Antonio Riveros es ingeniero electromecánico y desde Bolivia, su país natal, generó un emprendimiento en base a la tecnología de impresión 3D que está ayudando a personas con amputaciones en miembros superiores y sin recursos económicos, a acceder a prótesis a bajo costo, que cuestan miles de dólares en el mercado. El emprendedor pasó por Santa Fe y contó cómo nace Creotec, al tiempo que convocó a santafesinos que necesiten una prótesis a contactarse con ellos a través de profesionales locales.
"Las personas que sufrieron una amputación, muchas veces por un accidente, dejan los estudios, pierden el trabajo, se recluyen. Un 30 % tiene pensamientos suicidas. No decimos que con estas prótesis cambiamos sus vidas, pero podríamos decir con seguridad que mejoramos o incrementamos la calidad de vida del paciente", dijo Riveros a El Litoral.
Creotec, con sede en La Paz, desarrolla prótesis de miembros superiores funcionales, de plástico, que presentan movimientos de apertura y cierre de dedos y recuperan parte de la funcionalidad de la mano y la libertad en muchas actividades, como agarrar un celular o un bolígrafo para escribir.
Las prótesis de manos hiperrealistas son el último desarrollo del emprendimiento. Tienen el mismo tono de piel de la persona que las necesita y un objetivo más estético. Se hacen dedos y manos a base de siliconas e impresiona la similitud con manos y dedos reales. En 2020, Riveros vino a Buenos Aires a aprender la técnica de manejo de siliconas, desde una perspectiva de efectos especiales. Luego llevó el conocimiento a su equipo en Bolivia y fueron perfeccionando los prototipos hasta poder fabricar estos guantes que simulan ser manos mano o dedos.
También se diseñan modelos mixtos, donde la persona consigue funcionalidad y estética. "Todo va a depender del paciente. Cuando hay una amputación bilateral y una persona ha perdido las dos extremidades superiores, va a valorar mucho lo funcional porque necesita independencia: poder vestirse, bañarse, comer y demás. Pero cuando pierde solamente una mano, valora mucho más lo estético o lo cosmético, porque con una mano tiene el 95 % de funcionalidad, mientras que la prótesis de la otra mano, simplemente le permitirá disimular la amputación y desenvolverse en la sociedad sin sentir incomodidad", explicó el ingeniero.
A bajo costo
Los precios de las prótesis de Creotec se ubican "entre los 300 y los 1.000 dólares", dijo Riveros. Y amplió: "Actualmente en el mercado las piezas empiezan por los 3 mil, 4 mil ó 5 mil dólares. Una prótesis biónica o mioeléctrica de una marca alemana puede estar costando 22 mil dólares, y después debe seguirse el mantenimiento en ese país porque está patentada", contó.
Entre 2017 y 2020, Creotec donó unas 50 prótesis en Bolivia. Crédito: Gentileza
"Son precios prohibitivos para un sector de la población, que es la base de la pirámide -gente vulnerable a nivel económico y a nivel físico-, que no va a poder acceder a una solución a su amputación. Y ahí es donde entramos nosotros a tapar este hueco con prótesis de bajo costo. Entre 2017 y 2020 donamos entre 40 y 50 prótesis y ahí vimos que había un nicho desatendido", aseguró el emprendedor, al tiempo que añadió que ya distribuyeron implementos en México, Guatemala, El Salvador, Perú y Colombia. Próximamente esperan entrar a la Argentina, principalmente a las provincias del Norte.
Un legado altruista
Este emprendimiento, que Antonio creó junto a su hermano, surgió en el 2017. "Como ingeniero electromecánico siempre me apasioné por la tecnología, la innovación. Comenzamos por un incentivo personal porque nuestro abuelito dedicó gran parte de su vida a hacer altruismo y nos dejó ese legado -indicó-. Compramos la primera impresora 3D y entonces, con la tecnología y las ganas de ayudar a la comunidad, comenzamos con este proyecto. Vimos que había personas que lo necesitaban y rápidamente logramos una buena aceptación del público".
Mano hiperrealista confeccionada a base de siliconas. Crédito: Gentileza
Riveros habla con entusiasmo al referirse a su emprendimiento y destacó que también tiene un sistema de padrinos para aquellos que no pueden afrontar el costo, ni siquiera a un bajo precio. "Tenemos personas que sí pueden pagar el producto; mientras que la base de la pirámide, que no tiene recursos, la atendemos mediante padrinos que aportan el financiamiento. En el caso de Bolivia son bancos con responsabilidad social, Rotary Club, el propio gobierno", amplió.
Creotec tiene, además, un spin-off o un intra emprendimiento que se llama Creo Prótesis. "Mediante este proyecto nosotros conectamos a una persona o institución -que tenga una impresora 3D y la sepa utilizar-, con un paciente. Entonces se toman fotos y medidas de muñón de la persona con amputación, nos las envían y nosotros tenemos parametrizado el diseño, de tal forma que con esas imágenes y métricas, personalizamos la prótesis y la hacemos a medida. Luego se la mandamos a esta persona o institución, que puede ser una universidad -trabajamos con varias ya-, que la imprime y se la entrega al paciente. Es así que llegamos a varios países con esta tecnología", detalló Riveros.
Días pasados estuvo en Buenos Aires invitado por un reconocido laboratorio de medicamentos alemán, que seleccionó a cinco emprendimientos sociales del Cono Sur -de un total de 97- y les entregó un premio monetario para expandir los proyectos.
Vínculo con Santa Fe
En Santa Fe mantuvo reuniones con Renzo Piccoli, subsecretario de Vinculación Tecnológica de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), desde donde pretenden realizar investigación de nuevos dispositivos para rehabilitación, así como hacer contactos con instituciones (Cilsa, el Hospital Vera Candioti), para comenzar a hacer prótesis sociales a personas de bajos recursos. Quienes estén interesados pueden contactarse con Piccoli, al e-mail [email protected] o al celular: 342 6116997.
Una prótesis de antebrazo mixta permite recuperar tanto la apertura y cierre de la mano, como el aspecto natural de la mano. Crédito: Gentileza
Recuperan su vida social, su trabajo
-¿Qué significa para una persona acceder a una prótesis cuando pensaba que nunca lo iba a poder hacer?
-Cuando una persona pierde una extremidad de una manera abrupta, pasa por un shock, negación, ira, por un duelo, hasta realmente aceptar su situación. Después de ese proceso recién se puede decir que está listo para una prótesis; antes sería entorpecer el proceso porque creará falsas expectativas de que una prótesis va a reemplazar lo que era una máquina perfecta: una mano, por ejemplo. Hablando en números, el 66 % de las personas que reciben una prótesis sale más de su círculo íntimo y se desenvuelve con personas nuevas. Producto de eso, el 50 % recupera su trabajo y el 100 % nos dice que el rechazo social ha disminuido y que se siente más reinsertado en la sociedad. Tenemos casos de adolescentes que dejan el colegio, los estudios por el bullying. Entonces nuestras prótesis estéticas quedan como anillo al dedo para este sector que es más vulnerable al 'que dirán' o a la presión social.
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