Liliana es mamá de una estudiante oriunda de Colón (Entre Ríos) que estuvo desde noviembre hasta marzo buscando un departamento para que viva su hija durante el cursado de sus estudios secundarios. En diálogo con El Litoral contó las peripecias que tuvo que atravesar hasta dar con un inmueble.
"Viajamos a Santa Fe unas seis o siete veces, recorriendo inmobiliarias porque conseguir particular es imposible. Las que consultamos nos decían que teníamos que esperar, no había departamentos y los precios muy elevados", contó Liliana.
Otra de las dificultades que se enfrentaban era el tema de los papeles de respaldo solicitados por las inmobiliarias. "La mayoría pide garantes de la ciudad y como nosotros somos de afuera se nos complicaba muchísimo. Además nos pedían que los garantes sean propietarios de inmuebles, teníamos que superar cierto monto de ingreso mensual sino no te alquilaban", recordó.
"Logramos conseguir uno que no era económico, pero no nos quedó otra. Para hacer el contrato nos pidieron dos garantes con un monto alto de sueldo, tuvimos que presentar escrituras de los inmuebles nuestros. Fue todo muy complicado y sobre todo para la gente de afuera que tiene que viajar muchas veces para concretar el alquiler", contó la entrerriana.
En el caso de Alejandro, ciudadano de Reconquista, también pasó por la experiencia de buscar alquiler para su hija en la ciudad de Santa Fe. "Fuimos a Santa Fe en enero, parábamos el auto, caminábamos, mirábamos para arriba y nada de alquileres. Buscamos en las inmobiliarias, en Instagram, grupos de Facebook, clasificados. Cuando encontrábamos algo llamábamos un día y al otro el precio ya había aumentado".
"Todos te piden que veas el departamento, si vos no vas a verlo en el lugar no te alquilan. Nosotros siendo de Reconquista teníamos que ir hasta Santa Fe solo a verlos", indicó Alejandro y agregó "si uno entra en las páginas de Facebook es un lamentar continuo y desesperación de la gente por conseguir algo".
Por fin, a mediados de febrero dieron con una inmobiliaria que les consiguió un departamento de un dormitorio por el que pagan unos $50.000, sin contar los servicios y las expensas.