El río Paraná “acaricia” los 3 metros de altura luego de 3 años de bajante histórica
La situación que debería ser considerada como “normal” es noticia. Porque pasó mucho tiempo con niveles muy bajos. Y las consecuencias fueron importantes en el ambiente.
El río Paraná “acaricia” los 3 metros de altura luego de 3 años de bajante histórica
Es cuestión de horas. Crece. Arriba viene creciendo. El río Paraná se está llenando de agua y es noticia, luego de tres años de una bajante histórica que impactó fuerte. En cambio en los últimos días el río no para de crecer. Y en el Puerto de Santa Fe registraba este lunes por la tarde una altura de 2,92 metros. Mientras que aguas arriba todos los puertos marcan una tendencia creciente, por lo que en cuestión de horas atravesará la barrera por encima de los tres metros.
¿Qué cambia con esto? Todo. Cambia el paisaje, se llenan de agua las lagunas, los canales secundarios, los brazos que permanecieron secos durante más de dos años. Allí a donde creció fuerte la vegetación y se plagaron de alisos.
Por eso la postal santafesina actual muestra a la laguna Setúbal llena de camalotes y otras especies que viajan río abajo. Vienen del delta del arroyo Leyes, se desprenden de las costas y viajan, pasan por la costanera, bajo el Puente Colgante, y continúan aguas abajo hasta su desembocadura, en el río Coronda, para más tarde volver al Paraná, allá por Puerto Gaboto.
Cambia también la navegación en Santa Fe. Porque la altura del río permite a las embarcaciones con mayor calado poder navegar en zonas por donde durante los últimos años no lo pudieron hacer.
Y cambia la naturaleza, el ambiente del humedal, que se llena de agua. Y en consecuencia el bicherío le escapa en busca de suelo firme. Por lo que pueden llegar a aparecer algunas víboras o animales que son corridos por este nuevo nivel del río, que no alcanza a ser creciente, sino que busca su nivel habitual, que en Santa Fe ronda los 3,50 metros de altura.
La crecida del Paraná obedece a las abundantes lluvias que se registraron en la cuenca alta. Conocida fue la postal de las Cataratas del Iguazú, hace unos días atrás, cuando por allí pasó un gran caudal de agua que ahora está pasando por Santa Fe, rumbo al Plata.
Sin embargo hay que esperar para ver qué ocurrirá con esta crecida del Paraná. Si volverá pronto a los niveles muy bajos a los que ya había acostumbrado a los santafesinos o si se mantiene un poco más arriba.
Cambia también el abastecimiento de las plantas potabilizadoras, como la de Aguas Santafesinas, en la capital provincial. Ya que durante el período de bajante histórica los operarios debieron instalar bombas y dispositivos para poder extraer el agua del río Santa Fe y del Colastiné, para potabilizarla y distribuirla en la ciudad de Santa Fe. En cambio ahora, con la altura de casi 3 metros, estos problemas quedan a un costado. Y habrá que lidiar con los camalotes que viajan por el río, para evitar que se queden en las tomas.
Y cambian las quemas en las islas. Porque con la crecida del Paraná se llenan de agua las islas con costas más bajas y al fuego le faltará suelo para propagarse.
Los especialistas auguran que hacia fines del próximo verano se normalice finalmente el nivel del río Paraná. Hay lluvias intensas en la cuenca alta. Un indicio de que podría dejarse atrás la emergencia. El escenario “es más optimista”, dicen en el Instituto Nacional del Agua (INA), encargado de monitorear el Paraná.
Pero el optimismo de los especialistas viene acompañado de la prudencia. Porque el futuro escenario depende de que se confirmen las grandes lluvias en Brasil. Algo que debería ocurrir durante los próximos meses. Sin embargo, lo cierto es que ya no habrá un verano con tan poca agua en la Setúbal, como ocurrió durante los últimos.
Cuando termine de pasar este gran caudal de agua que permitirá atravesar la barrera de los 3 metros de altura en Santa Fe, el río podría volver a descender. Pero ya no a los niveles extremos del verano pasado.