Crecida del Paraná: en Colastiné Sur comenzó la auto evacuación preventiva
Los vecinos del norte del barrio se llevan colchones y elementos de valor. Los socios del club de Caza y Pesca retiran sus casas rodantes y lanchas. Temen que el agua llegue a las viviendas. Ya refuerzan la zona con bolsas de arena.
Crecida del Paraná: en Colastiné Sur comenzó la auto evacuación preventiva
Comenzó la auto evacuación preventiva de vecinos del barrio Colastiné Sur ante la amenaza del río Paraná que continúa creciendo en la zona. Este jueves el río medía 3,71 metros en el hidrómetro del Puerto de Santa Fe, en creciente, y se espera que continúe ascendiendo hasta niveles cercanos al alerta, que es de 5,30 metros. Este pico de crecida llegaría durante la segunda mitad de noviembre.
Con esa altura del río Paraná los vecinos de esta zona de Colastiné Sur ya tendrán complicaciones por la inundación. El agua que llega por el río Colastiné -que es un afluente del Paraná- ingresa desde el norte al bañado de la laguna Ramírez y “abrasa” el caserío hasta inundarlo. La calle Puerto Obligado es la primera que se corta. Por eso los vecinos precisan retirar sus pertenencias de valor antes de que se torne intransitable.
“Lo que nos tiene preocupados a los vecinos es lo atípica que es esta inundación, dice Sibila Domínguez, una vecina que vive a mitad de camino por calle Puerto Obligado, la única del ala norte de Colastiné Sur. La calle de tierra tiene 1.700 metros de largo. A ambos lados nacen las casas que se recuestan al norte en el bañado y la laguna, y al sur, sobre el río Colastiné.
Nuevos vecinos
“Esta inundación es atípica porque venimos de un largo período de sequía y bajante del río, con muchos bajos en los que creció el verde o se levantaron casas nuevas. Y ahora se viene el agua de forma abrupta”, describe la vecina, que oficia de vocera del resto de los pobladores.
Los preparativos para recibir la crecida se llevan a cabo bajo control. Más allá de la preocupación general no hay alarmistas. Nadie corre de acá para allá. Sólo se hace lo que hay que hacer. Todo se realiza con normalidad pese a la premura.
Otra particularidad que tiene el barrio es que hay muchos vecinos nuevos que llegaron durante los últimos años. Estos desconocen el comportamiento del río y la que viene será su primera experiencia de crecida y emergencia. “Quieren saber cómo va a ser la cosa”, dice Domínguez. “Los que vivimos desde hace un tiempo sabemos por experiencia que es desbastador. El agua se queda a veces una semana y otras siete meses. A veces te entran 5 centímetros a la casa y otras te tapa hasta la puerta”, grafica la referente del grupo de vecinos. “Entonces tratamos de contener a la gente y ayudarnos entre todos”.
Más adelante Domínguez utiliza el latiguillo: “Más vale prevenir que curar”, por eso “la movida de sacar los muebles, levantar y salvar lo que se pueda”. En Colastiné Sur se ayudan entre todos, se organizan y coordinan las tareas. “Algunos decidieron irse, otros, en cambio, nos vamos a quedar. En mi caso será la primera inundación que me quedo”, cuenta Domínguez.
Por ahora el río sigue en su lugar y los vecinos se preparan para el embate. En pocos días la ciudad que fundó Juan de Garay hace 450 años celebrará su aniversario. Una ciudad que en su ADN lleva la experiencia de convivir con el río y el ambiente natural del humedal del Paraná.
Piden seguridad y salud
En su organización los vecinos tienen un punto de encuentro. Está ubicado en la bajada de la ruta nacional 168, en el acceso al barrio. “Ese punto es fundamental”, dice la vecina. “Allí llegamos desde la ciudad en el auto, lo dejamos y subimos a la canoa para ir a casa cuando crece el río y lo inunda todo”, cuenta. “Lo que pedimos es que se instale una asistencia policial y un puesto de salud permanente, que están contemplados en el plan de contingencia para el barrio”, dice. “En el Dispensario ya tienen todos los datos de los vecinos que nos vamos a quedar”.
Esta semana las cuadrillas municipales llegaron al barrio con bolsas para cargar arena y crear defensas en las zonas que se precisa. A esas tareas se sumaron los vecinos. “Necesitamos reforzar el talud que se creó en su momento del lado de la laguna”, describe Domínguez. Vecinos y municipales trabajan codo a codo. Por la calle de tierra pasan los camiones cargados de arena. Intentan defender el barrio.
Palafito. Muchas de las casas construidas en los últimos años en el ala norte de Colastiné Sur son lacustres. Guillermo Di Salvatore.
También llegaron al barrio los funcionarios del área hídrica y gestión de riesgo para monitorear la situación y conversar con los vecinos sobre sus necesidades.
Vivir en la naturaleza tiene su costo. La laguna Ramírez es un sitio de preservación natural. Allí llegan todos los años gran variedad de aves. Es un encanto caminar su orilla y adivinar cada canto. Pero cuando el río crece el noble paisaje se torna hostil. Es el hombre quien debe adecuarse, en su convivencia con la naturaleza.
Se llevan las casas rodantes
“En el club se generó preocupación”, dice Julio Nessier, presidente del Club Santafesino de Caza y Pesca, ubicado sobre la calle Puerto Obligado a orillas del Colastiné. Es el lugar donde hace un siglo y medio atrás funcionó el primer puerto de la ciudad. “Todo el mundo está sacando las casillas rodantes y las lanchas”.
Operarios. Municipales y vecinos trabajan codo a codo. Guillermo Di Salvatore.
“El 75 por ciento de las casillas ya se las llevaron -apunta el dirigente-. Muchos socios las ubicaron en la bajada de la ruta, en el campamento de Vialidad o en el pueblo”, describe. “Estamos preocupadísimos”.
“Nosotros estamos hace casi un mes con el tema de la inundación”, cuenta más adelante Nessier. “Estamos en contacto permanente con el Inali y la Facultad de Ciencias Hídricas (UNL), que vienen al club permanentemente para hacer mediciones y estudios”, dice. “El comentario es que va a ser duro”.
Adentro del Caza y Pesca se ven los aleros de las parcelas a donde hasta hace algunos días atrás había casas rodantes. Son muchos los socios que cada fin de semana visitan el club desde distintos puntos de la provincia y del país para disfrutar del río y la naturaleza y se quedan a pernoctar en sus casas rodantes. Ahora debieron retirarlas para preservarlas de la crecida. El club está casi vacío.
Rodantes. Algunas de las casitas fueron retiradas del club de Caza y Pesca y reubicadas junto a la ruta nacional 168, a cota segura. Guillermo Di Salvatore.
“Por lo que estamos viendo, creemos que va a superar holgadamente los 5 metros”, arriesga el presidente de la institución. “Hicimos una comisión para cuidar el camino, que es nuestro único acceso”, dice, en sintonía con los dichos de Domínguez. “Cortándose el camino quedamos aislados”.
“Ahora esperamos que algunos pronósticos no se den, porque algunos hablan de hasta 7 metros y una durabilidad hasta febrero o marzo, que es lo que a nosotros nos tiene mal”, cierra Nessier.
Al otro lado de la ruta 168, en el sector sur de Colastiné Sur, un anillo de defensa protege al antiguo caserío del barrio. Por estas horas los trabajadores municipales están reforzando algunas defensas. “Se está trabajando en los anillos defensivos chicos”, detalla la presidenta de la Vecinal, Marcela Fernández. “Se está trabajando muy bien”, apunta, agrega que son de la delegación de La Guardia.
Bolseado. Con bolsas cargadas de arena intentan defender el barrio. G Di Salvatore
El pico de crecida del río Paraná llegará a Santa Fe en poco más de una semana, durante la segunda mitad del mes de noviembre. En Colastiné Sur los vecinos la esperan.