Lía Masjoan
En 2011 se recolectaron casi 132 mil toneladas y en 2016, 167 mil (26% más). La política de separación en domicilio no está funcionando bien: año a año hay una permanente disminución de las toneladas ingresadas a la planta de recuperación: 6.500 en 2011 y 2.800 en 2016.
Lía Masjoan
lmasjoan@ellitoral.com
Twitter: @lmasjoan
La gestión de los residuos sólidos que genera la ciudadanía santafesina tiene varios desafíos por delante. La cantidad de basura que llega al relleno sanitario se ha incrementado en los últimos años -un 26 % más entre 2011 y 2016-, la separación en domicilio entre húmedo y seco viene en caída -ingresó un 32% menos en 2016 respecto a 2014- y no se han logrado erradicar los microbasurales ni la actividad de recolectores informales. El problema está tanto en el proceso de recolección y tratamiento, como en la generación. Es decir, involucra al Estado -que debe impulsar las políticas y ejercer el control- pero también a los vecinos -sucios, descuidados y descomprometidos, en muchos casos-.
En la Municipalidad lo saben (todos los datos están compilados en el último Santa Fe Cómo Vamos (2016), que elaboraron junto con la Bolsa de Comercio). Por eso es uno de los principales ejes de trabajo -con objetivos y plazos de acción- en la Estrategia de Resiliencia que presentó el año pasado en el marco del Programa 100 Ciudades Resilientes de Fundación Rockefeller. Además, en diciembre elevaron de categoría a la anterior Subsecretaría de Ambiente -que ahora es Secretaría-, con varias metas por delante.
En 2010, la ciudad dio un salto cualitativo en sus políticas ambientales, al inaugurar la nueva planta de relleno sanitario, al oeste de la circunvalación, e implementar la separación en origen con días distintos para sacar residuos secos y húmedos. Si bien no hay una normativa que obligue a hacerlo, y multe a quien no cumpla, el servicio de recolección diferenciada sí está garantizado para toda la ciudad.
En esos primeros años, hubo fuertes campañas de concientización que lograron una alta adhesión inicial de la ciudadanía. Luego todo se relajó y el entusiasmo inicial se diluyó: el primer año (2011) ingresaron a la planta de recuperación 6.543 toneladas; en 2016, 2.868. Pero a su vez, el material recuperado y comercializado también viene disminuyendo: 951 tn en 2011 contra 650 en 2016. Mientras tanto, al relleno ingresa cada vez más basura: 131.977 tn en 2011, 167.033 tn en 2016. (Ver cuadro) Aquí es necesario aclarar dos puntos: por un lado, localidades del departamento La Capital comenzaron a arrojar su basura en el relleno sanitario, algunas en forma esporádica (como Rincón, que lo hizo en épocas de crecidas); por otro, ha aumentado la recolección de grandes generadores que antes usaban cavas o terrenos baldíos para deshacerse de sus residuos.
Ejes de acción
Mariano Cejas es el nuevo secretario de Ambiente y Espacios Públicos de la Municipalidad de Santa Fe. “Vamos a aprovechar el camino recorrido y todo lo que se ha avanzado en gestión de residuos sólidos urbanos, pero también tenemos la necesidad de afrontar nuevos desafíos”, afirma mientras delinea los dos ejes principales sobre los que apoyará todas las políticas planteadas: mejorar el servicio que prestan las empresas y el propio municipio y sensibilizar para llegar con mejor información a los vecinos, que “son los principales socios”.
La incorporación de tecnología en el servicio de recolección será clave para optimizar el control, que hoy se realiza, básicamente, con verificadores: “Necesitamos tener elementos fiables y diseñar indicadores para conocer con mayor certeza lo que efectivamente hacen las empresas y el propio municipio”. Para eso se sumará un sistema informático diseñado específicamente para que el control sea más fiable y rápido, permita tomar decisiones en tiempo real y genere indicadores para evaluar el sistema y hacer modificaciones. “Con tecnología se puede saber si efectivamente los camiones pasan por las zonas pautadas, y si no pasan ver por qué”, citó como ejemplo.
Respecto a la separación en origen “no es buena hoy, ese es el diagnóstico, se puede mejorar y tiene un gran potencial”, sinceró el funcionario. “La basura a la planta llega sucia, es decir mal separada, y no se puede aprovechar”, agregó. La idea es relanzar, en marzo, campañas de concientización para involucrar a más zonas de la ciudad e insistir con la colocación de cestos en altura.
La recolección de montones y el proceso de barrido también tienen dificultades. “Estamos rediseñando estas tareas, tanto en lugares como en la forma en que se realiza”. Una de las medidas que se evalúa es establecer días y horarios en los que se cambie la mano de estacionamiento de los autos para favorecer la limpieza. “Estamos muestreando algunas zonas para organizar el sistema”.
Otro punto débil son los microbasurales, que por lo general se forman por residuos domiciliarios o restos que dejan recolectores informales en barrios del oeste, el norte y algunos de la Costa. Desmejoran el paisaje pero a la vez generan focos infecciosos y problemas ambientales.
Cejas contó que comenzaron a trabajar con los coordinadores de distrito en identificar “los focos sucios” e implementar un procedimiento para “lograr su saneamiento definitivo. Hoy se recogen pero no se está investigando por qué ocurren y eso es lo que queremos hacer”. Las hipótesis son muchas: “A veces hay dificultades para que ingrese el camión, o hay problemas de calles, de cableado, de seguridad, puede ocurrir por la falta de cestos en altura; lo que vamos a hacer es intervenir en cuáles son las causas y trabajar en un compromiso fuerte de los vecinos, involucrando instituciones, clubes, etc., para que la solución que se le dé sea sostenida en el tiempo y no tener que ir permanentemente con la pala a juntar esos montículos”, explicó.
En barrios del este, centro y norte lo que más se detecta son los montículos de ramas, escombros y muebles: “Se sacan a cualquier hora porque la mayoría de los problemas que tenemos es por falta de información de los vecinos”, cerró el funcionario.
Mientras prepara un diagnóstico certero, que reconozca las fortalezas y debilidades, la secretaría de Ambiente buscará optimizar la gestión de los residuos que produce la ciudad y mejorar su limpieza, de la mano de una fuerte campaña de educación y sensibilización que genere compromiso en los vecinos.
Una idea para la Costa
Los restos de podas, césped y ramas caídas se acumulan en muchas calles de la costa a la espera de que el servicio municipal los traslade hasta la planta de relleno sanitario, ubicada en el otro extremo de la ciudad. “No es racional hacer ese traslado, genera mucho volumen y no hace eficiente el sistema de recolección de verde”, afirmó el secretario de Ambiente, Mariano Cejas.
La idea es poner en marcha una planta de procesamiento de residuo verde en la zona, y de ahí obtener material para compostaje y chipeado (una cubierta protectora de materia orgánica que se extiende sobre el suelo), que luego se reutiliza en espacios públicos de la ciudad.
“Para montar estas plantas hay que hacer una inversión pero en el mediano plazo resulta redituable antes de tener que seguir trasladando grandes distancias este tipo de residuos”.
Alternativas para el relleno sanitario
La actual planta de relleno sanitario tiene 5 años más de vida útil. Y ya se están pensando alternativas, que incorporen tecnología moderna y superadora. “Comenzamos con algunos estudios para evaluar nuevos procesos de tratamiento, esta planta de disposición fue un enorme avance para la ciudad pero al día de hoy son tecnologías que tienen que ser superadas implementando aquellas que generan una reducción de volumen porque no es recomendable, por una cuestión de disposición, seguir rellenando con los niveles de generación de residuos que hay”. Además, está en etapa de diseño ejecutivo el proyecto para captar biogas.
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“No pretendemos resolver el problema sólo incorporando más servicios, tenemos que incorporar al vecino, que es el principal socio para mantener en condiciones la ciudad”.
Mariano Cejas, Secretario de Ambiente y Espacios Públicos
La separación, a mitad de camino
A partir de datos del Panel de Hogares del Observatorio Social de la UNL, onda 2016/2017, se presenta que para un total de 1.052 hogares consultados, el 59,9% de los mismos manifiesta que realiza la separación de residuos en el hogar mientras que el 39,9% expone que no la realizada, el 0,2% restante Ns/Nc.
Cuando se consulta al universo de hogares que no realizan la separación de basura domiciliaria, se tiene que el 40,2% sostiene que le cuesta habituarse a hacerlo, el 19,2% no le interesa /no quiere, el 15,1% de los encuestados señala que no se recoge los residuos es su zona, entre otros motivos.
Ante la consulta “¿Es obligatoria la separación de residuos en toda la ciudad?, el 73,4% de los consultados señala que sí, el 15,8% expone que no y, el 10,8% es Ns/Nc. (Fuente: Santa Fe Cómo Vamos 2016).
La clave
— ¿QUÉ RESIDUOS SE CONSIDERAN HÚMEDOS?
Los residuos húmedos son los desechos de alimentos, yerba, saquitos de té, mate, café y envoltorios de papel con restos de alimento, así como también residuos como pañales y papel higiénico. También se incluyen en esta categoría elementos no recuperables, como las pilas, las biromes, los cartuchos de tinta o las lamparitas. La recolección de estos desechos se realiza cuatro veces por semana: domingo, martes, miércoles y viernes.
— ¿ QUÉ RESIDUOS SE CONSIDERAN SECOS?
Agrupan los artículos en desuso que pueden ser recuperados, como papel, cartón, plásticos, vidrio y metales, envases de aluminio y tetra brik. Se recolecta dos veces por semana: lunes y jueves.