Luciano Andreychuk
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@landreychuk
Es una de las zonas más críticas. Ya hay 211 evacuados en la ciudad.
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“No quedó ni el loro”, dijo Américo Ceballos, evacuado en una de los módulos de emergencia que se construyen en el ingreso a Colastiné Sur. Lo tragicómico de su expresión se completaba mientras señalaba a un loro en una jaula, rodeado de ropas colgadas e insectos voladores que anunciaban la llegada del aguacero. La casa de Américo quedó sepultada bajo el agua.
Su familia, como otras diez, ya están evacuadas en ese predio: allí ya se construyeron 14 casillas con placas de fenólico de 1,80 por 2,40 mts. Tienen 20 metros cuadrados cubiertos. Las familias tienen acceso a dos baños químicos y a una cisterna de Assa donde extraen agua potable. También cuentan con electricidad. “Pero falta asistencia sanitaria”, pidió el hombre.
Quince empleados del municipio estaban terminando de construir otras tres casillas. “En un día de trabajo intenso se pueden llegar a levantar 4 módulos con esta cantidad de personal. De ser necesario, el predio da para montar más”, dijo una fuente municipal que pidió reserva de nombre.
No quedó ni el loro. La estética de la supervivencia en ese lugar adonde Américo contaba sus desgracias acostumbradas mostraba una mamá embarazada, trastos amontonados, una señora mayor con gesto de resignación, y los chicos, como en un mundo paralelo, correteando y viendo en qué entretener el tiempo. El cielo, oscuro, sinuoso: estaba por llover. Y llovió.
Terraplén y después
Ya en el final del barrio, en el terraplén de defensa, había voluntarias jóvenes —de CTA Santa Fe y vecinas— que llenaban bolsas de arpillera con arena. “Vamos chicas, que estamos contrarreloj”, dijo una arengando al resto. Desde la calle final se veía el mosaico de bolsas, y más allá, dos o tres casas enterradas metro y medio bajo agua. “Se viene la lluvia. Me vuelvo pal’ rancho, estoy en la isla”, gritó un paisano desde un pequeño bote.
Marcela Fernández, presidenta de la vecinal del barrio, coordinaba el trabajo de colocación de bolsas. Había vecinos, jóvenes, gente grande, todos trabajando sin parar.
“Habíamos pedido que viniera gente idónea para que nos indicara cómo y dónde colocar correctamente las bolsas de contención. Corregimos lo que estábamos haciendo mal. También trajeron maquinarias. Ahora se va a poder trabajar en forma articulada entre municipio y provincia”, contó a El Litoral.
“Nos apoyan distintas organizaciones. Y los vecinos se dieron cuenta del riesgo, salieron de sus casas y están ayudando. Hay un fuerte sentido de solidaridad para darle pelea a esto”, dijo la presidenta. Como se recomendó evacuar todo el barrio —este medio dio la noticia en su edición de ayer— muchos vecinos empezaron a retirar sus pertenencias materiales.
“Las cosas están a salvo. Ahora hay que fortalecer las defensas y preservar lo humano”, dijo Fernández. Hacía 17 años que Colastiné Sur no sentía tan de cerca la amenaza de río. “Aunque este sea un terraplén no consolidado, trabajamos para darle fuerza. Se trata de resistir”, subrayó.
Costanera
La Setúbal se veía amenazante como pocas veces antes. La laguna picada, con el agua que había superado ya la altura de las bajadas, y una invasión de camalotes y basura golpeando a la deriva contra los muros. En la Costanera Oeste, el municipio clausuró el ingreso de personas al sector bajo de este paseo y a los espigones I y II.
También dispuso la clausura de las playas y balnearios de la costa: es decir, los bañistas no podrán ingresar a la laguna “hasta tanto pase la onda de crecida”. En todos los lugares “se mantendrá la presencia de guardavidas para orientar a las personas e informar de la situación”, indicaron fuentes del gobierno local.
Extraña postal que cambió la postal más santafesina de todas. En el Puente Colgante, el agua chicoteaba fuerte sus pilotes de sostén. Y más camalotes aquí y allá. Sentada en la costanera, una mujer se sacaba una selfie con el agua iracunda y el cielo gris oscuro de fondo. El aguacero despuntaba.
211 evacuados
Según el último reporte del municipio —de ayer a la tarde— había evacuadas 211 personas: 127 en el ingreso a la Vuelta del Paraguayo 46 en los módulos instalados frente al riacho Santa Fe —sobre la colectora de ruta 168— y 38 en los módulos instalados en Colastiné Sur. En cada sector se brinda asistencia social y sanitaria. El dato se incrementa con el paso de los días. Y todo ello sin contar la cantidad de personas autoevacuadas
Santo Tomé
La intendenta de Santo Tomé, Daniela Qüesta, informó las dificultades que se han presentado en la ciudad hasta el momento: “estamos registrando problemas en zonas puntuales ubicadas fuera del anillo de defensa, entre ellas los barrios Costa Azul, Costa de Oro y el sector del terraplén delimitado por Juan de Garay y Alberdi. Tenemos un total de 16 familias directamente afectadas por la crecida del río, 8 de las cuales optaron por autoevacuarse y contaron con la asistencia del municipio en los casos que así lo requirieron”.
En los otros 8 casos fueron trasladados los niños y las mujeres, mientras que los jefes de familia decidieron permanecer en sus hogares para resguardar sus pertenencias. “Todos ellos cuentan con asistencia alimentaria”, añadió Qüesta. “Tenemos dispuesto en la Vecinal Sargento Cabral un centro de evacuados presto a funcionar si las circunstancias lo requieren, aunque afortunadamente por el momento esto no ha sido así”, finalizó.
Rincón
El municipio de Rincón informó que realiza un monitoreo constante de las estaciones de bombeo. Además, se realizan tareas preventivas para garantizar que los caminos de los barrios afectados puedan ser utilizados con normalidad en Los Espinillos, Cina-Cina y Acería; se están llenando bolsas con arena y ensanchando los reservorios para lograr una mayor capacidad para retener agua.
La Municipalidad solicitó a los vecinos no sacar ramas y emitir la menor cantidad de residuos domiciliarios. Además, abrió una convocatoria a personas voluntarias que deseen colaborar en las distintas tareas que se llevarán a cabo en las próximas semanas. Los interesados podrán comunicarse al 4972398- 4970550 y allí dejar sus datos para contactarlos.
UNL: comisión de seguimiento
A raíz de la crecida del Paraná y Salado y sus cauces de influencia, la UNL conformó una comisión de seguimiento de las crecientes. El objetivo es coordinar todas las acciones que se realicen desde esa casa de estudios a fin de paliar los efectos negativos que pudiera generar la gran altura de los ríos.
Se dispusieron medidas logísticas para colaborar en la evacuación de familias de agentes de la casa, en caso de resultar necesario. Y desde hoy en la sede de la FUL (1º de Mayo 3146), se recibían donaciones de pañales, leche, agua, productos de limpieza y repelente para insectos, que serán distribuidas a familias afectadas. Otro punto de recepción será la Escuela Industrial Superior (Junín 2850), sólo el 29 y 30, de 8 a 12 y de 14 a 19.