Bulevar y Pedro Vittori fue epicentro, anoche, de una manifestación que incluyó a artistas santafesinos que se expresaron en contra de los recortes a la cultura nacional que figuran en la Ley Ómnibus que envió el presidente Javier Milei al Congreso.
Entre las principales demandas se encuentra el rechazo al desfinanciamiento y desmantelamiento de instituciones clave para el desarrollo cultural del país.
Bulevar y Pedro Vittori fue epicentro, anoche, de una manifestación que incluyó a artistas santafesinos que se expresaron en contra de los recortes a la cultura nacional que figuran en la Ley Ómnibus que envió el presidente Javier Milei al Congreso.
La acción buscó visibilizar las consecuencias que tendrían las medidas impulsadas, las cuales de concretarse afectarían directamente a los trabajadores y trabajadoras de la cultura. Entre las principales demandas se encuentra el rechazo al desfinanciamiento y desmantelamiento de instituciones clave para el desarrollo cultural del país.
Uno de los puntos más criticados -según un comunicado que emitieron trabajadores de la cultura local autoconvocados- es la disolución del Instituto Nacional de Teatro a través de la derogación de la Ley 24.800. Este paso, según el colectivo teatral, amenaza la existencia de espacios culturales y la creación de fuentes de trabajo genuinas, al mismo tiempo que favorece la especulación inmobiliaria, cerrando salas ante el aumento de los servicios públicos.
La derogación de la Ley 1.224, creadora del Fondo Nacional de las Artes, también genera alarma, ya que pondría fin a una institución vital para el fomento del arte en general. Asimismo, las modificaciones propuestas a la Ley de Cine, que desfinancian al INCAA y eliminan aspectos federales y democráticos, amenazan la supervivencia del cine nacional e independiente en favor de las grandes productoras y plataformas multinacionales.
Otro punto de conflicto es la reconversión del Inamu en un “programa” de la Secretaría de Cultura, eliminando recursos garantizados por el Enacom. Esta medida, junto con la liberación de precios de libros y el desfinanciamiento de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), deja a miles de trabajadores culturales sin respaldo económico y amenaza con convertir disciplinas artísticas en actividades elitistas.