-Después de este antecedente (la investigación sobre psicofonía en el Cementerio Municipal) y más allá de que pasaron 32 años, ¿considera que sería pertinente volver a hacer una investigación de estas características?
Tras su experiencia hace 32 años en el Cementerio local, el investigador en parapsicología sostiene que hay que romper tabúes culturales y religiosos sobre esta práctica de grabación de voces y sonidos paranormales.
-Después de este antecedente (la investigación sobre psicofonía en el Cementerio Municipal) y más allá de que pasaron 32 años, ¿considera que sería pertinente volver a hacer una investigación de estas características?
-En primer lugar, debo definir a la psicofonía como la grabación de sonidos no producidos por agentes físicos (vivos), y que están asociados a contingencias propias de lo que fue la vida de las personas que han fallecido. Consiste en ubicarse en los denominados "puntos de anclaje", que son los lugares físicos donde la remanencia psíquica de la persona fallecida parece acusar su manifestación.
Yendo a la consulta, entiendo que éstos son fenómenos sobre los que hay que hablar e investigar. Tenemos una especie de contradicción con la muerte: desde que uno nace, la única certeza es que moriremos. Pareciera que la vida después de la muerte es algo exclusivo sólo de las religiones; y la ciencia moderna, quizás por prejuicios culturales, tampoco trata de abordar este tema con la seriedad que requiere.
La psicofonía no necesariamente debe hacerse en un Cementerio; se puede hacer en otros lugares, como casas, en campos de batallas históricos, etcétera. Me parece que lo importante, más allá de debatir si debe o no volverse a hacer este estudio,, es hablar de esta práctica por fuera de prejuicios.
Tal vez la psicofonía brinde una herramienta para repensar la idea de muerte, o de cómo nos relacionamos con esa idea. ¿Y si hay algo más? ¿Y si seguimos 'viviendo' con otra forma, en otro plano? Me parece que esta práctica no debe descartarse para, al menos, abrir un debate social.