Lunes 22.2.2021
/Última actualización 18:06
En diciembre El Litoral dio cuenta que el municipio retiró el busto de Ana Frank del paseo del mismo nombre que está ubicado en la Costanera de la ciudad de Santa Fe, a la altura de calle Pedro de Vega. Como en 2017, la imagen de la joven judía fue víctima de hechos vandálicos y debió ser intervenida por especialistas.
Pasaron tres meses y desde el gobierno local finalizaron los trabajos de restauración. Sin embargo, el busto fue reubicado de lugar, siempre en el paseo costero tradicional de la ciudad capital.
Como lo demuestra la foto, la escultura de Ana Frank ahora está instalada en la vereda de la Costanera, entre el puente peatonal y el Code, esto es cerca de calle Calcena. Si bien no está finalizado el nuevo emplazamiento, la figura llamó la atención de aquellos que habitualmente transitan el lugar a pie o hacen actividad física.
Por lo que pudo averiguar El Litoral, este cambio surgió a raíz de una serie de reuniones entre la Municipalidad y representantes de la Asociación Cultural Israelita Argentina "I.L. Peretz", entidad que fue una de las impulsoras de la colocación del homenaje a Frank.
Entre los motivos del cambio, según pudo saber este diario, se priorizó este nuevo lugar porque sería menos vulnerable que el anterior y por la zona transita más público. Desde I.L Peretz reconocieron que, cuando se finalicen los trabajos, la idea es realizar un pequeño acto.
Con la de estos meses, ya son dos las oportunidades en las que el busto de Ana Franck fue vandalizado y retirado por el municipio para su arreglo. La primera ocurrió en 2017, un año después de su inauguración.
La historia de Ana Frank es una de las más valientes que se recuerde de las atrocidades encabezadas por el nazismo en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, en la década de 1940. Una adolescente alemana con ascendencia judía se escondió junto a su familia en su propia casa para resistir a la embestida de Hitler y el Tercer Reich. Finalmente fue capturada y llevada a campos de concentración donde luego de un tiempo murió. El único que sobrevivió fue su padre, Otto, quien en los años siguientes se encargó de publicar "El diario de Ana Frank", los pensamientos de la joven plasmados en su diario íntimo.