejemplares en la Provincia y Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Mendoza y Córdoba", dijo Florencia Gómez, secretaria de Política Ambiental en Recursos Naturales del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, en una nota con el diario La Voz. En abril, a esta especie el Ministerio nacional las incluyó en el listado de especies exóticas invasoras presentes en territorio argentino.
Tenés que leerPreocupación por una invasión de ardillas en varias provinciasEstas ardillas se han reportado en la provincia de Buenos Aires en barrios privados de Luján, Pilar y Escobar. En Ciudad de Buenos Aires se las observó en la ex Esma, el Jardín Botánico o en la Agronomía. Mientras que en Córdoba se expandió la población en Calamuchita, en La Cumbrecita, "adonde las han llevado para unos hoteles y las han soltado ahí. En Mendoza están muy alertas porque pueden avanzar hasta los viñedos y generar una catástrofe en la producción", señaló Gómez.
Al no tener depredadores es muy complicado controlar la reproducción de las ardillas, por lo que Siroski mencionó que "la recomendación es siempre controlarlas. En Cañada de Gómez se autocontroló la población, no así en Rafaela. Lo que se hace es una captura de los animales y, lamentablemente, la eliminación".
"El principal problema de las especies exóticas invasoras es que cuando son colocadas en un determinado ecosistema, encuentran las condiciones para propagarse. Algunas condiciones que tienen son que no hay depredadores naturales, tienen facilidad para conseguir alimentos y tienen una altísima tasa reproductiva, es decir, que no hay nada que las pueda detener cuando se instalan en un determinado lugar", advirtió el Dr. en Ciencias Veterinarias.
Otras especies exóticas en la provincia
Hasta este martes se desarrollaron jornadas de capacitación entre especialistas de todo el país sobre especies exóticas invasoras, bajo la organización del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación y el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de Santa Fe.
"Se trata el tema de cada especie que está considerada como invasora o que tiene posibilidad de serlo. En Santa Fe tenemos el jabalí o chancho cimarrón; el estornino pinto; la acacia negra; y también esta ardilla de vientre colorado", comentó el especialista.
En el caso del jabalí, Siroski recordó que vino de Europa y que fue traído a la Argentina en los años 40, "con fines cinegéticos, para que sea un objeto de caza. Por sus propias características invasoras, de muchos lugares se escaparon en otros lo soltaron y tiene una enorme facilidad de adaptarse y causa muchísimo daño. En la provincia estamos empezando un plan de control del jabalí, a través de dos maneras: una es el permiso de caza, una especie de ´caza control`; y estamos diseñando otros mecanismos como de encierros, incluso estamos viendo la posibilidad de cierta capacidad de aprovechar comercialmente, tanto la carne como el cuero", concluyó el coordinador de la Dirección General del Manejo Sustentable de Fauna.