Relleno sanitario: por el robo de cables reciclan la basura a mano
La planta quedó paralizada. Son 70 familias que se sustentan con el reciclado. "No tenemos ni guantes", se quejó una recicladora. Además, se produce un grave problema ambiental.
Relleno sanitario: por el robo de cables reciclan la basura a mano
Los trabajadores informales de la planta recicladora de residuos que funciona en el relleno sanitario de la ciudad de Santa Fe denunciaron que desde esta semana tienen que reciclar la basura a mano por el robo de cables de la máquina principal que la dejó sin funcionamiento. El problema les impide además enfardar los residuos separados, por lo que no los pueden vender. Y sufren así un impacto en su economía cotidiana.
En la ciudad de Santa Fe se realiza la recolección de residuos diferenciada entre húmedos y secos. Los secos se recolectan dos veces por semana: lunes y jueves, a partir de las 7 horas en las zonas de recolección diurna, y desde las 21 horas en las zonas de recolección nocturna.
Preocupación en las familias que trabajan en la planta. Foto: Manuel Fabatía.
Los residuos secos pueden ser recuperados o reciclados. Son papel, cartón, plásticos, vidrio y metales, así como envases de aluminio y tetra brik. Cuando se desechan envases de alimentos, deben estar limpios y sin restos orgánicos (jugos, yogur, leche, cremas o aceites). Tanto estos residuos secos domiciliarios como los que se depositan en los eco puntos distribuidos por la ciudad van a parar a la planta recicladora del relleno sanitario.
Así quedó la instalación eléctrica. Foto: Manuel Fabatía.
Dependen de la basura
Son 70 las familias que en la actualidad dependen para la subsistencia de este trabajo informal. Todos los días los trabajadores y trabajadoras separan los residuos que llegan al relleno sanitario para reciclar botellas, cartones, plásticos y otros. De esta forma logran su sustento de vida y contribuyen al mismo tiempo con el cuidado del medio ambiente.
Los residuos que llegan a diario desde los barrios de la ciudad en los camiones recolectores al relleno sanitario ubicado en barrio Las Lomas, sobre la orilla del río Salado, corren primero por una cinta transportadora. A un lado y al otro de la misma los recicladores abren las bolsas y cajas y separan lo que se reutilizará de lo que se descarta. Más tarde la basura que no les sirve terminará en el relleno sanitario ubicado al fondo de la planta. Mientras que el resto es trasladado para la venta y su reutilización.
Dejó de funcionar
Pero la cinta por donde corren las bolsas de basura dejó de funcionar. Es que en este inicio de año se robaron los cables que la abastecen de energía eléctrica. “Entraron a la planta y los cortaron, nos dejaron en la lona”, dijo Maricel Ortega, una de las recicladoras que pertenece a la Asociación Civil Dignidad y Vida Sana. “Desde la Municipalidad nos dicen que tenemos que presentar un presupuesto, pero la burocracia nos va a liquidar, necesitamos solucionar esto hoy mismo”, se quejó.
Manuel Fabatía.
Por ese motivo, “abrimos una cuenta para que nos donen plata y así poder comprar los cables. Ya nos donaron 80 mil pesos pero necesitamos como 800 mil”, dijo Ortega. “Hicimos la denuncia pero no tuvimos respuesta. Nos piden que hagamos guardia nosotros para cuidar la planta pero no nos corresponde, no podemos quedarnos a vivir acá”, expresó la trabajadora. “Con este robo nos desbastaron del todo, nos dejaron en pelotas. No podemos seguir reciclando a mano, tampoco podemos enfardar, y cada día que pasa es un día más sin ingresos para nosotros”.
“Pedimos que nos donen cables (para maquinas industriales TPR 4x6 y TPR 4x2,5) o dinero para comprarlo, que nos den una mano de corazón, que nos ayuden”, dijo Ortega. “Al menos que nos traigan un generador y un ventilador, porque hace mucho calor para trabajar así”. La Asociación Dignidad y Vida Sana publicó en sus perfiles en las redes sociales los datos de contacto para recibir las donaciones que piden.
Mientras esperan solucionar el problema, los y las recicladoras continúan las tareas a mano, sin la cinta transportadora. Habitualmente tratan de evitar riesgos y accidentes con la utilización de guantes y mascarillas, entre otros elementos de protección. Pero "en estos momentos no tenemos nada, ni guantes", dijo Ortega.
Por último, cabe mencionar que además del impacto social que tiene la paralización de la planta para estas 70 familias recicladoras, el problema tiene un impacto ambiental directo en la ciudad, ya que la basura que llega a la planta y no es reciclada para su reutilización termina en el relleno sanitario.