El faro que pocos ven en Santa Fe: su pasado y presente
Ubicado en un lugar histórico de la capital provincial, pasa casi desapercibido en comparación con el que está en la Costanera. Imágenes de archivo y actuales de un elemento casi desconocido.
El faro que pocos ven en Santa Fe: su pasado y presente
La ciudad de Santa Fe tiene, afortunadamente, varios sitios emblemáticos que la representan y distinguen de otras urbes. Algunos por costumbre y otros por su rica historia. La Costanera, el puente Colgante, los grandes parques (Garay, Federal, Del Sur, por poner ejemplos).
Precisamente, dentro de lo que es el paseo ribereño por excelencia de los santafesinos se levantó un faro cuyas funciones son meramente pintorescas y “para la foto”. Lugar de encuentro de locales y de paso casi obligado para turistas, la gran lámpara que ilumina la laguna Setúbal se convirtió en un elemento típico de la capital santafesina.
Sin embargo, no es el único faro que la ciudad ofrece para los curiosos. Sí, Santa Fe tiene otra torre mucho más antigua que remite a los inicios de la comuna como tal. Ubicada en el sur, a metros del Casco Histórico, una estructura sin tanta prensa como la de la Costanera descansa a la vista de todos.
La imagen corresponde a 1943. Foto: Gentileza Santa Fe Antiguo
Se trata nada menos de la otrora chimenea de una fábrica de tejas que hace unos 150 años se ubicó en el sector que en la actualidad ocupan el Centro Cívico, la cárcel de mujeres y el anfiteatro Juan de Garay.
Los libros que cuentan la historia de Santa Fe ubican en ese sector de la pujante ciudad a la fábrica de tejas de Manuel Cervera. Como se dijo más arriba, aquella producción estaba emplazada entre lo que hoy son calles San Jerónimo, Uruguay y Presidente Illia, frente al lago del Parque del Sur.
Una de las pocas imágenes de la fábrica de tejas. La autoría es de Ernesto Schlie.
Se menciona a 1872 como fecha de apertura del emprendimiento a cargo del español que se instaló en estas tierras y abrió lo que sería la primera fábrica de tejas del estilo francés de la zona. Afortunadamente, se guardan en los archivos, registros fotográficos para conocerla.
El interior de la fábrica de tejas. La autoría es de Ernesto Schlie.
Segunda vida
Con el avance del siglo XX, la ciudad capital necesitaba de espacios verdes acorde al crecimiento poblacional. Fue entonces que se diagramó un gran parque, ubicado a pocos metros del centro neurálgico de la creciente urbe.
Recorte de El Litoral del '40, con una foto de la antigua chimenea.
La obra demandó el cierre del riacho Santa Fe por medio del terraplén Irigoyen, dando origen al lago artificial, cuyo balneario se inauguraría unos años más tarde. Las tareas de acondicionamiento y refacción se llevaron adelante durante todo ese año (1940) hasta que en diciembre se lo dejó habilitado.
Así lucía el sector en la década de los '70. Foto: Gentileza Santa Fe Antiguo
En el marco de estos trabajos, se le dio una segunda vida a la antigua chimenea. Así lo contó El Litoral en su edición del sábado 7 de diciembre del ‘40, días previos a la inauguración del flamante espacio público.
En 2004, antes de ser refaccionado.
“Sobre la calle San Jerónimo se ha aprovechado una chimenea de los hornos que existían de la antigua fábrica de tejas y se ha hecho de la misma un magnífico faro”, publicó el vespertino en una extensa crónica acompañada de fotos y mucha información sobre el lugar.
El drone de El Litoral captó con lujos de detalles al faro. Foto: Fernando Nicola
Las fotos guardadas en los archivos permiten ver cómo se transformó la vetusta construcción en un pintoresco faro, que quedó emplazado a metros de calle San Jerónimo a la altura catastral del 1.000.
Camuflado entre edificios y árboles; el faro sobrevive. Foto: Fernando Nicola
Así las cosas, aquella estructura donde se escapaba el humo de los hornos de las tejas que sirvieron para los techos de las construcciones de fines del siglo XIX y principios del XX se convirtió en una referencia del nuevo espacio verde que la capital santafesina inauguró en los ‘40.
Segundo plano
Olvidado por mucho tiempo, este faro fue revitalizado con la refacción del anfiteatro Juan de Garay en el 2021. En la actualidad, la torre luce pintada de gris con rayas blancas. En un vuelo del drone de El Litoral se puede apreciar que mantiene su ergonomía y no presenta problemas.
Pese a su impronta, no logró tener la popularidad que sí obtuvo el de la Costanera. Dicho sea de paso, la lámpara de la Setúbal fue presentada en sociedad en 1996, en el marco de las obras de refacción que se hicieron por aquel entonces por el paseo. El acto inaugural contó con la presencia del intendente Horacio Rosatti y del gobernador de ese momento, Jorge Obeid.
Como bien reflejó El Litoral en sendas oportunidades, pese a su fama el faro de la Costanera muchas veces fue víctima del vandalismo propio de la capital santafesina. La última intervención estatal fue en 2021, cuando se arregló la estructura y se le otorgó la luz, algo tan esencial para un elemento como éste.