Lunes 20.4.2020
/Última actualización 14:47
“Cansados de correr eternamente el mismo camino, los ríos parecen tomar resuello y reducir al mínimo su potencia. Algún canal barroso, algún hilillo de agua que corre como por compromiso es todo lo que resta de nuestra caudalosa cintura fluvial. Las costas fangosas se estiran despertándose; los puentes muestran impúdicamente sus pilotes marcados para siempre por las aguas: las cuevas de cangrejos parecen los ojos asombrados de las barrancas y alguna canoa, inútilmente amarrada en el barro es el símbolo quieto de este otro fenómeno de las aguas: la bajante”.
El párrafo anterior corresponde a la crónica que diario El Litoral publicó el 3 de septiembre de 1963 bajo el título: “El río dormido: costas barrosas, aguas quietas y peces muertos, marcan el signo de la bajante”. En la nota se describe con lujos de detalles cómo eran aquellos tiempos donde el río se mostraba en su mínima expresión. El recuerdo de una de las bajantes más notorias que vivió la capital de la provincia viene a cuento de la actual altura del Paraná, con 1,39 mts (06-04-2020).
Archivo El Litoral“El régimen del río va marcando el ritmo del comentario ciudadano: ‘No hay que comer pescado’, ‘en el paso Tacuani hay 12 pies’, ‘el año pasado estuvo más bajo’. El hombre de la calle sigue las alternativas del nivel del río, compara, pronostica, averigua. Porque a pesar del portafolios, el traje ciudadano y el apellido gringo, se siente oscuramente identificado con esa masa de agua silenciosa que lo acompaña en su transcurrir cotidiano”, continúa en otro párrafo la crónica anteriormente citada.
El dato duro indica que por aquel entonces se produjo una de las bajantes más grandes registradas en el Puerto de Santa Fe. En el segundo semestre de 1963, el río Paraná en el puerto local registró valores históricos en su escala hidrométrica. La altura mínima en ese tramo del año fue de 0,31 metros y la media anual registrada alcanzó un valor de 2,57 metros.
Casi 50 años después, las fotos
Casi 50 años después de esa crónica, El Litoral publicó una serie de imágenes que un lector gentilmente compartió con el diario. Bajo el título “Cuando el río bajó a 0,31 metros”, se dieron a conocer las imágenes que este santafesino tomó en el segundo semestre de 1963.
“Pueden verse los pilares del Puente Colgante totalmente descalzados, con gente a su alrededor, en una foto tomada desde lo que hoy conocemos como Piedras Blancas. Si se repara en los detalles del fondo, se observan las chimeneas de Calchines, parte de la edificación del Club de Regatas y hasta el remate de la fuente del parque Oroño, la misma que hoy conocemos como la Fuente de la Cordialidad”, explica la nota firmada por Guillermo Dozo.
Archivo El Litoral / Héctor CavalleroFoto: Archivo El Litoral / Héctor Cavallero
El autor de las imágenes es Héctor Cavallero quien vía correo electrónico envió las imágenes a la redacción de El Litoral. “Se muestra como un aficionado a la fotografía y nos comenta que las tomas ‘fueron escaneadas desde una diapositiva. Película Kodachrome. Máquina: Kodak Instamatic 400”, describe la nota citada.
Archivo El Litoral / Héctor CavalleroFoto: Archivo El Litoral / Héctor Cavallero
“Las otras fotos nos muestran el efecto del agua retirada de la laguna. Tanto que en una de ellas se puede ver gente pescando en un pequeño tramo de agua que aún circulaba por la laguna, mientras que, alrededor, un manto verde cubría lo que habitualmente es el gran espejo de agua”, agregaba la crónica publicada en enero de 2012.
Río bajo, problemas con la balsa y el puerto inactivo
En otra crónica de septiembre de 1963, El Litoral informó de los problemas que generaba el poco caudal de agua en el Paraná. “La bajante del río causa dificultades en el embarcadero Colastiné. El Puerto inactivo”, tituló este diario el 19 del mencionado mes.
“La actividad portuaria ha decaído a un nivel mínimo, con total ausencia de movimiento de ultramarinos, en razón de que el calado máximo admisible se ha reducido a 12 pies, lo que significa incluso, serios tropiezos para embarcaciones de menor porte, afectadas por el cabotaje fluvial, que deben cumplir sus viajes con cargas reducidas”, describió este diario por aquellos tiempos.
Archivo El LitoralDel mismo modo, los inconvenientes en la balsa del río Colastiné quedaron expuestos en la citada noticia. “La extraordinaria bajante del Colastiné y la existencia de un banco de arena justo enfrente del embarcadero, determinó que esas barcazas militares desde el 26 de julio, tuvieran que dejar de utilizar las instalaciones existentes en el muelle, para pasar a usar un embarcadero provisional instalado a unos 200 metros aguas arriba”, contaba El Litoral.
En otro párrafo, se comenta que la situación se agravó para mediados de agosto de ese año con la aparición de otro banco de arena. “Como consecuencia, -explicaba esa nota - las barcazas que normalmente transportan cargas de entre 110 y 120 toneladas, ahora sólo llevan 50”.
Por estos días, el río vuelve a mostrar su lado más flaco. Incluso, rompió el piso de 1,50 mts que había alcanzado a mediados de diciembre de 2019. Como es dable esperar, con la poca cantidad de agua (este lunes se registró una altura de 1,39 mts en el puerto local), se modifica el paisaje (al igual que hace 57 años) y quedan a la vista situaciones poco frecuentes. Por caso, se puede mencionar los bancos de arena en la Laguna Setúbal. Estos sedimentos quedaron expuestos desde la semana pasada y se pueden observar desde la punta norte de la costanera este, donde comienza el Paseo de la Laguna. Por último, cabe mencionar que los especialistas advierten que el fenómeno continuaría en las próximas semanas.
1.48 metros, la altura más baja del río de los últimos 40 años