Símbolo de una época, luce deteriorado y nadie habla de él. Se emplazó, como todo puente, con el solo objetivo de conectar. De unir el distrito costero de Alto Verde con la selva de cemento.
Funcionó entre 1962 y 1995, cuando se construyó el “Héroes de Malvinas” para conectar con Alto Verde. La antigua conexión demandó tres años de trabajos y hoy su estructura “pende de un hilo”.
Símbolo de una época, luce deteriorado y nadie habla de él. Se emplazó, como todo puente, con el solo objetivo de conectar. De unir el distrito costero de Alto Verde con la selva de cemento.
Se trata del Puente Palito, la primera conexión vial entre la ciudad de Santa Fe y la nombrada barriada, tan arraigada al río, la pesca y la naturaleza.
Cuentan las crónicas que el propio gobernador Carlos Sylvestre Begnis tuvo que conocer la zona para darse cuenta de la necesidad de un puente.
Y lo hizo. Tras varias charlas y recorridas con Demetrio Gómez, el histórico vecinalista del distrito cuyo nombre quedó grabado en la calle principal de Alto Verde. El mandatario concretó la obra que demandó unos tres años y en 1962 se comenzó a usar la primera conexión vial.
Las canoas, botes y embarcaciones, no dejaron de ser usadas pero compartían con los autos, chatas y algún que otro colectivo, el ingreso a Alto Verde.
Para inicios de la década de 1990, con 30 años en el lomo, a esta conexión vial le buscaron un reemplazo. “Jubilaron al viejo Palito”, tituló El Litoral en marzo de 1995 cuando las autoridades de aquel entonces dejaron inaugurados el “Héroes de Malvinas”.
En esa nota, se explicaba que el nuevo puente “se encuentra a poco más de 18 metros del ‘Palito’ y se accede por el mismo camino, que pasa por debajo del puente Oroño. En el lado sur se proyectó una curva un poco más amplia, para que coincida el final con la continuidad del camino a Alto Verde”.
Ese artículo también cuenta algo que pocos conocen: el apodo. Según recuerdan los memoriosos, y El Litoral se encargó de darle entidad fue el ingeniero Luis Barletta quien le puso el apodo. “Esto, más que un puente parece un palito” dijo quien años más tarde encabezó la megaobra del puente Oroño.
Desde los primeros minutos de la inauguración del nuevo puente, el “palito” quedó marginado y sólo era “usado” por aquellos intrépidos jóvenes que ponían en riesgo su vida arrojándose a las aguas del Riacho Santa Fe.
Pasaron 27 años y la vetusta estructura de la primera conexión vial con Alto Verde luce muy deteriorada al punto de ser un peligro para la zona. Así lo expuso en 2021 este diario cuando el río Paraná mostró su lado más flaco producto de la bajante histórica y dejó a la vista los soportes del viejo puente.
Pese al deseo de los vecinos, canalizados en una nota también con El Litoral, no hay proyectos para restaurar al “palito”. Tampoco para demolerlo y llevarse así las cientos de historias que él atesora.
Características
El Palito tiene 90 metros de largo, 3,70 de ancho de calzada, y nueve metros de altura. Los trabajos estuvieron a cargo de militares de Pontoneros y demandó tres años. Se inauguró en 1962 y se dejó de usar en 1995.