Santa Fe será testigo de un simposio sobre cómo aplicar el uso del ADN para resolver crímenes penales. El evento será este martes de 13.30 a 19 en el hotel Los Silos de la ciudad capital. Daniela Suárez y Kevin Mills son dos de los disertantes y explicaron en diálogo con CyD Litoral cómo se utiliza esta función en otros países.
¿El ADN es la panacea para resolver todo tipo de delitos criminales?
D.S: Es un elemento muy importante y es importante para nosotros empezar a implementarlo en Latinoamérica. No es el futuro, es el ahora, y es fundamental para ser más eficientes en la persecución criminal.
¿Es necesario sí o sí contar con este registro de ADN para acelerar la persecución del delito y la resolución de las causas?
K.M: Sí, claro, porque hoy en día la delincuencia se ha tomado cuenta de métodos de evadir la justicia, y uno de ellos es no dejar su rostro físico en el lugar de los hechos y no dejar su huella dactilar. Pero es imposible que no dejen su presencia genética, porque el cuerpo humano arroja hasta 60 millones de células diarias y todo lo que tocamos, respiramos, dejamos nuestra presencia genética donde caminamos.
En los delitos de violencia y contacto entre el agresor y la víctima, o el agresor y un artículo como un arma o un paquete de drogas, hay evidencia genética, y esto acompañado con la evidencia digital es la espina de cualquier investigación criminal en cualquier país del mundo, y es importante que Santa Fe goce de ese registro de perfil genético para que puedan cotejar las evidencias.
¿Qué protocolo deben seguir los investigadores para preservar toda esa genética que va dejando el delincuente?
D.S: Todo tiene que ver con la cadena de custodia y obviamente el tratamiento que se da tanto en el lugar de los hechos como cuando se remite al laboratorio. Y parte de nuestra presencia acá en Santa Fe es impulsar también un proyecto de ley, porque es importante que hagan unos límites normativos para el uso de esa información, que solo sea usado con fines de persecución penal y que quienes estén dentro de la base de datos sean criminales o personas que hayan entrado al sistema judicial.
Cada vez que se intentó en Argentina avanzar con una ley, incluso para establecer el perfil genético de los violadores, hubo objeciones desde varios sectores.
D.S: Sí, sobre todo por el tema de derechos fundamentales, como el derecho a la privacidad, pero obviamente prima más el derecho de las víctimas y el esclarecimiento de la verdad frente al derecho de los criminales, a pesar de que hayan garantías judiciales dentro de un proceso. Lo otro también importante para nosotros es que el ADN no solo sirve para encontrar a los criminales sino también para exonerar a los inocentes.
¿Cómo se trabaja con el ADN?
K.M: Es como la huella dactilar. La huella dactilar se perfila a los delincuentes en su momento de captura a todos los delitos, porque en la carrera criminal las personas mutuan sus delitos y cruzan diferentes partes del código penal. Y pues la idea del ADN es que se registre en su comienzo de una carrera criminal para actuar como un freno, un freno de autocontrol, sabiendo que están perfilados, pero también una garantía de justicia acelerada por si estas personas cometen otros tipos de delitos.
Es una prueba científicamente bien probada, eso ayuda a que la sociedad pueda tener una justicia más rápida y más eficaz. Y los índices mundiales entre países que tienen o no tienen esta función, realmente son muy fuertes las diferencias en la tasa de esclarecimiento y satisfacción de la sociedad.
¿Qué casos les llamó la atención que hayan podido esclarecer o aportar, precisamente porque comprobaron que el ADN era el que correspondía o comprobaron que era de otra persona?
K.M: Yo he trabajado en casos en los cuales encontramos ADN en los nudos de soga amarrada en una víctima metida en agua tres años. Hemos encontrado ADN en cintas adhesivas tomadas en una chaqueta de una víctima 40 años anteriormente y el ADN sobrevivió 40 años en esas cintas cuando ya la potencia de la ciencia aceleró y permitió la encuentra de esas células epiteliales del agresor.
El ADN puede sobrevivir décadas o hasta siglos en condiciones óptimas en las evidencias guardadas en las policías judiciales. Lo importante es recaudarlo en los lugares de los hechos y tenerlo listo para comparar contra un registro de perfil criminal.
Y en cuanto a la tecnología que se necesita indispensablemente para hacer este tipo de chequeos, de controles, de análisis, ¿cómo ven a Santa Fe y a Argentina?
D.S: Hay un ejemplo muy interesante y es el de Mendoza. Mendoza ya avanzó tanto en la legislación como en el uso de nueva tecnología. Tienen un sistema que se llama RAPI y es una tecnología que les permite en horas encontrar a quién corresponde el ADN.
En toda Latinoamérica hemos resaltado el trabajo que ha hecho Mendoza y para nosotros es una muestra de que es posible avanzar en ese sentido. El ADN no solo sirve para crímenes violentos, es decir, homicidio y abuso, sino también para temas como narcotráfico. En Colombia tenemos un proyecto llamado CSI Narcotráfico donde se encuentra o se trata de identificar ADN en los lugares como laboratorios de clorhidrato y cocaína para saber quiénes son los químicos que producen el alcaloide.
Hablando de narcotráfico, más allá del ADN, ¿cómo se puede ir trabajando desde la investigación penal aquí en Argentina y en Santa Fe particularmente para que las investigaciones sean más rápidas y más efectivas?
D.S: Entendiendo que es una empresa multinacional del crimen, lo más importante es la cooperación judicial entre las fiscalías obviamente. Nosotros en Latinoamérica tenemos un ejercicio muy importante con la red iberoamericana de fiscales apoyados también por Europa, donde todo el tiempo se está intercambiando información en tiempo real, sobre todo sobre el tema de finanzas y el lavado de activos. Lo hablábamos en repetidas ocasiones y es que a los países productores o latinos nos queda la violencia, pero el gran dinero no se queda en estos países. El dinero se lava en Europa y en el norte.
¿Cómo se hace para hacer los procesos más rápido y para llegar con la respuesta judicial en forma más efectiva?
K.M: Cuando yo comencé investigaciones genéticas en los años 90 duraron semanas en la búsqueda de la genética. Ahora puede ser cuestión de horas, dependiendo de la calidad de la muestra tomada, y esto combinado con la evidencia digital, que es la hermana par de la evidencia genética en la investigación moderna, ayuda a esclarecer casos y pone la presencia del delincuente en el lugar del delito en horas en ciertos casos. No siempre, algunas veces son días, pero con esa implementación, y Santa Fe cuenta con los laboratorios, no cuenta con la ley, esa implementación acelerará mucho la habilidad de investigar y esclarecer casos violentos en cuestión de días cuando tiene un registro de población criminal a cotizar.
Mirá tambiénSimposio internacional sobre el ADN en Santa Fe¿Es decir que el mayor inconveniente que enfrentamos ahora es tener la legislación aquí en Argentina para que eso se pueda implementar?
K.M: Es permitir en el momento de captura de la comunidad delincuencial que se tome su rostro en fotografía, su huella clara y que a eso se añada su huella genética, que es nada más de un hisopo bucal, estilo pandemia COVID, toma dos segundos y eso queda registrado de por vida en la base datos como si fuera su huella dactilar. Pero eso es necesario porque es la única evidencia que realmente arrojan en la comisión del delito.
Cuando prestan estos simposios, hablan para personas que investigan el delito. ¿Cuáles son las principales preocupaciones que ellos tienen? ¿Qué les transmiten?
D.S: Las garantías dentro del proceso judicial, que no haya vulneración de derechos fundamentales porque eso va a hacer que la prueba no tenga vocación de éxito en el juicio y sobre todo también el tema de la delincuencia adolescente y cómo a un menor podría tomársele ese tipo de muestras.
Tenemos la experiencia de británicos y Estados Unidos que están muy avanzados en el tema y obviamente esto no vulnera garantías de derechos fundamentales porque como lo decíamos ahora, prima el derecho de la víctima.
¿Cómo lo ven? ¿Estamos cerca de avanzar en esta legislación en Argentina o estamos lejos todavía?
K.M: No, yo creo que están cerca. Hay debates nacionales y provinciales. Hay ejemplos modelos como Mendoza y Santa Fe tiene un proyecto de ley borrador hecho. El simposio es para discutirlo mañana, debatirlo públicamente.
Los laboratorios están equipados tanto en la tecnología como en los procedimientos necesarios. Es nada más que se aprueba este concepto legislativamente y permite que el Estado realmente investigue de forma eficaz en nombre de las víctimas de los delitos violentos.
La capacitación es abierta a todo público y gratuita. Quienes tengan interés en participar deben inscribirse a través del formulario disponible en la página web www.mpa.santafe.gov.ar en la sección Noticias.
Cronograma
Tras las acreditaciones, a las 14:30 se desarrollará un panel como presentación del encuentro. Disertarán el Fiscal General, Jorge Baclini; la ministra de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos de la provincia, Celia Arena; el ministro de Seguridad de la provincia, Claudio Brilloni, y el presidente de la GTH-DNA, Tim Schellberg.
A las 15:00 se abordará el uso del ADN como herramienta de investigación penal a partir de diferentes experiencias. El director del Organismo de Investigaciones (OI), Víctor Moloeznick, expondrá en relación a la provincia de Santa Fe. El director del programa Justicia Forense: ADN Latinoamérica de GTH-DNA, Kevin Mills, analizará el panorama actual latinoamericano. Por su parte, el Director Ejecutivo de la Asociación Nacional de Justicia Criminal de Estados Unidos, Chris Asplen, hará referencia a su país.
Finalmente, a las 17:00 se llevará a cabo una mesa redonda que coordinará la consultora de Asuntos Gubernamentales para Latinoamérica de GTH-DNA, Daniela Suárez. En este espacio de intercambio también estará presente la Jefa del Laboratorio Químico Zona Norte del OI, Consuelo Martí.
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