Protegerse. En Santa Fe, en los últimos diez días hubo que tener el piloto y el paraguas siempre a mano. Foto: Flavio Raina
El clima continúa siendo muy inestable en la región. Desde el sábado, en la ciudad, se acumularon unos 90 milímetros de lluvia, pero el martes hubo anegamientos importantes en Laguna Paiva, Nelson y Esperanza.
Las proyecciones climáticas de mediano plazo proyectan un trimestre con lluvias normales en la región central del país, pero la volatilidad es un riesgo. El fenómeno de El Niño está en fase neutra.
Protegerse. En Santa Fe, en los últimos diez días hubo que tener el piloto y el paraguas siempre a mano. Foto: Flavio Raina
Gastón Neffen
En febrero, el escenario climático cambió. Luego de dos meses de calor agobiante, y con una ola de temperaturas máximas histórica, de repente comenzó a caer un chaparrón tras otro y con tormentas puntuales con altos milimetrajes que generaron muchas dificultades en Laguna Paiva, Nelson y Esperanza, por ejemplo.
En la ciudad, el acumulado de lluvias de febrero ya supera los 90 milímetros (la media para todo el mes es de 151 milímetros) pero está lejos de los 160 milímetros que cayeron en Laguna Paiva el martes o de los 200 milímetros que “castigaron” a Nelson, según las autoridades locales.
En el norte de la provincia de Buenos Aires y en el sur de Santa Fe hubo sectores puntuales en los que precipitaron cerca de 300 milímetros, un indicio más de lo heterogéneas y desparejas que están siendo las tormentas.
“Habíamos advertido que la volatilidad climática, a partir de los efectos regionales, podía ser un riesgo en un año con El Niño en fase neutral”, recordó José Luis Aiello, especialista en clima y director científico de la Guía Estratégica del Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, en una entrevista con El Litoral.
El experto explicó que la heterogeneidad de las lluvias se relaciona con la volatilidad y el tipo de tormentas del verano. “Es lógico que las ciudades que quedan debajo de un núcleo convectivo reciban más de 100 milímetros y que a 40 kilómetros sólo precipiten 50 milímetros”, señaló.
En el área metropolitana de Santa Fe, las condiciones climáticas aún tienen un alto grado de inestabilidad. “Es que se mantiene un importante ingreso de aire cálido, húmedo e inestable en altura desde el oeste/noroeste, el cual se combina con un sistema frontal, más frío y seco, que avanza lentamente y cuyo eje une las provincias de La Rioja y Buenos Aires”, contó Ignacio Cristina, del Centro de Informaciones Meteorológicas (CIM) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en diálogo con El Litoral.
Esta situación es la que genera condiciones propicias para la formación de sistemas de tormentas, algunas de las cuales pueden ser localmente fuertes, advierte el pronóstico del CIM.
La probabilidad de lluvias se mantiene hasta el domingo, pero un informe especial del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) estima que el mal tiempo seguiría hasta el miércoles 12 de enero en el centro del país (incluido el centro y sur de Santa Fe), por la presencia de un frente en estado “estacionario” que provoca en forma intermitente lluvias y tormentas. A partir del miércoles, esta zona de mal tiempo —dice el SMN— tendería a desplazarse hacia el norte del país.
Son estos pronósticos los que comienzan a generar preocupación, sobre todo en las ciudades y en las regiones agrícolas que ya recibieron tormentas que acumularon mucha agua.
Tendencias
Los informes meteorológicos de mediano plazo del SMN aseguran que las condiciones climáticas deberían generar precipitaciones normales, e incluso por debajo de la media en las provincias norteñas, aunque se advertía la posibilidad de tormentas localmente fuertes por la época del año.
La temperatura en el océano Pacífico ecuatorial se mantiene cerca de sus valores normales, por eso el fenómeno de El Niño está en fase neutral y no está influyendo en la generación de precipitaciones. Pero hay algunos pronósticos que adelantan la probabilidad de un año Niño —de baja intensidad— para la primavera (ver recuadro).
Respecto de la coyuntura actual, Aiello coincide en que la interacción entre un flujo de humedad proveniente del norte y la entrada de frentes fríos, que se transportan más lentamente de lo normal, es lo que generó esta “anomalía de lluvias” que se registra desde hace diez días.
“La semana que viene la situación debería normalizarse y no hay ningún argumento para pensar que este evento va a continuar durante lo que resta de febrero y marzo”, concluyó el especialista de la bolsa rosarina.
En la primavera, ¿se viene El Niño?