Una cocina vieja, herrumbrosa, fondeada en el patio, que ya no tiene sentido seguir guardando. Un colchón que ya no sirve. Un armario destartalado. Estos "residuos voluminosos" no se pueden sacar a la calle junto a la basura común, dado que -por su gran tamaño-, el servicio de recolección común no se los llevará. El vecino debe seguir un procedimiento, bastante sencillo, en la Municipalidad para su correcta disposición final.
"Es bastante habitual que la gente consulte para deshacerse de algún electrodoméstico grande que ya no funciona o no se usa. Cada semana se hacen al menos dos de estos traslados. El circuito funciona muy bien y desde que la persona pide este servicio, el mismo se ejecuta dentro de la semana; no hay demora", aseguró Franco Ponce de León, secretario de Ambiente y Cambio Climático municipal.
¿Cuáles son los pasos a seguir?
En primer lugar, el vecino que desee desechar algún aparato o mueble, debe llamar al 0800 777 5000, la línea de la Municipalidad que atiende las 24 horas, todos los días del año. Allí deja los datos personales y qué elemento quiere desechar.
Luego, la persona debe esperar a que se comuniquen desde el municipio, con la indicación del día y la hora en que pasará el recolector por la puerta de su casa a retirar el mueble o electrodoméstico.
El día pautado, un rato antes de la hora prevista, la persona debe sacar a la vereda el residuo voluminoso para que sea retirado por el camión recolector y trasladado al relleno sanitario.
El servicio tarda entre 48 y 72 horas desde que la persona hizo el llamado al 0800.
"Hay dos cuestiones a tener en cuenta: se pasa a retirar el desecho por la vereda; el personal no puede ingresar al domicilio a sacar el elemento. Así que el vecino debe asegurarse de llevar la cocina y el lavarropas hasta afuera, algunos minutos antes de la hora pautada. Lo otro es que nadie le va a tocar timbre ni dar aviso, sino que pasa el camión y si no está el residuo, sigue su camino", aportó Ponce de León.
Higiene urbana
Con esta simple acción, los vecinos están colaborando con la higiene urbana, dado que los microbasurales justamente dan inicio con algún vecino que deposita una cocina vieja o un colchón en un baldío o esquina, y ahí comienza el contagio de personas que arrojan basura. También cada tanto en las playas santafesinas aparecen heladeras viejas depositadas, que fueron arrastradas por la corriente.