Todo parece indicar que el verano encontrará a la ciudad de Santa Fe y la región con poca agua en el río Paraná. No sería un escenario de bajante extrema como años anteriores pero sí, se hará notar la escasez de nivel.
Medía apenas por encima del metro en el puerto de la capital provincial. No se esperaban cambios considerables en las próximas semanas.
Todo parece indicar que el verano encontrará a la ciudad de Santa Fe y la región con poca agua en el río Paraná. No sería un escenario de bajante extrema como años anteriores pero sí, se hará notar la escasez de nivel.
Al repasar los registros de mediciones de Prefectura Naval Argentina de los últimos meses se observa que la última vez que midió por encima del metro y medio fue en a fines de julio y principios de agosto.
Desde entonces, el nivel siempre se mantuvo oscilando entre el metro y el medio metro. La altura más baja registrada del año se dio el 30 de septiembre cuando marcó 58 cm en el hidrómetro ubicado en el puerto santafesino.
Luego de unas jornadas recuperó cuerpo y se estacionó en los parámetros antes mencionados. La medición de este sábado por la mañana arrojó 1,10 mts.
Volviendo a mirar al pasado, cabe recordar que un año atrás, el río Paraná llegó y superó el nivel de alerta para Santa Fe y la región. 5,45 mts marcó el 20 de diciembre de 2023, unos 15 centímetros por encima de ese valor de referencia (5,30 mts).
Este viernes 22 de noviembre, el Instituto Nacional del Agua (INA) actualizó los pronósticos para las próximas dos semanas referidos a las alturas del río Paraná para la región.
En lo que respecta a Santa Fe, el organismo prevé un nivel de 91 centímetros para el 26 de noviembre y 94 cm para el 3 de diciembre.
Además, el informe detalla que “son tendencias consideradas en los valores medios diarios. Los niveles se encuentran en el rango de aguas bajas, oscilante en las secciones superiores y en descenso en las secciones inferiores”.
En simultáneo, días atrás el INA dio a conocer el “boletín de perspectivas hidrológicas en la Cuenca del Plata”, un reporte elaborado en conjunto con el Servicio Meteorológico Nacional donde se explican las condiciones llamadas de “aguas bajas” del Paraná.
En ese sentido, el informe comienza señalando que “durante el mes de octubre y los primeros días de noviembre predominó un escenario de lluvias semanales deficitarias, de manera tal que el aporte en ruta por parte de los principales afluentes al tramo persiste en valores bajos”.
Al analizar la región litoraleña, el estudio marca: “Se observó un patrón semejante, con retardo aproximado de una semana. Asimismo, los niveles se sitúan notoriamente por debajo de las normales para la época del año y la tendencia todavía no se ajusta al patrón estacional”.
Y continúa: “Actualmente se observa estabilización del nivel de base y amplitud de oscilaciones acotadas al rango de aguas bajas. Ciertamente, en situación de aguas bajas los niveles en Rosario se encuentran fuertemente modulados por el efecto eventual de tiempo severo en el Delta, pudiendo amplificar eventualmente la amplitud de oscilación, al respecto de lo observado aguas arriba, si bien la tendencia de base se encuentra dominada por las bajas descargas del río Paraná”.
Sobre el final, el informe del INA aclara: “Las perspectivas hidroclimáticas a 30 días en las áreas generadoras de caudal (Alto Paraná, río Iguazú y río Paraguay) indican que el nivel de base se mantendría estable o en muy leve ascenso, en aguas bajas, pudiendo observarse algunos incrementos ocasionales durante la transición noviembre/diciembre”.
Y concluye el reporte: “Por lo tanto, lo más probable es que continúe con nivel de base relativamente estable o en leve recuperación, en aguas bajas, fuertemente regulado, todavía sin ajustarse marcadamente a la tendencia estacional. Esto es, mayoritariamente con oscilaciones de amplitud acotada acopladas por efecto del ciclo semanal de operación de Yacyretá, pudiendo incrementarse eventualmente base y punta durante la transición noviembre/diciembre”.
Solariums y, de momento, un balneario
En lo que respecta a la temporada estival en la capital santafesina, el municipio habilitó sólo un balneario en la ciudad. Se trata de la playa de la Costanera Este. El resto de los habituales sectores, como los espigones, Playa Grande (debajo de la Costanera Oeste) y el renovado Parque del Sur no está permitido el ingreso al agua.