Domingo 3.12.2023
/Última actualización 23:22
La gestión municipal del intendente Emilio Jatón termina y, pese a haber mandado los pliegos licitatorios, queda el sistema de transporte público de pasajeros por colectivos en "modo déficit". Desde hace décadas, este servicio clave para los santafesinos funciona a través de la renovación anual por parte del municipio de "concesiones jurídicamente precarias" con tres empresas prestatarias: Autobuses, Ersa Urbano SA y Recreo SRL.
Los problemas del sistema nunca se fueron, en todo caso se intensificaron. Al relevar algunas de las líneas que siempre se ganaron críticas y tomando la voz de los usuarios, puede notarse que el estado de los coches es, en muchos casos, defectuoso.
Esto se percibe en las unidades de mayor antigüedad, con suciedad adentro, en el piso, entre los asientos, cuyos respaldos están "pintarrajeados" y con muchos asientos rotos. Las puertas hidráulicas para ascenso y descenso de pasajeros también muestran un estado deficiente.
En San Jerónimo y Cándido Pujato, hay un tremendo bache. Por ahí pasa la línea 4. Crédito: Guillermo Di SalvatoreEn horas pico del movimiento ciudadano diario (a eso de las 13, cuando la gente sale del trabajo; y a las 21, cuando retorna a su casa, por ejemplo), pueden verse unidades colmadas de usuarios, incluso personas mayores que viajan paradas. Con el verano llegarán las altas temperaturas, y nunca se respetó la ordenanza que dispuso que todas las unidades tengan aire acondicionado frío-calor.
En Rivadavia y Crespo, Rivadavia y Primera Junta, en la parada Frente a Plaza Alberdi y en muchos otros puntos del macrocentro -según pudo relevarse-, las calzadas asfálticas en el sector de las paradas están totalmente rotas, incluso con el pavimento corrido, desplazado o directamente ausente. Esto genera un mayor malestar, no sólo para los pasajeros sino para los choferes, pues estos tratan de "esquivar" los baches.
Tarifas
En todo este contexto, hay que hablar del costo de la tarifa plana. Desde febrero (primera actualización anual, 99 pesos) a noviembre (última actualización, de 220 pesos, que es lo que cuesta hoy la tarifa en esta capital), el incremento autorizado por el municipio para transportarse en las líneas urbanas se incrementó un 122%. Son unos 20-30 puntos porcentuales menos que la inflación anual nacional proyectada, pero sin lugar a dudas, el impacto en los bolsillos de los usuarios termina siendo muy duro.
La tarifa frecuente de esta capital, entre las más caras del país. Crédito: Manuel FabatíaY todavía más: si se compara el costo de la tarifa frecuente en Santa Fe (220 pesos) con otras ciudades del interior del país (dejando de lado el AMBA, donde el sistema está híper subsidiado y con tarifas congeladas), puede concluirse que aquí se paga uno de los valores más altos.
Hace unos días, en Rosario el boleto pasó a costar 240 pesos, lo mismo que en Córdoba (240 pesos); en Corrientes, 200 pesos; Misiones: 130 pesos con pago electrónico; Mendoza, 120 pesos; Tucumán, 120 pesos; Salta, 110 pesos. La clara desigualdad aparece cuando se analizan los costos para el AMBA: en el Área Metropolitana de Buenos Aires, el boleto mínimo de colectivos es de 52,96 pesos y el máximo, 72,61 pesos.
La voz de los usuarios
Roberto y Cristina aguardan en la parada de El Palomar. Viven en barrio Los Hornos, y habitualmente toman las líneas 9 y 15. "Son un desastre las dos. Mucha suciedad adentro, en horas pico viaja muchísima gente que viene del norte a trabajar, y no suman unidades", es la sentencia de la vecina.
"Las demoras son desesperantes. Yo por lo general vengo a realizar algún trámite administrativo al centro. La 9 y la 15, la dos líneas, están en un estado deficiente en lo que es frecuencias y unidades. La app Cuándo Pasa no funciona, quizás estás esperando media hora para tomarte el cole… Es lamentable", dice Roberto.
El problema de la 8
Carlos vive en Esmeralda Este. Todos los días tiene que tomarse la línea 8 para llegar a su trabajo. Vuelve muy tarde a su casa, a la medianoche. "Yo tomo el colectivo en la parada de Piedrabuena y Necochea. Tengo que caminar varias cuadras para llegar. Lo que veo es que no se respetan los recorridos. Por la noche, las unidades evitan entrar a una amplia zona. Tienen que entrar al barrio Judicial, en Gral. Paz, pero no lo hacen. Hay gente laburante que se queda sin servicio en un radio de 10 cuadras", dice el vecino.
A veces, las esperas se hacen interminables. La app no siempre funciona bien. Crédito: Manuel Fabatía"Yo estimo que las empresas no realizan el recorrido que deben hacer, acortan las distancias para abaratar costos en combustibles. Pero el problema lo pasan a tener los usuarios. No hay control municipal. A eso sumale el miedo a que te roben de noche mientras esperás el 8", cuenta Carlos.
Qué dicen las vecinales
También se pidió una opinión a los vecinalistas de la ciudad. "El tema de las frecuencias es la cuestión más quejosa que tenemos desde las vecinales, en cuanto a que no hay una regularidad de las líneas. Esto complica la situación de gente que tiene que estar parada bastante tiempo esperando. Uno ve en los barrios que pasa eso. El tema de las frecuencias es una cuestión inminente a resolver por parte del municipio", dijo Susana Spizzamiglio, referente de la Red de Vecinales por la Seguridad.
Pero además, "hay un pedido de muchas vecinales debido a las situaciones de inseguridad que tenemos permanentemente en la ciudad, problemática que por ahí se agudiza y por ahí se achata, pero es una cuestión que hay que tener muy en cuenta: lo que necesita la gente es que haya un recorrido dentro de los barrios. Porque si no, tienen que caminar muchísimas cuadras a las 6 de la mañana para ir a trabajar o al llevar a los chicos a la escuela -etcétera-, en un total grado de inseguridad caminando cuadras y cuadras", solicitó.
Los vecinalistas sostienen que las líneas tienen que entrar en los barrios, para evitar situaciones de inseguridad para pasajeros y choferes. Crédito: Mauricio GarínOcurre que los colectivos pasan fundamentalmente por las arterias principales de la ciudad. "Evidentemente no hay una bondad en cuanto al servicio que debe prestarse al vecino o a la vecina 'internándose' en sectores de los barrios. Se tiene claro de que hay 'lugares calientes', pero a los lugares calientes los resolvés con más seguridad. Reducir el delito en estas áreas se hace con intervención estatal, brindándole seguridad no sólo al pasajero sino también a los choferes", agregó la vecinalista.
"Tenemos que replantearnos profundamente cuál es el recorrido que tienen que hacer las líneas en lugares clave dentro de los barrios. Si no resolvemos este tema, vamos a seguir dando vueltas sobre situaciones conflictivas, porque también hay inseguridad en determinadas zonas donde han ocurrido hechos de violencia provocando a los mismos choferes y a los pasajeros con asaltos que han hecho en distintas unidades de colectivo", insistió Spizzamiglio.
"Viajamos como ganado"
Otro de los consultados fue Facundo Ricca, de barrio Mariano Comas. El vecino no se ahorró críticas: "El servicio del transporte público por colectivos viene siendo malo y se va deteriorando año tras año. Cuando uno sube, ve los pisos llenos de tierra, al igual que los asientos. Las frecuencias, si bien no dependen de los choferes por mucho que nos enojemos con ellos, son malas para el usuario. Muchas veces se viaja 'como ganado': es la realidad diaria a la cual estamos acostumbrados", fustigó.
Respecto de las horas pico, "en nuestro caso las líneas provenientes del norte descomprimen usuarios en nuestra zona, pero aun así se sigue viajando como si fuésemos ganado", insistió en esta comparación. "Cuando estas mismas líneas de colectivos se dirigen hacia el norte vienen colmadas de gente y hay veces que tenemos que dejar pasar hasta dos colectivos llenos".
Carpeta asfáltica "detonada". El registro gráfico es de la parada de Av. Rivadavia y Gob. Crespo. Crédito: Manuel FabatíaAdemás, los choferes de colectivos "deben hacer un 'curso intensivo' para 'surfear' los baches de la calle, por ejemplo la esquina de San Jerónimo y Cándido Pujato es un cráter (puede verse la foto que acompaña esta nota). Afortunadamente no hemos tenido cambios de recorrido repentinos, pero sí es verdad que cuando los hay, poco se informa", comentó Ricca.
En cuanto a la app Cuándo Pasa, ésta "tiene sus falencias" -comentó-. Hay días que funciona bien y otros no, es decir, llegás a una esquina con el horario más que justo y la unidad de colectivo ya pasó o falta mucho para que pase. Un mundo de diversas 'hipótesis' emanan de esta problemáticas, desde problema de programación hasta errores de reloj o problemas con el GPS. Te dejá mucha incertidumbre a la hora de confiar en la aplicación".
Sobre el final, el vecino de Mariano Comas dio su opinión: "Es ineludible que se trabaje en el transporte público de este a oeste. Creo que a la hora de rever contracciones o de licitar, les hace falta 'subirse' al colectivo a quienes tienen la potestad de adjudicar estás contracciones", concluyó.