A principios de agosto, la Reserva Natural Urbana del Oeste, en Gorostiaga y Circunvalación Oeste, sufrió un incendio casi devastador: se estima que un 40% desde el albardón hacia la extensión vegetal fue destruido por el fuego. Es un lugar de unas 240 hectáreas de extensión, y su trascendencia radica en que constituye un microecosistema clave para la biodiversidad de la ciudad y la región.
Pasó un mes de aquel lamentable episodio. Y hoy, las energías para recuperar este lugar tan importante están puesta en tratar de evitar por todos los medios un nuevo foco ígneo. Así, se instaló un tanque de reserva con agua, y el sector afectado por el fuego es regado a diario. La reserva sigue abierta para las visitas al público.
Lo que el fuego se llevó
En diálogo con El Litoral, el director de Gestión de Riesgo Municipal, Mariano Cabal, dio un pantallazo sobre el resumen de daños: "Hay partes del albardón central, que es por donde los visitantes circulan y van a ver la reserva, donde llegó el fuego: aquí va a costar recuperar las especies arbóreas autóctonas y los pastizales”.
"Esa área quedó bastante sentida -admitió-. Sin embargo, se está cuidando y prestando atención a las personas que ingresan o circulan por la cercanía del lugar. porque debemos evitar por todos los medios un nuevo incendio. Alguien puede tirar un cigarrillo encendido y, con los pastizales secos, podemos tener problemas”, contó.
La reserva tiene unas 240 hectáreas, y de ese total el fuego afectó un 15%. “Pero si tomamos la zona desde el albardón central, se ha quemado un 40-50%. Fue un desastre. En ese fin de semana que ardió el predio, tuvimos 47 focos de fuego en la ciudad. Es mucho”, puso en contexto el director.
Tanque
Hay un tanque de agua de reserva que se utiliza para regar el predio, y para actuar ante cualquier eventualidad. Es una forma de prevención ante un nuevo foco ígneo.
“También se está tratando de abrir el pasillo que llega hasta el mirador, con la intención de avanzar más hasta el fondo, al que no se puede acceder con camionetas. Hay pantanales, zonas de agua, no es fácil cubrir toda la extensión”, apuntó Cabal.
El lugar es de suma importancia para la biodiversidad de Santa Fe y su región. Crédito: Archivo El Litoral / Luis Cetraro
Consultado sobre la plantación de nuevas especies arbóreas en reemplazo de las que el incendió destruyó, el funcionario felicitó el trabajo de los guías intérpretes de la reserva. “Los muchachos ya están replantando especies, le ponen un cariño y una impronta de trabajo muy comprometida”.
“Ellos están tratando de recuperar el lugar todos los días, y el trabajo de coordinación es continuo -agregó-. Ya tienen un vivero propio de reposición de ejemplares, y de a poco se van plantando las especies autóctonas que se necesitan reponer”, contó Cabal.
Las causas
El fenómeno de la “La Niña” no ayuda, y la sequía se mantiene. “Esperaremos a que se genere más humedad y que precipite alguna lluvia, aunque los pronósticos no son alentadores”, se lamentó el director de Gestión de Riesgos.
Interrogado sobre si se conocieron las causas del incendio, consideró que no hay datos concretos, aunque su presunción es que se debió a “una negligencia de algún tercero. Por causas naturales, no ocurrió”.
El cartel de bienvenida y de referencias geográficas a la reserva. Pese a la pérdida, sus guías trabajan para recuperar la plena vida del lugar. Y siguen recibiendo visitantes. Crédito: Archivo El Litoral / Luis Cetraro
Y con relación a las especies de aves que vieron afectado su hábitat natural, comentó que no se notaron grandes pérdidas por el fuego. Sí se encontraron ranas y cuises quemados. “A menos que sigan siendo hostigadas sistemáticamente, las aves que se fueron por el incendio vuelven a su entorno”, explicó.
Es muy difícil determinar cuándo se recuperará al ciento por ciento la Reserva Natural Urbana del Oeste. “Ojalá pueda ser antes de que termine el año. Pero ocurre que la temporada tiene una tendencia a La Niña, que es muy seca, o un Niño neutro… Si fuese una época normal, con lluvias promedio, todo sería más rápido”, explicó.
El informe trimestral que informó el Instituto Nacional del Agua (INA) advierte que se estima un nivel de precipitaciones inferior a lo normal para Santa Fe y la región. “El daño está generado, y va a costar recuperar la reserva. Haremos todo lo posible, de momento, para evitar nuevos focos ígneos”, cerró Mariano Cabal.
La importancia de avisar
La Reserva Natural Urbana del Oeste representa un amplio pulmón verde para la ciudad de Santa Fe, ubicándose entre dos de los reservorios de agua pluvial que disminuyen el riesgo de inundaciones en el oeste de esta capital.
Ante cualquier humareda o principio de incendio que se vea en la Reserva, es importante comunicarse lo más rápido posible a la Línea de Atención Ciudadana Municipal (0800-777-5000), a Bomberos (100) o al 911.