¿Palometas o pirañas?: cómo son las especies que atacan en la Costanera Este
Pertenecen al mismo grupo que las que se encuentran en el Amazonas. Se registraron 15 ataques en Santa Fe en los últimos días. El INA, el SUGARA y el INALI brindaron recomendaciones.
¿Palometas o pirañas?: cómo son las especies que atacan en la Costanera Este
El ataque de palometas en la laguna Setúbal volvió a ser noticia este verano en la ciudad de Santa Fe. En la Costanera Este se registraron varios heridos en los últimos días y las grandes incertidumbres de los santafesinos pasan por conocer si son pirañas o palometas, cómo prevenir los ataques y cómo curarlos.
“La diferencia entre piraña y palometa es una cuestión meramente semántica, es simplemente por cómo la llama la gente vulgarmente”, fue uno de los primeros tópicos que explicó Pablo Scarabotti, Biólogo especialista en ecología de peces del CONICET.
En diálogo con El Litoral, el especialista aclaró que “los peces comúnmente llamados palometas pertenecen a tres especies diferentes que viven en Argentina y que aparecen en distintas épocas del año y en distintos ambientes del río”. Estas especies difieren en la forma y en el tamaño del cuerpo. En el país habitan la palometa pacusa que puede llegar hasta un kilo y medio y las palometas común y palometas ñatas, dos especies más pequeñas que rondan el medio kilo.
“La palometa pacusa es la que más daño hace a los pescadores con malla y a los peces enmallados pero las otras especies más pequeñas no son menos agresivas, incluso, las palometas pequeñas son las que suelen generar más frecuentemente heridas en la gente”, destacó Scarabotti.
Especies, géneros y similitudes con las del Amazonas
“Las palometas grandes o pacusas pertenecen a la especie Pygocentrus nattereri mientras que la palometa común y la ñata pertenecen a las especies Serrasalmus maculatus y Serrasalmus marginatus respectivamente”, explicó el biólogo. Las famosas y agresivas pirañas del Amazonas también pertenecen a los mismos géneros, por lo cual, las palometas de la Setúbal “pese a no ser de la misma especie, si son del mismo grupo y poseen una conducta agresiva muy similar” que las de Brasil.
Sin embargo, para quitarle dramatismo a la situación, Scarabotti aseguró que “lo que han mostrado las películas y los medios sensacionalistas sobre estas especies está exagerado”. Y expresó: “generalmente los ataques que se dan en una persona son ataques simples. Existen muy pocos reportes fehacientes de que una persona (viva y consciente) haya sufrido muchos ataques en simultáneo”.
A su vez remarcó que “las personas que sufren ataques suelen estar cerca de la costa y rápidamente salen del agua, lo que impide que sufra nuevos ataques. Sin embargo, los ataques son recurrentes en el mismo lugar: si se registra un caso en una persona en un balneario, es muy probable que otras personas que están en el lugar sufran un ataque. Cuando se dan las condiciones para que ocurran los ataques, los peces se tornan hiperactivos y agresivos y tienden a producirse numerosos casos en distintas personas”.
Causantes de los ataques
Las altas temperaturas y la bajante del río son los grandes causantes de los ataques. “La (alta) temperatura acelera la tasa metabólica de los peces. Esta aceleración de la tasa metabólica hace que los peces estén más activos y requieran más energía. Al requerir más energía tienen más tendencia a buscar alimento y generalmente hay un cambio de la omnivoría a la carnivoría. Peces que pueden alimentarse de una variedad de presas tienden a volverse más carnívoros cuando se eleva la temperatura”, explicó Scarabotti. “La conducta más agresiva cuando aumenta la temperatura es una generalidad en la mayoría de las especies de peces”, añadió.
Pese a estas causas, aclaró que el ataque en las orillas a los bañistas “es un ataque accidental, donde la palometa confunde a la persona con sus presas naturales e intenta alimentarse”.
Recomendaciones
Tanto el biólogo como el comunicado que difundieron el INA (Instituto Nacional del Agua) junto a Sugara (Sindicato Unico de Guardavidas y Afines) y el INALI (Instituto Nacional de Limnología) coinciden en las recomendaciones principales para evitar estos ataques.
No meterse al agua en lugares que no están supervisados por bañeros
Respetar el código bandera señalizado por los guardavidas
Respetar los límites y recomendaciones de las y los guardavidas
No acercarse a la vegetación porque las palometas ponen los huevos sobre las raíces de los camalotes
A su vez, Scarabotti comenta que una técnica que puede utilizarse es “desplazar una red desde la playa hacia dentro del agua de modo que los peces queden separados del área de balneario y dejarla colocada. Una red fina no sólo para que no entren las palometas sino para que no queden enmallados otros peces y eso atraiga a las palometas”. Por otro lado, asegura que “el ruido y chapoteo en el agua también puede atraer a las palometas”.
Para las heridas
La recomendación es desinfectar la herida con las técnicas habituales: agua oxigenada, iodo povidona (pervinox), y ejercer presión sobre la zona (con tela/gasa) o cerrar la herida para detener el sangrado.