Qué puede pasar en Santa Fe si crece el río Paraná
Hay pronóstico de niveles altos para fin de año, tras varios años de bajante. Una defensa está rota, otras demandan mantenimiento y hay un tramo que falta. Además, crecieron los asentamientos en zonas inundables.
Garello. En este sector de Colastiné los daños en la defensa son recurrentes y su reparación comenzó a ejecutarse por estos días. Foto: Fernando Nicola.
Para fin de año es probable que el río Paraná crezca y esto tenga consecuencias en la ciudad de Santa Fe, sobre todo en la zona de la Costa y los sectores bajos. Durante los últimos años hubo un largo período de bajante. En ese contexto, algunas familias se asentaron en terrenos que estaban secos pero que, en verdad, son inundables. Además, hay al menos una defensa que demanda una reparación, como también el necesario mantenimiento general y permanente de todos los terraplenes de contención. Y en la zona de Rincón Norte hay otra defensa hacia el bañado de la Setúbal que falta. La obra ya fue licitada pero todavía no se adjudicó. Todo esto da sustento a la preocupación de los vecinos.
En la Costa, "vemos que los terraplenes están sin ningún tipo de mantenimiento", dijo Susana Nari, vecina de barrio Acería, en Rincón. "Desde el 2020 vemos que la cota ha bajado", advirtió más adelante la mujer, que forma parte del grupo de vecinos denominado Defensas de la Costa. "Hay socavones en distintos puntos, sobre todo en las bajadas de acceso a la costa".
Por otra parte, "nos preocupa mucho los asentamientos en los reservorios y el talud húmedo. Esto se ve en el terraplén Garello, por ejemplo", dijo la vecina y se preguntó luego "¿quién se hacer cargo de esto?".
Con todas estas inquietudes y preocupaciones, los vecinos de la costa presentaron en los últimos días una nota al Gobierno provincial y a los municipios de Rincón, Santa Fe y la comuna de Arroyo Leyes. "Reclamamos información sobre qué se está haciendo, si hay un plan de contingencia", dijo Nari, porque además, "cuando el reservorio Garello se llene de agua de lluvia, va a desbordar hacia el barrio Acería, en jurisdicción de Rincón".
La respuesta
Si bien el mantenimiento de las defensas está a cargo del gobierno provincial, los municipios de Santa Fe y Rincón también tienen injerencia, ya que se ocupan del monitoreo permanente y del funcionamiento de las bombas de extracción.
Desde la Municipalidad de Santa Fe, la secretaria de Asuntos Hídricos y Gestión de Riesgo, Silvina Serra, advirtió que "la erosión es permanente, porque la gente usa los terraplenes de calle". Y agregó: "Si vemos una fisura puntual la reparamos. Y colocamos vallas todo el tiempo, pero la gente las retira para seguir transitando. Es una tarea constante".
Por otra parte, Serra comentó que le han solicitado a la Provincia que se ocupe del mantenimiento general de la cota de las defensas erosionadas. "Elevamos informes permanentes, los mantenemos informados de todo lo que pasa, tramo por tramo".
Desde la Provincia, el secretario de Recursos Hídricos, Roberto Gioria, dijo que "las defensas están en condiciones, con una altura para resistir una crecida del Paraná. Hay que mantenerlas, y es lo que vamos a hacer. En algunos sectores vamos a altearlas para recomponer el talud y en otros, mantenerlas", explicó el funcionario, quien además señaló que van "a abrir y limpiar las cunetas que sean necesarias".
Para realizar dichas tareas de mantenimiento de las defensas será necesario un llamado a licitación. El mismo "está en curso, ya hemos confeccionado los pliegos y los pasos administrativos siguen su curso", dijo Gioria. La inversión necesaria supera los $2 mil millones. "Hay que ver a cuánto se actualiza el valor, es decir, a cuánto se redetermina", anticipó el funcionario.
El Niño
Si bien el denominado fenómeno El Niño se encuentra en la actualidad en su fase neutral, los especialistas advierten que hay un "62% de probabilidad de desarrollo de una fase Niño" durante el trimestre mayo-junio-julio -en curso-, de acuerdo a los modelos dinámicos y estadísticos. Además, "las chances de Niño se mantienen altas durante todo el otoño e invierno", indica un informe dado a conocer por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y por el Instituto Nacional del Agua (INA), que ya está en manos de las autoridades.
La ciudad de Santa Fe es por su naturaleza vulnerable a las inundaciones. Está rodeada de ríos, el Paraná y el Salado. Y a lo largo de su historia ha sufrido reiteradas inundaciones. Algunas de ellas muy duras, como las del '83, '92, y '98, por el Paraná; y la del 2003, por el Salado, que fue la peor de su historia. Es por ello que los hidrólogos nunca hablan de "riesgo cero".
Un Plan
Con el objetivo de estar mejor preparados para las inundaciones, en el año 2000 los ingenieros hídricos del INA elaboraron un Plan Director para la ciudad de Santa Fe. Allí se señalaron todas las obras de infraestructura que se necesitan para evitar inundaciones: defensas, desagües, canalizaciones, estaciones de bombeo, reservorios, etc. Muchas de ellas ya se ejecutaron y algunas pocas están en marcha o pendientes.
Más tarde dicho plan del INA fue actualizado con las nuevas perspectivas de sustentabilidad, como la utilización de retardadores pluviales. Este nuevo paradigma incluyó el concepto de ciudad verde, con más plazas y cintas verdes, que sirvan para retener el agua de lluvia.
Sin embargo, sin planificación urbana ni control, hay barrios enteros que durante los últimos 50 años fueron levantados en zonas inundables. Zonas que antes formaban parte del valle de inundación y que más tarde fueron loteadas para su urbanización. Así nacieron, por ejemplo, muchos de los barrios de la Costa santafesina. Y tras las sucesivas crecidas del Paraná fue necesaria la construcción de los anillos de defensa y los sistemas de drenaje, reservorio y bombeo de los excedentes pluviales.
Durante los períodos de niveles bajos del río es necesario que el Estado controle estos anillos de defensa, que muchas veces son vandalizados con el robo de cables de las estaciones de bombeo, o son utilizados como calles, pese a la prohibición de circulación vehicular. Esto genera la erosión del suelo y su debilitamiento. Y cuando el río crece se transforma en un riesgo.
En la Costa hay en la actualidad al menos dos puntos críticos. Uno es terraplén Garello, que se desmoronó en un tramo. La obra de reparación estuvo demorada. Finalmente se inició el 22 de mayo pasado y demandará al menos un año.
El otro punto crítico es el sector oeste de Rincón Norte y Arroyo Leyes. Allí no hay anillos de defensas. La obra ya fue licitada por la Provincia pero todavía no se adjudicó, por lo que no comenzó, y cuando se inicie tendrá un plazo de dos años. El nuevo terraplén comenzará en Villa Añatí, en el Km 8,2 de la RP N°1, y se prolongará hasta su cierre en el Km 16,7 de dicha ruta. "Esa defensa está ahora en la Comisión de Administración -dijo Gioria-. Se está evaluando, en la fase final de análisis, para emitir el dictamen, y después seguirá su circuito", detalló.
Inundación por napa
Más allá de las defensas, en la Costa el suelo es de arena y con una crecida se elevan los niveles freáticos, que son los que indican los niveles de alerta y evacuación. Entonces, "colocamos estaciones para medir niveles de napa freática", explicó Serra. "Así sabemos cuáles son las zonas afectadas, que son las más cercanas al terraplén". Dichas estaciones le demandaron al Municipio una inversión que ronda los $3 millones. Además, el mantenimiento de canales de drenaje y guarda a reservorios demandó otra inversión de $18 millones anuales.
Otro problema es el suscitado por la obra de la nueva autovía de la Ruta 1 que "provocó que haya una mayor zona impermeable, por lo que se han generado nuevas zonas de acumulación de agua que requieren canalizaciones", advirtió Serra. "Evaluamos esto, presentamos proyectos a la Provincia y no tuvimos éxito. Así que la idea es hacer las obras con mano de obra municipal, cuando se pueda. Estamos terminando la readecuación del canal El Lele, y estamos por empezar el canal Charrúa", detalló la funcionaria.
En el valle
Más grave aun es la ocupación de terrenos inundables por fuera de los actuales anillos de defensa. La gran mayoría de estos casos son sociales, es decir que son gente que no cuenta con recursos económicos para comprar un terreno seguro y busca un lugar a donde levantar su techo para la subsistencia. La falta de control y ordenamiento territorial hizo que crezcan así grandes lonjas de viviendas en zonas de riesgo hídrico, como ocurre en el bajo de barrio El Pozo y en distintos puntos del valle de inundación de la Setúbal, junto a la ruta 168. Todos estos casos fueron advertidos en los últimos años por sectores políticos de la oposición a la actual gestión y los reclamos llegaron al Concejo Municipal.
Respecto de estos asentamientos, "ya iniciamos acciones junto a la gente de Hábitat para relevar a la gente y que sean retirados del lugar", anunció Gioria. "Se irá viendo con cada familia cómo solucionar los problemas. Sabemos que no es fácil de solucionar, porque hay niños -dijo-. Y hay sectores muy consolidados, como en Varadero Sarsotti". Por otra parte, "la gente que esté del lado de afuera del terraplén va a tener problemas", advirtió.
Posibilidad de emergencia
Con el "diario del lunes", es decir, con la ciudad en emergencia por crecidas, con cada inundación, es el Estado -en sus diferentes niveles- quien debe afrontar inversiones millonarias, tanto para la asistencia de los afectados, como para las obras de infraestructura y reparación. Se levantan centros de evacuados, refugios y puestos sanitarios. Esto se repitió a lo largo de toda la historia de Santa Fe.
La Municipalidad de Santa Fe cuenta con un Plan de Contingencia. "Hacemos censo de familias en zonas de riesgo hídricos, tenemos mapas confeccionados de zonas más vulnerables, como el cordón oeste, del hipódromo hacia el sur. Lo importante es que el mapa de riesgo hídrico permitió delimitar el límite real de lo que se afecta", dijo Serra.
A fin de año, es probable que haya en Santa Fe un escenario de crecida del río Paraná y, en ese sentido, no se debe descartar la posibilidad de una emergencia hídrica. Ese escenario puede llegar a darse en el marco del recambio de gobierno en sus diferentes niveles del Estado, con equipos en retirada y otros que asumirán la responsabilidad de dar respuestas a la gente que demanda soluciones. Nada fácil.
Estaciones de bombeo
La Municipalidad de Santa Fe opera y mantiene 50 estaciones de bombeo con 120 bombas de extracción de excedentes pluviales. Esto genera una inversión millonaria. Y más aún teniendo en cuenta el vandalismo y robo de cables o daños en los tableros.
Para evitar dichos vandalismos, la Municipalidad está instalando un sistema de monitoreo conectado al Centro de Monitoreo y a la base Arizu, con una inversión que supera los $8 millones. "El mes que viene estará operativo", anticipó Serra.
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