¿Sabía usted, estimado lector, que en otoño-invierno, si el aire acondicionado está en 20 °C, no más que eso, el ahorro de energía eléctrica puede ser muy significativo? ¿Que por cada grado que se agregue, el consumo sube un 10% adicional, y con un grado menos, se logra un 10% de ahorro?
¿Y que si se limpian los filtros, el ahorro puede llegar a ser de un 10% mensual? ¿O que usar dos veces la pava eléctrica por mañana, dos termos para el mate, puede "engordar" la cantidad kilowatts en la boleta?
¿Estaba usted al tanto de que conviene económicamente calefaccionar una casa con gas antes que con electricidad? ¿Y que si no se deja en piloto, también se ahorra hasta un 10% promedio? ¿O qué las placas de calor, usadas correctamente, juegan a favor antes que las estufas de dos velas?
En contexto, según un informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP, de UBA-Conicet) de diciembre a abril el incremento en el costo promedio de los servicios de agua, gas, luz y transporte fue del 241% promedio. A esto habrá que sumarle las nuevas subas en estos servicio para junio, ya autorizadas por el gobierno nacional.
Entonces, el impacto de los aumentos en la energía eléctrica y gas natural se han vuelto una variable central en las cada vez más acotadas economías domésticas de las familias de clase media. Y la baja en las temperaturas de la actual temporada otoñal obliga a consumir, para calefaccionar un hogar, más electricidad o más gas.
El frío se vino con fuerza en la ciudad de Santa Fe. Las bajas temperaturas continuarían la próxima semana. Crédito: Guillermo Di Salvatore
El punto es que, para que cuando lleguen las boletas, no haya demasiados “dolores de cabeza”. Y entonces, aparece el concepto de uso eficiente de los consumos energéticos domiciliarios.
Cambio de hábitos
“Es una cuestión de cambios de hábitos. Por ejemplo, estamos muy acostumbrados al irnos al trabajo, a dejar el calefactor prendido. Si se apaga y se vuelve a prender cuando se retorna al hogar, el ahorro puede ser muy importante”, le dice a El Litoral el Ingeniero Eléctrico José Stella (UTN Santa Fe), docente universitario, especialista en consumos energéticos. Además, da una asignatura sobre Políticas Energéticas e integra el Giedi (Grupo de Investigación en Enseñanza de la Ingeniería).
Los calefactores nuevos con termostato permiten un ahorro energético importante. Crédito: Archivo El Litoral
También, hay que tener un parámetro claro: en otoño-invierno, la temperatura dentro de un hogar debe ser como en primavera, entre 18 y 20 grados centígrados. “En la estación primaveral, la temperatura es agradable. Todos dicen: ‘¡Qué lindo día!’. Bueno, son 20 °C promedio. Esas condiciones de temperatura y de humedad deberían replicarse dentro de una vivienda”, explica.
Aire acondicionado
Primera recomendación para calefaccionar un hogar con energía eléctrica: el aire acondicionado en modo calor debe estar en 20 °C. Si se sube un grado más, es aproximadamente un 10% más de consumo; un grado menos, mismo porcentaje pero de ahorro.
“Hay que verificar además que los filtros del aire estén limpios (se levanta la tapa, se sacan y se limpian). Ahí hay un ahorro de un 10%, con los filtros limpios”; asegura.
Otra recomendación: verificar que el caño que conecta a aire acondicionado con su aparato exterior esté aislado térmicamente. “Si ese caño no se encuentra correctamente aislado y está en contacto con el aire, seguramente va a haber una pérdida. O se escapará el frío o el calor”, advierte el ingeniero.
Asimismo, existe un botón en el control remoto del aire (“Sleep”) que puede ser un “aliado” en el ahorro energético. Esa función, si el aire acondicionado está a 20 °C, cada cinco horas y automáticamente baja un grado: “Pasa una hora más, y baja otro grado, y así, hasta que se apaga. En un dormitorio, la persona ya está calefaccionada y dormida. Y está ahorrando un montón de consumo de electricidad”, precisa el Ing. Stella.
Estufas a vela y placas de calor
¿Y qué pasa con las estufas de velas y las placas de calor? Con respecto a las estufas de velas, “aquí cabe aclarar que esas velas tienen una determinada potencia (como todo aparato eléctrico), lo cual que debe medirse por el tiempo en que están conectadas. Esas velitas tienen 2.000 watts. Si están conectadas una hora significa que consumieron 2 kW/hora. Es mucho para un electrodoméstico”, dice el Ing. Stella.
Con respecto a las placas de calor, éstas tienen mayor superficie, y entonces el calor por convección se mueve hacia arriba, gracias al aire. “Las placas mejoran el calentamiento de un dormitorio, por ejemplo”, aduce. Tienen una potencia de 600 watts (0,6 kW/hora), con lo cual es más eficiente.
“Comparadas con las estufas a vela y con los caloventores, las placas de calor consumen tres veces menos. Es decir, son más eficientes para calefaccionar”, explica el especialista.
La pava eléctrica es otro tema. Si se hace un cálculo rápido (potencia de una pava eléctrica en kW/hora), costaría unos 23,4 pesos usar dos veces la pava eléctrica para calentar dos termos en una mañana. Unos 700 pesos al mes (30 días) sólo ese uso mínimo. El valor nominal será mayor, claro, si se utiliza más veces la pava en el día. “Conviene volver a calentar la pava en la hornalla de gas”, insiste Stella.
Calefactor
Con respecto a los calefactores a gas natural más viejos, ¿qué debe tenerse en cuenta para que no consuman tanto? Primero, si la llama no es azul sino medio anaranjada, hay un problema: “El aparato puede estar quemando mal. Porque con el paso del tiempo no se limpió el quemador, y entonces se fue depositando carbón. Esto hace que no funcione bien, y se consuma más”, dice Stella.
El termostato permite “setear” la temperatura. Lo recomendable es que no esté en 20 °C.
Para limpiar el quemador, lo más recomendable es llamar a un gasista matriculado. “Y si se siente olor a gas, también hay que consultar a un gasista. En estos casos no hay que improvisar. Si hay olor a gas, hay que hacer una verificación de pérdida o fuga”, insiste el especialista.
La cuestión cultural
Hay otro elemento a tener en cuenta en esto del consumo energético eficiente, y que tiene relación con algo más cultural: irse de la vivienda y dejar prendido el calefactor a gas. “Si te vas de tu casa a trabajar, la primera recomendación es dejarlo en piloto; y la segunda, apagarlo”, añade Stella.
El piloto sigue calentando, y representa algo así como el 10% del consumo de ese calefactor. “Pero ocurre que sigue consumiendo. Entonces, si te vas de tu casa, apagá el calefactor. Y cuando volvés, lo prendés nuevamente”, dice didácticamente el ingeniero eléctrico.
Con termostato
Y si alguien tiene la posibilidad económica de cambiar ese calefactor viejito por uno nuevo, ¿qué se debe considerar? “Esto es muy conveniente en términos de ahorro energético. Lo que se va a buscar en un calefactor nuevo es que tenga termostato. Lo bueno del termostato es que permite graduar esa fuente de calefacción. Lo ideal es que esté en 20 °C”.
“Números más, números menos, calefaccionar un hogar con gas antes que con energía eléctrica sale la mitad: en cualquier nivel de tarifa, el ahorro es de un 50%. Ahora, si ese calefactor a gas natural está todo el día prendido (si al irse una persona no lo apaga, o al menos no lo deja en piloto), saldrá más barato calefaccionar con aire acondicionado o con placas térmicas”, subraya Stella.
“El tema es lograr 18, 19, 20 °C dentro de una casa. Si se utiliza una estufa o se prende el aire, es para justamente conseguir ese rango de temperatura y contribuir a un uso eficiente de los recursos energéticos. Es el parámetro ideal, que no es otra cosa que la temperatura primaveral”, concluye el Ing. José Stella.