Miércoles 9.8.2023
/Última actualización 22:20
La Ranita, en el noroeste de la ciudad de Santa Fe, se originó como un sector de cavas que se fueron rellenando y dieron origen a un asentamiento. Este creció de forma irregular y se pobló de familias, que ahora son cerca de 900. Ese barrio mostraba cunetas con líquidos pluviales malolientes, calles de tierra, abandono estatal, precariedad y altos índices de vulnerabilidad, además de inundarse con cada lluvia. Desde hace unos meses, una obra integral llevó un conjunto de servicios básicos que cambiaron la fisonomía del sector y mejoraron la calidad de vida de los vecinos.
Una de ellas es la obra de escurrimiento pluvial, que aún está "a prueba" a la espera de las lluvias importantes, pero que hasta ahora parece haber funcionado. "Esto era un desastre; nos inundábamos siempre, era intransitable la calle. Ahora, con la última lluvia, corrió bien el agua y se secó todo enseguida", contó Facundo Araujo, quien aseguró que "acá jamás habían hecho nada antes".
En La Ranita las calles principales (tramos de Chubut y Larrechea), que eran de tierra, cambiaron por un mejorado con cordón cuneta o bien intertravado, en aquellas calles que se metían en el sector más precario del asentamiento. Se hicieron obras de ampliación del agua potable, de escurrimiento pluvial e iluminación led. Paralelamente, la Municipalidad está avanzando con la regularización dominial de lotes.
Desde la puerta de su casa, Estefanía Torres, dijo que cuando llegó al barrio hace unos años, "esto era un camino de tierra, chiquito, caían dos gotas de agua y acá había que andar con canoa, me entraba hasta adentro. En abril llovió fuerte y el agua no se quedó. También tengo agua corriente, puedo usar para cocinar, lavar. Fue un cambio total el que tuvo el barrio, que había sido olvidado". Y agregó que también mejoró la seguridad por la nueva iluminación y las calles más transitables. "Al toque llega la policía si hay un tiroteo y hay más patrullaje", contó.
Las mejoras del barrio generaron un efecto contagio en la gente y las ganas de poner las casitas "más lindas". Así, mientras los carros con verduras frescas recién salidas del Mercado de Abasto -que queda a unas cuadras- surcan las calles vendiendo lo producido, se ven pequeñas obras de veredas o pintura de los frentes. A unas cuadras, asoma el barrio Loyola y más allá San Agustín I, donde ya se ejecutaron siete cuadras de asfalto en calle Chubut entre Fray de Oro y Los Negruchos, y en Fray de Oro entre Chubut y Ex Combatientes de Malvinas.
"Acá caían dos gotas de agua y acá había que andar con canoa, me entraba hasta adentro. En abril llovió fuerte y el agua no se quedó", dijo Estefanía Torres, una de las vecinas. Crédito: Pablo AguirreAlbino Fillippi vive en el límite de Loyola y La Ranita desde hace 35 años. "Por acá ni la máquina pasaba, totalmente olvidados y nos inundábamos con cada lluvia. Ahora estamos contentos los vecinos; hay que esperar a las lluvias grandes a ver qué pasa", dijo cauto el vecino, mientras barría las hojas de la vereda.
Obra integral con acueducto
El proyecto fue elaborado por la Agencia Santa Fe Hábitat de la Municipalidad de Santa Fe, y cuenta con el financiamiento de organismos internacionales (Birf) a través del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación. "Los trabajos forman parte de una obra más integral que abarca a los barrios Yapeyú, San Agustín, La Ranita y Loyola Norte. Asciende a la suma actualizada de 1.300 millones de pesos -a montos actualizados- y ya lleva el 82% de avance", explicó Paola Pallero, directora de la Agencia Santa Fe Hábitat, quien recorrió los trabajos junto a Silvina Serra, secretaria de Infraestructura y Gestión Hídrica del municipio.
Pallero destacó, dentro de los trabajos, al acueducto Santa Marta, una obra estratégica que garantizará el suministro a estos barrios y alrededor de 900 conexiones domiciliarias. Con una extensión de 2.367 metros, consiste en el tendido de una cañería desde Camino Viejo (calle Menchaca) hasta la intersección de las calles Hugo Wast y Reinares. "Es la primera vez que La Ranita y Loyola tiene agua potable; era una de las obras más pedidas por los vecinos. En un futuro permitirá la ampliación de la red a toda esta zona, cuando la planta potabilizadora amplíe su capacidad", destacó.
Funcionarios municipales recorrieron la obra en La Ranita. El pavimento intertravado permitió el acceso hacia uno de los sectores con urbanización irregular. Crédito: Pablo Aguirre"Desde el inicio nos sentamos a escuchar a los vecinos, sus necesidades, y planificamos la ciudad en su conjunto con el área de Infraestructura, de forma de abarcar obras troncales y llegar a más barrios. La renovación del bulevar 12 de Octubre, forma parte de la obra y ya le queda poco para terminar. Otra etapa será la intervención de Diagonal Obligado que conectará con Camino Viejo a Esperanza, y que "ya tiene aprobada la prefactibilidad", adelantó Pallero.
Cómo fue la obra hídrica
"Esta zona del noroeste de la ciudad era de depresiones, de antiguas lagunas, que luego se transformaron en cavas, y los asentamientos crecían en su entorno. Por eso tenemos en la ciudad, urbanizaciones en zonas bajas donde el agua se concentra y anegan las casas; a veces la única forma es sacar el agua de los patios es con bombeo. Eso ocurría en La Ranita, en Los Hornos, en Pompeya; por lo que urbanizar esos barrios y resolver con infraestructura estos problemas recurrentes, es clave y es lo que venimos haciendo", explicó Serra.
La obra de saneamiento hídrico hace unos meses, cuando estaba en marcha para que el agua de La Ranita pueda drenar.Para sanear hídricamente La Ranita, se ejecutó el tramo de desagües pluviales que recorre la calle Ulrico Schmidl hasta desembocar en el reservorio ubicado detrás de Schmidl y Diagonal Obligado. "La red de drenaje para este barrio, que por ser una zona baja que había que conectarla con un reservorio, tuvo su importancia. Acá tenemos un conducto principal de 400 metros, que se hizo a cierta profundidad y que recibe el agua de lluvia y descarga en el Reservorio N° 6. Tiene colectores secundarios, entubados, y se trabajó también en el entorno, como la zona del Club Loyola que se inundaba mucho", amplió.
Y dijo que "ahora se avanza con una obra complementaria con fondos municipales, de unos $ 9 millones, y que comprende un entubado de 100 metros y 10 cruces de calles".