Ni Una Menos: "Reconociéndonos como actrices del cambio que necesitamos"
Si bien nació en Argentina, el mundo replicó el grito colectivo que pedía “basta de femicidios, ni una menos”. Conquistas y deudas de los feminismos, la lectura de Milagros Monserrat, integrante de Ni Una Menos.
El 3 de junio se cumplen cinco años de la primera marcha masiva que pedía por los derechos de las mujeres y disidencias. “Ni una menos” se gestó en redes sociales, y fue una respuesta política ante una problemática que se sostiene: la violencia de género.
En el 2015, la conmoción por el femicidio de Chiara Páez, una adolescente de 14 años asesinada en la localidad santafesina de Rufino, llevó a la periodista Marcela Ojeda a escribir en su Twitter: “Actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales, mujeres, todas, bah.. no vamos a levantar la voz? NOS ESTÁN MATANDO”. El hilo que se generó a raíz de la participación de una veintena de comunicadoras y militantes históricas del feminismo, fue el puntapié de un entramado que traspasó la virtualidad.
Actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales ... mujeres, todas, bah.. no vamos a levantar la voz? NOS ESTAN MATANDO
— Maͣrͬcͨeͤlaͣ Ojeͤdͩaͣ (@Marcelitaojeda) May 11, 2015
El llamamiento a la movilización masiva contó con más de 100 puntos de concentración a nivel nacional, y marcó a fuego la consigna que puso a nuestro país en boca de todos: el mundo replicó el grito colectivo que pedía “basta de femicidios: ni una menos”.
Gentileza
Foto: Brasil, China, Francia y México.
Victorias y deudas
La articulación y organización de miles de mujeres permitió que las demandas históricas del colectivo tuvieran visibilidad, irrumpiendo en los medios, exigiendo estadísticas oficiales y reclamando participación en las instituciones políticas. “Esto se ve reflejado en las nuevas propuestas de los gobiernos, jerarquizando áreas de género en todos los niveles” destaca Milagros Monserrat, integrante de Ni Una Menos.
La creación del área de Mujer y Diversidad Sexual de la municipalidad de Santa Fe, la secretaría de Igualdad y Género de la provincia y el nuevo ministerio de Géneros, Mujeres y Diversidad de la Nación, evidencia un “reconocimiento de toda la lucha que venimos llevando adelante”, sostiene Milagros.
En sus palabras, el principal beneficio que esto acarrea es el aumento de presupuesto que se destina a políticas con perspectiva de género, que “además de esas áreas específicas existan también espacios, dentro de otros organismos, que funcionen de manera transversal como la Dirección Nacional de políticas de género en el Ministerio de Economía o la Dirección de Políticas de Cuidado en el ministerio de Desarrollo Social”. La necesidad que plantean desde Ni Una Menos tiene que ver con el abordaje interseccional e interministerial de las problemáticas.
Conquistas legislativas
Reglamentada en Santa Fe en marzo de este año, la ley Micaela “es hoy la herramienta legal y el avance legislativo más importante de nuestra era, que tiene que ver con capacitar y formar a quienes que ejercen alguna función pública en entender la perspectiva de género, las necesidades de las mujeres y disidencias, y las desigualdades a las que nos vemos atadas en cada momento de nuestras vidas” según Monserrat, quien lamentó la imposibilidad de avanzar en este aspecto por el aislamiento obligatorio. “La intención es continuar de manera virtual porque es urgente, lo necesitamos”.
La ley Brisa en Santa Fe espera la reglamentación del Ejecutivo para que aquellas infancias, cuyas madres fueron víctimas de femicidio, puedan tener una ayuda del Estado. “Todas estas cuestiones no pueden esperar más, lo necesitamos ya porque nos siguen matando, todos los días un nuevo femicidio” se lamenta Milagros.
Los feminismos de este siglo impulsaron el debate en el Congreso sobre aborto, la lucha por el reconocimiento de las tareas de cuidado, la implementación efectiva de la ESI, la elaboración de estadísticas oficiales, la incorporación del femicidio como agravante del homicidio, paridad y representatividad, cupo laboral travesti trans, entre otras deudas de la democracia. Monserrat destacó que “estamos un paso más adelante pero queda un montón por resolver”.
Gentileza Gabriela Carvalho
Foto: Gentileza Gabriela Carvalho
Las redes feministas
El feminismo no es unívoco, pero supo tejer redes y construir claras consignas comunes a partir de sus diferencias. Para Milagros, es fundamental “reconocer que quienes militamos en espacios feministas, generalmente venimos de otros sectores muy diversos. El movimiento es multipartidario, multisectorial, por lo cual resulta importantísimo que esos lazos se sigan construyendo entre todas las mujeres y diversidades, las travestis, las lesbianas, los gays y las personas no binarias: quienes todavía no tenemos nuestros derechos garantizados”.
Ni Una Menos “abrió una puerta que permite plantear muchas discusiones, no sólo exige que paren de matarnos”. Este 3 de junio no se verán calles colmadas, Monserrat aseguró que se respetará el aislamiento obligatorio y no habrá concentración, pero “eso no significa que estamos de brazos cruzados y que no tengamos un montón de demandas por saldar, no significa que no estemos organizadas”.
Las actividades que se llevarán adelante desde los distintos sectores pueden seguirse virtualmente. Desde la Mesa anticiparon que se pretende “estallar las redes sociales y los medios de comunicación, para seguir reconociéndonos como actrices del cambio que necesitamos”.
¿Cómo y dónde denunciar la violencia de género?
La pandemia no repercute en todos los hogares por igual, “muchas veces para las mujeres que sufren de violencia, aislarse significa quedar encerradas con sus agresores” aseveran desde el colectivo. En ese sentido, señalan que “si bien se han pensado muchas políticas tratando de que las mujeres tengan las herramientas para poder denunciar y salir de esa situación, sabemos que es extremadamente complejo y que aunque se esté trabajando, cuesta que se logre de manera rápida y eficaz” aseveró Milagros.
La violencia hacia las mujeres y disidencias se manifiesta de diversas formas, puede ser física, económica, sexual, psicológica o simbólica. Para asesorar y acompañar, existe la línea telefónica 144, todo el día, todos los días, desde cualquier punto del país.
Las denuncias pueden realizarse en los centros territoriales de denuncia (CTD), en las comisarías de la mujer y en los destacamentos policiales en general. Además, el Ministerio Público de la Acusación cuenta con un sistema online de denuncias a través de su página web.
Para denunciar en el MPA (Unidad Fiscal Especial Violencia de Género, Familiar y Sexual), la denunciante tiene que presentarse en persona y no es necesario que concurra con un abogado. Muchas veces, las mujeres son acompañadas desde distintas áreas de mujeres de la municipalidad o comunas. En todo momento se intenta no revictimizar. Si la mujer ya realizó una denuncia con anterioridad, se ratifican los hechos, se ofrece modificar o agregar información según requiera cada caso.
Si no hay denuncia penal, se realizan algunas preguntas entre las que se incluyen nombre completo del agresor, y alguna dirección en donde pueda ser notificado. En la Unidad se pueden solicitar medidas de distancia, botones antipánico, exclusión del hogar en caso de que se comparta vivienda con el agresor, o medida de acompañamiento policial en caso de que necesite volver a la casa del denunciado a retirar pertenencias.
Luego, con copia de la denuncia, deben dirigirse al Juzgado de Familia, tras un sorteo se asigna un Juzgado específico, cuyo juez dicatminará en torno a las medidas de protección solicitadas por la denunciante.