Una denuncia por cada año de vida presentó Úrsula Bahillo antes de ser asesinada de 15 puñaladas por su ex novio y ex policía Matías Martínez. Por la joven de 18 años que vivía en la ciudad bonaerense de Rojas y por todas las mujeres víctimas de femicidio, referentes de la mesa Ni Una Menos convocaron este miércoles a una manifestación simultánea frente a los Tribunales de todo el país.
En esta ciudad, la concentración fue frente al edificio ubicado en San Jerónimo y General López, a pasos de la Casa de Gobierno.
Allí, la pregunta que sobrevolaba entre las cientos de participantes era qué hacer cuando 18 denuncias parecen no ser suficientes para evitar un asesinato. Para quienes organizaron el acto, la respuesta estaba en los carteles que sostenían referentes de numerosas organizaciones políticas, barriales y sociales: "El Estado es responsable", "Sin reforma judicial no hay ni una menos".
El pedido de justicia fue por Úrsula y por todas: y para recordarlo, los rostros de las víctimas de femicidio, de aquí y de otros puntos del país, estuvieron presentes en pancartas que acompañaron la movilización: entre ellas, Mariela Noguera, Vanesa Castillo, Rosalía Jara, Jésica Ronsoni, Florencia Gómez, Micaela García.
El reclamo fue por mujeres, travestis y trans, como la población que recibe de manera más directa el impacto de la violencia. Para ello se concentraron mujeres y disidencias de todas las edades con un denominador común: la bronca presente en los cantos y discursos. Bronca y desconcierto.
Para Sofía Menna, del Partido Obrero, Plenario de Trabajadoras e integrante de la Mesa Ni Una Menos, la muerte de Úrsula "encierra una serie de contradicciones y barbarie a la que estamos sometidas las mujeres, no solo por la violencia que sufrió sino por la cantidad de denuncias que realizó y a las que el Poder Judicial y el poder político le dieron la espalda. Con el agravante de que su femicida es un integrante de las fuerzas de seguridad".
Para Menna, queda claro que "el Estado y las instituciones son responsables. Para nosotras, la salida es organizar un movimiento de mujeres -el de Argentina es ejemplo en todo el mundo- pero independiente de los poderes porque, si no, se frena".
Para Elsa Splendiani, de ATE-CTA, "el reclamo es claramente por Justicia, pero para eso es necesaria una reforma judicial. Porque sabemos que los errores de esta Justicia vienen desde hace años y no se termina de concretar la reforma que es necesaria por muchas otras situaciones". "Nos parece mentira que sigan pasando cosas como estas; que se deje ir a alguien (que tiene denuncias en su contra), que se minimicen las denuncias, que se revictimice a las víctimas; nos parece mentira después de esta ola feminista que puso el tema de la violencia de género en agenda".
"La Ley Micaela es una herramienta más y nos parece importante: pero hay que hacerla cumplir más allá de hacer el curso. Nos falta apropiarnos de esa ley", consideró.
Por una y por todas
"Estamos pidiendo justicia por Úrsula y por otras chicas más: todas somos madres, hermanas, amigas. El Estado y la policía son quienes deben ocuparse", de evitar la violencia de género, opinaba Gabriela, de la Corriente Clasista y Combativa de Cabaña Leiva.
Un poco más allá, en la plaza rodeada por edificios emblemáticos, Cintia Pasculi, de La Poderosa (barrio Chalet), afirmaba que "la respuesta tiene que venir del Estado; nos tiene que responder a todas como mujeres", porque el reclamo es "por todas las que no están y también por Úrsula".
Adriana Falchini, Victoria Stéfano y Claudia Baigorria fueron tres de las referentes de la mesa Ni Una Menos que expusieron los fundamentos de esta convocatoria y plantearon, como demanda principal, una profunda reforma judicial. Y a la reforma de la Justicia se suma el reclamo de un Estado "invirtiendo los recursos necesarios".
"Esto tiene que parar, lo decimos siempre y estamos otra vez en la calle con mucho dolor, con mucha bronca. Ninguna piba más tiene que estar en esta situación y sin embargo las cosas siguen ocurriendo. Basta ya. No podemos esperar 18 denuncias más y una piba muerta".
Fueron alrededor de 50 femicidios los que se registraron desde el inicio de este año. Los nombres de todas las víctimas, incluidas las de femicidios vinculados, fueron leídos a viva voz al final del conmovedor acto.