Salvador, el "pequeño Rey" del ajedrez: con sólo 8 años, está entre los mejores 15 de América
El niño oriundo de Recreo participó del Campeonato Panamericano Sub 8 realizado en Montevideo, Uruguay. Fue con la delegación argentina. Hizo un muy buen torneo y se posicionó a nivel continental. Ahora va por el Argentino y el Sudamericano.
Salvador a la derecha (con barbijo); a su lado el otro jugador argentino, Mateo, de Buenos Aires.
Con sólo 8 años, Salvador Cáceres empieza a hacer historia en la cultura y el deporte de la ciudad de Santa Fe y la región, principalmente Recreo, localidad de donde es oriundo: el "niño prodigio" del ajedrez participó semanas atrás del Campeonato Panamericano Sub 8, en donde se midió con los mejores jugadores de su categoría. Hizo un gran torneo y se metió en los primeros 15 puestos de todo el Continente Americano: nada menos.
El certamen tuvo lugar en Montevideo, Uruguay, del 25 de junio al 2 de julio. Viajó con la delegación argentina, con los nervios y las ansiedades propias de una edad tan escasa. Debió debutar con el Nº 1 en su categoría, un niño norteamericano: el partido duró una hora y cuarenta minutos, y aunque no le alcanzó al recreíno para ganar, hizo un gran partido. No obstante, logró victorias destacadas contra los representantes de Perú, Argentina, y un empate contra México.
Lo interesante es que Darío Cáceres, además de ser su papá, es su profesor. Y a la distancia, había conexión permanente entre la casa de familia, en Recreo, y la capital del país oriental. "Yo sentía como si estuviera allá, con él. La comunicación era permanente, porque teníamos que practicar jugadas. Salvador quiere llegar a ser un gran exponente en la disciplina", cuenta Darío con orgullo, en diálogo con El Litoral.
La delegación argentina llevó 22 jugadores. De la Categoría Sub 8 fueron dos representantes, uno fue Salvador. Terminó en el puesto 14. Empezó muy bien el torneo. Además de jugar contra el número 1, se midió con otro niño de Perú, que era otro gran desafío y ganó. También con su par argentino.
"Con el representante mexicano terminó en empate; Salvador había estado jugando dos horas y le dolía mucho la cabeza, porque la intensidad y la concentración que demanda la disciplina son muy exigentes. Estuvieron representados la mayoría de jugadores del continente, los mejores de cada país", narra su padre.
Papá y profe
Darío dice que vivió el Panamericano en el que participó su hijo Salvador como un "minuto a minuto". "Preparábamos las partidas vía on line (hay plataformas web especializadas para armar y practicar las jugadas). A veces yo iba en el auto y paraba un momento para ver una clase con él, incluso observar las jugadas del rival que le tocaría al otro día. Una de las claves es investigar al otro contrincante, sus aperturas y defensas". Es todo un trabajo en equipo que va más allá de la relación padre-hijo.
Por más que los chicos estén formados y entrenados, el nivel de cansancio que se vive es mucho, más aún con sólo 8 años. "Él está preparado para eso, pero a veces siente el agotamiento y es lógico. Lo importante es que Salvador pudo medirse con chicos de otros países, es un buen parámetro", subraya Darío.
Lo que viene
Pese al buen torneo que realizó en Montevideo, al niño recreíno no le alcanzó para clasificar a las Olimpíadas y otros torneos internacionales. Pero el ajedrez es un deporte sabio y da revancha: "Luego de lo de Uruguay, ahora se viene el Campeonato Argentino (16 de julio próximo) y Salvador es uno de los candidatos a ganarlo. Y si le va bien -se entusiasma Darío Cáceres- clasificaría también al Campeonato Sudamericano que se realizará en diciembre en Paraguay".
La gran meta de Salvador, aún con tan corta edad, es llegar a obtener el título de Candidato a Maestro de Ajedrez, una distinción que avala la Federación Internacional de Ajedrez. "Vamos viendo el día a día en todo esto. Salvador nos llena de orgullo en el camino que está haciendo, por su dedicación y pasión", concluye Cáceres.
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