En Santa Fe, se podrían resolver el 85 % de intervenciones por cardiopatías congénitas
La importancia del abordaje local y cercano de un cuadro que atraviesan entre 7 y 10 niños y niñas cada 1000 nacimientos y requiere de alguna forma de tratamiento en la mitad de los casos. Trabajo en equipo y fuerte vinculación con el Hospital Garrahan.
Pablo García Delucis es Jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular, Trasplante Cardíaco y Vascular Periférico del Hospital de Pediatría Garrahan. Es, también, líder del equipo de profesionales que se encuentra capacitando a sus pares del Hospital Orlando Alassia de la ciudad de Santa Fe para la atención e intervención en cardiopatías congénitas, pràctica que ya se retomó desde octubre de 2020 pero está previsto aumentar en cantidad y complejidad desde 2022.
Hace unos días estuvo en esta capital para participar del acto en el que se conmemoraron diez años de la Fundación de Cardiopatías Congénitas (que se cumplieron en 2020), y un año desde que fueron recuperadas esas intervenciones de baja y mediana complejidad en el efector local.
Como se dijo, para el año 2022 la apuesta será aún mayor: una importante inversión anunciada ese mismo día por el gobierno provincial y la capacitación de equipos profesionales permitirá practicar allí cirugías de mayor complejidad. En este último trayecto, tuvo mucho que ver el Hospital Garrahan y el propio García Delucis quien, algunas horas después del acto, dialogó con El Litoral.
"Para decirlo en forma simple -explicó el profesional que tiene una impresionante formación y trayectoria- , tenemos tres tipos de cardiopatías congénitas: simples, medianas y complejas. La meta es que las simples, las medianas y algunas complejas se realicen en Santa Fe. Y las que requieren de una complejidad mayor se podrán resolver en Buenos Aires". Así, "en Santa Fe se deberían resolver más del 85 % de las cardiopatías. Ojalá lleguemos a ese objetivo".
Flavio Raina Pablo García Delucis, Jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Garrahan, el martes en uno de los patios del Hospital Alassia.
Pablo García Delucis, Jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Garrahan, el martes en uno de los patios del Hospital Alassia.Foto: Flavio Raina
- ¿Desde cuándo tiene este vínculo con el Hospital Alassia?
- Empezamos a planear esta tarea el año pasado. El Dr. Francisco González Carrillo (director del Alassia) me convocó, me dijo cuál era el proyecto, que el Hospital había perdido (en 2019) la categoría para operar cardiopatías de mediana complejidad y me empecé a interesar en el caso: había que insertar al hospital a un nuevo nivel. Allí planteé que se necesitaba un equipo completo para instruir, enseñar y entrenar a todo un equipo. Porque operar a un niño del corazón no es tarea solo del cirujano: hay muchas personas involucradas que forman un equipo multidisciplinario y es tan importante quien lleva un análisis de laboratorio, cuando uno está operando, como el camillero, instrumentistas, coordinador del quirófano y todo el personal. Somos alrededor de diez personas.
- La importancia del trabajo en equipo fue un aspecto que se destacó varias veces en el acto que se realizó en el Alassia.
- Si, me parece que el trabajo en equipo es primordial para esta especialidad que es muy compleja. El cirujano es la cara visible del equipo y quien tiene que tomar decisiones dentro del quirófano pero debe estar respaldado por un equipo y los resultados no serían tan buenos si no se tuviera ese respaldo.
A su vez, ese equipo tiene que estar respaldado por las autoridades. Acá (en Santa Fe) sucede algo muy interesante y es que la Fundación de Cardiopatías Congénitas que surgió de un encuentro entre padres y madres a partir de un resultado feliz o no, es el motor de estos cambios.
- El resultado es que en un plazo no muy extendido se podrían realizar estas cirugías de mayor complejidad en Santa Fe.
- Ya empezamos a operar a pacientes en Santa Fe desde octubre de 2020. Hace un año que voy con integrantes de mi equipo (anestesiólogo, instrumentadora, intervencionista y dos recuperadores) y entrenamos a cirujanos del Alassia. Luego de la cirugía, el equipo de recuperación se queda 24 ó 48 horas en la ciudad y luego está disponible por varios días más. Desde octubre de 2020 a esta fecha hemos operado a unos 20 pacientes.
- Usted hablaba de lo que significa para una familia atravesar la situación de un niño que nace con una cardiopatía pero también lo que implica un desarraigo cuando tiene que viajar a otro lugar, por ejemplo Buenos Aires, para una intervención quirúrgica.
- La contención familiar es un pilar fundamental. Operarse en un lugar que es familiar, donde están los afectos, sin tener que dejar el trabajo en forma transitoria es posible cuando el tratamiento se hace en forma local y no hay que trasladarse a otro lugar. No hablamos sólo del tema económico; también está el aspecto emocional y de contención en el núcleo familiar. Cuando a un hijo le hacen el diagnóstico de una cardiopatía es un baldazo de agua fría que no tiene respuestas, y la contención de amigos, padres y familiares es muy importante para quien tiene que transitar esta etapa como es la operación de un hijo.
- ¿El equipo del Garrahan está realizando una experiencia similar en otra provincia como lo hace en Santa Fe?
- El equipo de nuestro hospital siempre ha colaborado con múltiples instituciones en programas de transferencia de conocimientos en otras provincias. En mi caso, desarrollé un equipo en Neuquén para hacer el mismo procedimiento que se está haciendo ahora en Santa Fe. También viajé hace muchos años a la ciudad de Córdoba y allí formamos un equipo. Ahora estamos comenzando a colaborar con el Hospital de Niños "Sor María Lodovica" de La Plata con un programa de entrenamiento de cirujanos en trasplante cardíaco.
- Durante la pandemia (y con la alta demanda de médicos intensivistas) muchos tomamos conciencia del tiempo que demanda formar el recurso humano en salud. ¿Cuánto tiempo implica preparar un profesional para la atención de patologías cardíacas en niños muy pequeños?
- Mucho tiempo. Formarse después de que uno se recibe de médico lleva mucho tiempo: primero hay que hacer una residencia básica, después entrar en un programa de residencia de mayor complejidad como es la de cirugía cardiovascular. Son alrededor de ocho a diez años después de recibirse de médico.
- ¿La cardiopatía congénita tiene una alta incidencia en el país?
- A partir del plan Nacer (que contiene el programa de Cardiopatías Congénitas) se conocieron estadísticas a nivel nacional. Hoy se necesita operar alrededor de 7.500 chicos en la Argentina para decir que estamos ofreciendo un tratamiento a todas las cardiopatías. Por eso es tan importante que el tratamiento se pueda realizar en las provincias, tal vez no las cirugías de alta complejidad pero si las de baja y media, y que en las provincias como Santa Fe y otras se pueda resolver un número importante. Por eso es necesaria esta interacción entre los equipos para entrenar a la gente. Es una tarea que requiere cierta actitud de parte local así que es muy importante la predisposición que tiene Santa Fe y la conciencia de las autoridades que toman las cardiopatías como un tema relevante. Cada mil chicos que nacen, alrededor de 7 ó 10 tienen cardipotías congénitas y cinco van a requerir algún tipo de tratamiento en el primer año de vida. Así que es muy importante que las autoridades lo entiendan.
En algunos casos, estos chicos tienen varias cirugías o reintervenciones en su vida y cuando crecen se convierten en adolescentes y luego adultos; es un problema que los hospitales públicos no estén preparados para recibir a esa población.
"Para mi es un orgullo profesional dirigir un equipo en un hospital tan importante. Es una tarea compleja, pero es un orgullo personal y un objetivo que me he marcado en la vida, y estoy de lo más feliz de poder hacerlo".