A pesar de que la temporada de vacaciones haya llegado a su fin, los fines de semana, y especialmente durante periodos de gran actividad turística como la Semana Santa, la ciudad sigue ofreciendo una variada selección de actividades para disfrutar. Desde eventos culturales hasta propuestas gastronómicas, festivales y ferias de emprendedores, todo está diseñado para promover el turismo y alentar a los santafesinos a participar.
Entre las opciones disponibles, el Complejo Astronómico CODE ofrece la oportunidad de realizar visitas al observatorio astronómico, museo del espacio y planetario. Además, se puede disfrutar de actividades al aire libre, como recorridos en bicicleta utilizando los bicipuntos. Para aquellos que deseen explorar la historia y la fe, durante estas fechas la Manzana Jesuítica ofrece paseos especiales. Ahora bien, ¿qué ocurre con quienes tienen restricciones para la motricidad?
La oferta es limitada, ya que muchas actividades carecen de accesibilidad, desde la falta de infraestructura adaptada como rampas de acceso, ascensores y baños accesibles, hasta la ausencia de señalización adecuada. Esta exclusión no solo vulnera el derecho a formar parte de la vida cultural y social, sino que también perpetúa la discriminación.
Paseo pleno e inclusivo
Para profundizar en el tema, El Litoral entrevistó a Betina Anzilutti, fundadora y directora de Noun Eventos & Capacitación. Como profesional próxima a graduarse en el Máster en Accesibilidad y Diseño de Ciudades Inteligentes de la Universidad de Sevilla, destacó que tanto los residentes como los turistas con discapacidad enfrentan escasas facilidades en Santa Fe. "Nuestra ciudad no ofrece a un turista portador de algún tipos de discapacidad el goce de su paseo de modo pleno e inclusivo", señaló.
La disponibilidad de acceso no solo es relevante para las personas con discapacidad, sino también para aquellos con restricciones físicas, como personas con sobrepeso, embarazadas o personas mayores.
Betina Anzilutti, fundadora y directora de Noun Eventos & Capacitación.
La profesional explicó que la llegada de una visitante a Santa Fe, por ejemplo, “implica una variedad de servicios que van desde el acceso al aeropuerto, hasta la utilización de transporte público, la estadía en un hotel y la comida en restaurantes”. “Todas estas facilidades demandan una revisión del concepto de accesibilidad y una inversión en esta área”, manifestó.
Desafíos y falta de iniciativa
Anzilutti hizo hincapié en la importancia de entender que invertir en ciudades accesibles no constituye un gasto, sino una inversión que puede posicionarla en la vanguardia.
Asimismo, subrayó que la falta de adaptabilidad puede disuadir a muchos potenciales turistas. "En el continente, somos 85 millones de personas con discapacidad, de las cuales el 72 % no viaja por temor a no encontrar condiciones de accesibilidad", añadió.
Según la experta, Santa Fe tiene múltiples carencias en accesibilidad urbana, como rampas estrechas o mal inclinadas.
En este sentido, señaló la falta de iniciativas sólidas para facilitar el acceso turístico en Santa Fe. A pesar de reconocer la implementación de algunas acciones, consideró que no son suficientes. "Los empresarios también deben entender que sus productos y servicios deben ser accesibles. Si no lo hacen por empatía hacia las personas con discapacidad, deberían considerarlo por una simple razón económica: para ampliar su mercado", enfatizó.
También sostuvo que numerosas autoridades aún consideran que la capacitación en estos temas carece de importancia. "Basta pronunciar palabras como ‘inclusión’, ‘accesibilidad’ o ‘sostenibilidad’ para quedar frente a los otros como una persona empática, pero si sólo nos quedamos en lo verbal ‘por quedar bien’ y no se pasa a la acción nuestra querida Santa Fe nunca será accesible", sentenció.
Limitaciones en infraestructura
Desde la mirada de la profesional, Santa Fe presenta numerosas deficiencias en términos de accesibilidad urbana y arquitectónica. Entre ellas menciona que "existen rampas en las esquinas que no tienen el ancho o la inclinación adecuada, así como rampas sin barandas, también hay muy pocos juegos accesibles para niños en las plazas”.
“En lo que respecta a la accesibilidad cognitiva, ¿realmente son nuestras señales de tránsito, semáforos y cajeros automáticos accesibles? Es algo para reflexionar", concluyó.
Anzilutti señaló que hay pocos juegos accesibles para niños con discapacidad en las plazas santafesinas. Crédito: Luis Cetraro.
En pos de mejorar la situación, Anzilutti propone medidas como la capacitación de funcionarios estatales para atender a personas con diversas capacidades en las dependencias públicas, así como ajustes urbanísticos y arquitectónicos en cada nueva construcción. Sin embargo, destaca que aún queda mucho por hacer para lograr una verdadera accesibilidad en Santa Fe.
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