Cuáles son las "esquinas peligrosas" de Santa Fe: con más choques, el problema crece y preocupa
Semaforizaciones sin coordinación, cruces sin buena visual -por la obstrucción de un cerramiento, por ejemplo-, hasta los balcones gastronómicos muy cercanos a las intersecciones pueden derivar en colisiones. Un especialista plantea como agravante las desatenciones de los conductores, como no respetar la prioridad de paso.
Cuáles son las "esquinas peligrosas" de Santa Fe: con más choques, el problema crece y preocupa
Si alguien en hora pico conduce su coche por Las Heras hacia el sur y llega a la intersección con Suipacha, notará que por la cantidad de autos estacionados esta última, se hace muy difícil ver quién viene, y a qué velocidad. No hay semáforos, y Suipacha es una salida rápida desde el oeste hacia Candioti sur y, de ahí, por Av. 27 de febrero hacia la Costanera Oeste.
En Belgrano y Eva Perón (antes Catamarca), hay otro punto vial quizás más conflictivo: es que por Belgrano "descargan" todos los vehículos que pasaron el semáforo por Alem y dieron giro hacia el norte, incluidos micros de media y larga distancia. Por lo general, esos autos y motos vienen a alta velocidad; y en Eva Perón, si bien hay un lomo de burro, no hay semáforo y muchos de quienes circulan de oeste a este pasan. El riesgo a una colisión vial es elevado, y para comprobarlo basta con observar durante un corto tiempo las dinámicas de esa intersección.
Ejemplos como éstos hay muchos. Son las denominadas "esquinas peligrosas", es decir, los cruces con riesgo de choques. Sea por falta de semaforización o por obstrucciones visuales del entorno. Un par de casos más: en Las Heras y Castellanos también se generan problemas, sobre todo los fines de semana. Es que en la esquina noroeste hay un comedor. Cuando hace frío, en las veredas donde están las mesas se cierran con un toldo.
Esa infraestructura obstaculiza la visual, y quien viene circulando por Las Heras hacia el sur no puede ver bien quien viene por Castellanos, de oeste a este. A su vez, en la esquina enfrentada, un bar tiene un balcón gastronómico muy cercano a la esquina, y el ángulo de giro de un automovilista se cierra.
Ayacucho y Blas Parera, Peñaloza y Gorostiaga, algunos puntos del carril exclusivo de Av. Rivadavia; 9 de julio y Esquiú (los vehículos vienen rápido desde Aristóbulo del Valle) y también Iturraspe y San Jerónimo son algunas intersecciones de la ciudad más riesgosas que otras, según lo que pudo relevar El Litoral.
Motos, taxis, autos particulares y peatones. Es complejo lograr una coexistencia pacífica y ordenada en el ecosistema vial de la ciudad. Crédito: Pablo Aguirre.
Al tomar otro elemento periodístico, puede citarse los mapas georreferenciados con accidentes fatales que elabora el Observatorio Vial de la Agencia Provincial de Seguridad Vial (APSV) de la provincia. El mapa de 2022 está con los datos preliminares (no tiene acceso permitido); pero en el mapa con datos consolidados de 2021 se marcan todos los siniestros fatales de la ciudad y la provincia. Es otra pauta que muestra las esquinas peligrosas.
En esta capital, aparecen en ese mapa georreferenciado una mujer fallecida tras ser embestida por una pick up en Belgrano y Junín; un motociclista muerto tras chocar con un auto en Belgrano y Quintana, cerca del Parque Federal; otro fallecido tras colisionar con un utilitario en Castelli y San Martín; otro en Peñaloza y Juan Llerena… Y así siguen los casos.
Es imposible determinar con exactitud cuáles son las cuadras más peligrosas para el complejo ecosistema vial de esta capital, más aún ante un parque automotor saturado. Pero sí se pueden determinar algunas de las causas que pueden convertir a esas intersecciones en riesgosas.
Mirada de un especialista
Hay muchos factores que pueden derivar en un accidente de tránsito en las esquinas, que siempre son "lugares de conflicto". Pero para el Ing. Iván Sorba, experto en el tema e integrante del Grupo Científico de Estudios de Transporte Accidentología y Movilidad (CETRAM) de la UTN Santa Fe, lo que más incide es la falta de cuidado: "Es necesaria una mayor atención de los conductores en las intersecciones. El no respeto a la prioridad de paso es otra cuestión seria que más notamos; un conductor piensa que si pone un poquito el auto antes que el otro, tiene prioridad para pasar, y no es así", le dice a El Litoral.
Uno de los elementos a tener en cuenta son las condiciones de obstrucciones visuales en las esquinas, y que tiene estrecha relación con la circulación. "Pero a veces, si uno tiene menos visibilidad debería tomar mayor precaución. Mucha visibilidad hace que uno tome más riesgos; y poca visibilidad tiene que obligar a tomar más precauciones al volante", advierte el especialista.
La foto muestra el impactante vuelco de un coche exactamente en la intersección de Suipacha y 4 de Enero. Ocurrió hace unos años. Crédito: Archivo El Litoral / Luis Cetraro.
Respecto de las obstrucciones visuales, hay muchas cuestiones de infraestructura que pueden ser mejorables, sostiene Sorba, aunque observa: "No necesariamente si hubieran estado solucionados esos problemas de obstrucción, un accidente no se hubiera registrado. Hay problemas de desatención social en el momento de la conducción. Cuando alguien se aproxima a una intersección debería estar mucho más atento y preparado para una maniobra de emergencia, y más aún con una menor visibilidad".
Balcones sobre la calle
-Los balcones gastronómicos instalados muy cerca de las intersecciones, ¿pueden incidir en un siniestro vial?, consultó El Litoral al ingeniero Iván Sorba.
-Sí, puede ser, porque se achica en ángulo de giro. Pero digamos esto: la tendencia global va hacia "peatonalizar" todo lo que se pueda las ciudades y restringir los espacios de circulación vial, es decir, que las grandes capitales sean más "caminables". Esto va en línea con una movilidad segura y sostenible. Con lo cual, el balcón gastronómico iría en esa línea: no le saca vereda al peatón, y sí le saca calle al auto o la moto. Conceptualmente, esto es ciento por ciento válido.
Pero más allá de esta tendencia, habría que analizar en qué sectores ubicar los balcones, teniendo en cuenta algunos criterios. Por ejemplo, que el sector donde se instale tenga una alta visibilidad, y que no aparezca de golpe en el campo visual de un conductor, como puede ser en un giro: ahí se genera un riesgo. También que haya un elemento, una señalética que alerte al conductor de la presencia de ese elemento (el balcón gastronómico). Esto sí es corregible.
-¿Cómo erradicar el uso del celular mientras se conduce? Porque este acto de inconsciencia incide directamente en la atención y el cuidado, no sólo en las intersecciones…
-Es el elemento que hoy condiciona nuestras vidas prácticamente. Estamos todos de acuerdo en que el celular al volante distrae (N. del R.: el uso del celular mientras se conduce un vehículo está penalizado en el régimen de infracciones de la ciudad). Entonces hay que hacer una gimnasia mental como para decir: "Cuando me subo al auto, no tengo el celular".
Creo que la solución es no tenerlo a mano, no hay otra opción. Habría que guardarlo atrás o dejarlo dentro de una mochila y silenciado. Cualquier conductor, instintivamente, si lo tiene cerca y escucha un pitido, mira su celular. Es como un acto reflejo. Y a veces mucho más peligroso que hablar es leer un mensaje o enviar, y esto sucede con frecuencia. Pero ya la atención se reduce, o genera una distracción.
¿Y Ciudad 30?
-En un amplio sector del macrocentro capitalino rige el Plan Ciudad 30. Los vehículos no pueden circular a más de 30 km/h. ¿Está funcionando esta medida?, consultó este diario al Ing. Sorba.
-Es un ejemplo de adónde van las grandes ciudades del mundo en materia de movilidad. Es decir, compartir espacios. En todo lo que sea compartir espacios dentro de espectro vial (con autos, motos, ciclistas, monopatines eléctricos, transporte público, peatones), hay que bajar las velocidades, para que si se produce un accidente, las lesiones de los damnificados sean lo más leves posible, justamente en lugares donde hay altos flujos peatonales, se no hay otra que ir hacia ese paradigma.
Los espacios de circulación van a ser siempre reducidos, pues hay muchas maniobras, muchos estacionamientos, mucha circulación de colectivos, peatones... No hay otra opción que ir hacia ese modelo, bajar velocidades Creo que poco a poco esos sectores (como Ciudad 30) se deberían ir ampliando; la idea es que sea más cómodo caminar que moverse en auto. Que el tiempo que uno tarda moviéndose en auto, y además encontrar un lugar para estacionarlo, sea el mismo que caminando. Desalentar el uso del automóvil es el paso previo a restringir en determinados sectores la movilidad de automovilistas, como ya ocurre en ciudades como Capital Federal.
Ahora bien, se pusieron los carteles de Ciudad 30 pero no sé si se hacen los controles suficientes. Estamos de acuerdo en que hay que controlar el respeto por esa velocidad máxima, pero es difícil también hacerlo: se pueden poner cinemómetros, inspectores municipales en las esquinas, pero es cierto que no es fácil controlar esas velocidades tan bajas, porque que cuanto más bajas son a veces más difíciles de medirlas, o de fraccionarlas. No es tan sencillo en términos técnicos.
-¿Y el carril exclusivo de Av. Rivadavia? ¿Cómo evalúa su funcionamiento? ¿Se respeta la prohibición de giro a la derecha por parte de autos particulares?
-Los carriles exclusivos son necesarios. Respecto de su funcionamiento, habría que analizar tramo por tramo para saber si funciona bien o mal. Pero me parece que es necesario rever algunos giros que nos generan mucha congestión y que hoy están prohibidos.
Por ejemplo el de calle Tucumán. No tener la posibilidad de girar nos genera todo un caos vehicular hacia adentro hacia Av. Alem. Habría que buscarle creo yo una vuelta a esa intersección para permitir ese giro, porque realmente genera mucho trastorno el ingreso por Tucumán. Se produce una gran congestión pues todos deberían de ir hasta La Rioja, girar a la izquierda, pegar la vuelta e ingresar, ahora sí, a calle Tucumán para tomar Av. Alem. Ahí hay un conflicto que se podría solucionar.