Por Agustina Mai
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En las últimas décadas, la medicina fue adquiriendo mayor injerencia en el parto. “Siempre fue un proceso biológico que se dio de forma natural. Con el desarrollo de la medicina, se fue despersonalizado y transformando en un hecho muy tecnológico”, contextualizó José Peretti, tocoginecólogo del hospital Iturraspe.
“Se lo empezó a ver como algo patológico cuando es un proceso natural”, advirtió Claudia Barreyro, coordinadora de la Red Latinoamericana y del Caribe por la Humanización del Parto y del Nacimiento en Santa Fe. Y lo ejemplificó: “Hay obstetras que le preguntan a la madre si prefiere parto natural o cesárea, como si fuese una opción, cuando la cesárea es una maniobra de rescate del bebé, de la mamá o de ambos”.
Esto se ve reflejado en la cantidad de cesáreas realizadas, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) no deberían superar entre el 10 % y 15 % de los partos. Pero en las maternidades de los hospitales Cullen e Iturraspe rondan el 35 %. En el sector privado, la presidenta del Colegio de Obstetras, Vanina Gómez, estimó que alcanzan “entre el 60 % y el 70 % de los partos”. ¿A qué se debe este incremento?
“La cesárea es un procedimiento quirúrgico que tiene indicaciones cuando un parto normal no se puede llevar a cabo. Nosotros recibimos muchos embarazos patológicos, con complicaciones, entonces se necesitan más cesáreas”, explicó el tocoginecólogo del Iturraspe.
En tanto, la referente del Colegio de Obstetras sostuvo: “Hay muchas indicaciones de cesárea por motivos obstétricos que antes no existían. También existen médicos cesaristas y pacientes cesaristas. Esto se ve mucho más en la parte privada”.
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