Así se preparan en el viejo Iturraspe para la migración al nuevo edificio
El mobiliario, el archivo digital y en papel se mudan al flamante hospital. El servicio de Neonatología tendrá prioridad en el traslado y el sábado nacería el primer bebé en el nosocomio de Blas Parera y Gorriti. El Litoral realizó un recorrido, pasillo por pasillo, junto al director Francisco Villano, antes del día histórico.
El proceso de migración, entre el actual hospital Iturraspe y el nuevo Iturraspe, que empezará a utilizarse de forma plena el próximo domingo, empezó hace un tiempo y ahora los empleados llevan adelante la última etapa para completar la mudanza. Algunos mobiliarios, la información —en computadoras y vastas carpetas que empezarán a digitalizarse de a poco— abundan en los cuantiosos pasillos que parecen un laberinto de cajas y cajas. Ambulancias, camionetas, autos particulares, todo sirve para el traslado de muebles, material sanitario, documentos y demás objetos que seguirán siendo útiles en el flamante edificio de Blas Parera y Gorriti.
Ignacio Espinosa
Foto: Ignacio Espinosa
“El hospital actual sigue funcionando en sus áreas asistenciales y administrativas, y a su vez estamos conviviendo con un proceso de traslado en el que muchos de los elementos que tenemos aquí, los vamos a seguir usando en el nuevo hospital”, indicó Francisco Villano, director del Iturraspe, quien recorrió con El Litoral cada rincón del edificio que quedará como un gran bastión de la historia sanitaria santafesina.
“La idea es que el sábado se hagan los primeros partos en el nuevo hospital”, destacó Villano. Es por eso que los profesionales pediátricos definen en reuniones cómo será al detalle la organización para adecuarse lo más rápido posible a un nuevo espacio y recibir a los primeros bebés que nazcan en el nosocomio. “La guardia de maternidad empezará a trabajar a full desde el sábado en el nuevo hospital”, informó el director.
Los primeros en migrar
Los pacientes neonatológicos serán los primeros en arribar al nuevo Iturraspe. Jorge Agüero, jefe de Neonatología del nosocomio, explicó cómo se hará la migración de los bebés que están internados en alta y media complejidad: “Para el traslado venimos trabajando hace mucho tiempo y tratamos de disminuir los riesgos al máximo. Reforzamos el número de enfermeras para el sábado y los médicos voluntariamente vendrán todos a ayudar”. En cuanto a la cantidad de bebés que se trasladarán, el jefe no precisó una cifra pero aseguró que “estamos tratando —con el apoyo de los otros hospitales como el de Niños y el Cullen que se están portando muy bien— de reducir al máximo y con tiempo de ir trasladando a los chicos que tienen menor riesgo para que nos den más tiempo para los chicos con mayor riesgo”.
Los bebés, muchos de ellos que tienen respirador artificial, migrarán al nuevo hospital con equipos especiales. “Se los conectará a un respirador de traslado, van a llegar a la ambulancia donde también se conectarán a un respirador, que ya está incorporado. De la misma forma cuando lleguen al hospital nuevo seguirán conectados”, explicó Agüero.
Ignacio Espinosa
Foto: Ignacio Espinosa
Una de las áreas que más valora Villano por las condiciones en las que se mantiene y la efectividad de sobrevida que logra es Neonatología. En el actual Iturraspe cuentan con 8 incubadoras de alta complejidad y en el nuevo hospital contarán con 28 unidades preparadas para cuidados intensivos.
“Acá estamos muy bien preparados, pero allá vamos a estar mejor aún. Lo tecnológico ayuda, pero el recurso humano es fundamental para que las familias se vayan, no solamente con los chicos sino con la mejor calidad de vida posible porque son bebés que tienen altas posibilidades de tener complicaciones, por tener un tiempo de gestación muy bajo”, expresó Agüero.
Ignacio Espinosa
Foto: Ignacio Espinosa
Si bien el número estimado de pacientes a trasladar durante la migración es de 100, el director indicó que se trabaja para que sean menos: “Se estuvo trabajando mucho en la coordinación en que todas aquellas patologías programadas, es decir que se puede reprogramar, preferimos esperarlas un poco más hasta que se haga la migración”.
Ignacio Espinosa
Foto: Ignacio Espinosa
Dejar atrás para poder crecer
Durante la recorrida, quizás una de las últimas que haga el director antes de despedirse de un edificio que lo vio nacer, tanto biológica como profesionalmente, se sinceró, mientras esquivaba las decenas de cajas amontonadas en el pasillo. “Da tristeza ver este hospital así. Mi mamá me parió acá, hice los últimos dos años de la carrera de Medicina y la residencia. Desde el año 82 estoy en este hospital”.
Más allá de lo que represente emocionalmente, las necesidades de una mudanza eran relativamente urgentes. Los problemas edilicios de una estructura, en su mayoría, más que centenaria —algunos sectores del hospital fueron inaugurados en 1911—, evidencian la necesidad de ejecutar obras de mantenimiento o bien de trasladarse, que fue lo que se decidió y se dará este fin de semana. “Es un hospital que no da más”, aseveró el director.
Ignacio Espinosa
Foto: Ignacio Espinosa
“Dentro de las dificultades edilicias que tenemos, se daba al paciente una buena calidad de atención. Ahora dejaremos atrás tener que trabajar con tubos de oxígenos dentro de las habitaciones porque en el nuevo hospital no se lo va a ver, se notará el cambio de un hospital a otro, donde a la calidad humana se le incorporará la calidad física”, resaltó Villano y concluyó: “Estamos pasando a un hospital con mejoras cuali y cuantitativas. Que va a haber inconvenientes, como pasa en cualquier mudanza, los va a haber. Pero la mayor parte del personal colabora muchísimo en la mudanza porque realmente se quiere ir al nuevo hospital”.