Así como se indaga "cómo te fue en la escuela", hay que preguntar: "¿qué viste hoy en las redes?"
Una especialista desarrolla algunas herramientas que están al alcance de los padres. Aunque sostiene que lo principal es aprender sobre las tecnologías y las redes sociales para cultivar una cultura digital responsable.
El "A que no te animás a…" de antaño, hoy se traduce en los retos virales, algunos de los cuales son violentos y dañinos.
El Blackout Challenge o Desafío del Apagón que se habría cobrado la vida de una nena de 12 años en Capitán Bermúdez -cuyo caso aún está en investigación para dilucidar lo ocurrido-, es uno de los peligros que esconden las redes sociales, principalmente, para niños, niñas y adolescentes. Los retos virales son desafíos que se masifican a través de las tecnologías y, así como hay algunos que son divertidos, otros son violentos o dañinos.
Soledad Martínez, especialista en ciberdelitos de la Defensoría del Pueblo de la provincia y disertante en cursos para padres sobre la temática, habla de la necesidad de cultivar una "cultura digital responsable" en las familias. En diálogo con El Litoral, dijo que "es fundamental empezar, como adultos, a educarnos digitalmente y a tener un diálogo en familia sobre estos juegos, retos o desafíos virales online".
"Así como está el Blackout Challenge también tenés el Momo o el de la Ballena Azul, que hace un par de años fomentaban que los chicos se autolesionan; también está el Balconing, que consiste en saltar de los balcones. En Uruguay, el año pasado entre los meses de septiembre y octubre, hubo varios chicos internados a causa de los desafíos que proponía el Huggy Wuggy que es un muñequito azul -que podemos encontrar en cualquier juguetería-, y que tiene retos desde asfixiarse hasta marcarse los brazos con elementos cortantes", amplió Martínez.
Ante estos peligros, la especialista propone a los padres, en primer lugar, "empezar a conocer todas las redes sociales que manejan los chicos, que no solamente son Instagram o Whatsapp. Googlear todo lo que hay de las redes, conocer cuáles son estos retos virales".
Sugiere, asimismo, incorporar en los hogares el diálogo con relación a las redes. "Así como se hace a diario la consulta de 'cómo te fue en la escuela', también preguntarles: ¿Qué viste hoy en las redes? ¿Qué te llamó la atención?".
"No es la idea demonizar las redes sociales -aclaró- pero sí saber lo bueno y lo malo que conlleva cada una. Empezar a demandar este tipo de capacitaciones o formaciones para padres y para chicos. Una cultura digital responsable implica esto también. Lamentablemente me tocó participar en charlas y reuniones de padres donde había una determinada cantidad de convocados y sólo asistía una mínima cantidad de papás. Ahí es donde nos tenemos que involucrarnos como adultos, para saber qué hay detrás de las pantallas", recomendó Martínez, quien consideró que también la "educación digital" debería incorporarse como contenido obligatorio en las escuelas para que los alumnos aprendan sobre los peligros de las redes sociales; así como sucede con la Educación Sexual Integral (ESI).
"Cuando uno inscribe a los hijos en una escuela o club, generalmente va a conocer esa institución, qué docentes tiene, cómo es el edificio. Si vemos una escalera empinada, le diremos a nuestro hijo que se cuide al bajar. Del mismo modo, tenemos que empezar a conocer esas redes por las cuales transitan y navegan habitualmente los chicos para tener herramientas y poder protegerlos de esos riesgos a los que están expuestos", amplió.
Otras recomendaciones que hace Martínez acerca de cómo acompañar a los chicos y adolescentes en el uso de las tecnologías son:
-Monitorear las actividades de los hijos online. "Hay distintas aplicaciones de mediación parental; por ejemplo, en el caso de Tik Tok se denomina 'sincronización de cuentas', y permiten justamente sincronizar las cuentas de un niño a las de un adulto para tener conocimiento de las descargas que hace", dijo. Y amplió: "Una de las herramientas más conocidas es Family Link de Google que permite controlar la cantidad de horas de exposición de pantallas, determinar los horarios de bloqueos de los dispositivos, autorizar las descargas que pueden hacer los chicos en los celulares. Eso de alguna forma hace un seguimiento de la vida digital de los chicos".
-Que los hijos ingresen a las App acordes a su edad. "Hay que saber que Tik Tok pide una mínima edad de 13 años para su uso con perfil privado y más de 16 años para perfil público e intercambio a través de chats. Pero conocemos que chicos de 7 u 8 años ya están teniendo cuentas porque ponen otra fecha de nacimiento y se crea un perfil propio", alertó.
-No son juegos. Martínez también dijo que las familias deben dejar en claro que "no son juegos ni retos admisibles" aquellos que ponen en riesgo la vida. Tras lo cual aclaró: "Tampoco hay que demonizar una red social como Tik Tok porque allí, además, hay desafíos de bailes con coreografías que se pueden hacer en familia, buscándole el lado recreativo, lúdico y educativo a las redes sociales".
-No compartir detalles ni promocionar información en las redes. "No poner en redes el minuto a minuto de lo que uno hace en su vida cotidiana. Tener cuidado con la información que uno da en redes, cuidar el resguardo de los datos personales de los chicos que no son solo el nombre, número de DNI o teléfono, sino también la imagen, la voz o una caricatura del niño. Empezar a inculcar eso: la importancia de proteger esos datos y no hacer una sobreexposición de nuestra rutina", remarcó la especialista.
En el libro "Guía para la crianza en un mundo digital", de Sebastián Bortnik, el autor -que se dedica a la educación y la investigación en tecnología y seguridad informática-, hace referencia a los retos virales:
"Cuando nosotros, hoy adultos, éramos adolescentes, también queríamos formar parte de algún grupo, por eso usábamos determinada ropa o nos identificábamos con cierta música o lenguaje. En mayor o menor medida esto siempre fue así, porque en la adolescencia, pertenecer es muy importante.
"Como en otros aspectos, la tecnología potencia esta tendencia. 'A que no te animás a…', seguramente todos lo escuchamos o dijimos en nuestra adolescencia. Hoy esto se traduce en los retos virales, que ya no están limitados a la escuela o al ámbito físico, sino que se ven potenciados porque ese famoso 'pertenecer' es demasiado amplio (…)
"Nos es casual que los retos virales se potencien en la adolescencia: los cerebros aún se están desarrollando, la corteza prefrontal que maneja el pensamiento racional se desarrolla hasta los 25 años, y por eso los adolescentes son más propensos a actividades impulsivas.
"Enseñarles a los chicos a ser críticos de lo que leen y consumen es fundamental para que puedan digerir estos retos y ser empáticos respecto a las consecuencias de sumarse. No ser violentos debe ser más importante que pertenecer. Recordemos que en esta etapa no se puede estar encima de cada cosa que hacen, por eso debemos fortalecer su autonomía, para que no sean violentos, no se lastimen ni lastimen a otros, aún si hubiera presión grupal para hacerlo".
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