Estefanía Bohn Yustman es una joven santafesina que vive en una pequeña isla de México, llamada Holbox, que actualmente se encuentra aislada del mundo a causa de la pandemia del coronavirus.
Se fue de Santa Fe en 2017 a través de un intercambio cultural de una ONG y hoy vive hace más de tres años en la Isla Holbox, donde tiene su propio emprendimiento.
Estefanía Bohn Yustman es una joven santafesina que vive en una pequeña isla de México, llamada Holbox, que actualmente se encuentra aislada del mundo a causa de la pandemia del coronavirus.
Como nos informa, a través de un Instagram Live con El Litoral, la isla posee un territorio de solo 40km, de los cuales 7km son habitables, donde viven constantemente un total de 2.000 habitantes nativos y al rededor de 8.000 personas que, como ella, decidieron dedicarle un tiempo de su vida a la isla.
La playa, los turs para conocer la isla, la pesca y el fabuloso Tiburón Ballena (el pez más grande del mundo), son los atractivos que hace años atraen a cientos de miles de turistas.
Actualmente, producto del Covid-19, hace dos meses la isla no recibe turistas, quedando frenada su economía pero sobreviviendo gracias a la solidaridad de sus habitantes, quienes no tienen prohibido transitar pero toman todas las medidas necesarias para cuidarse.
“Nos afectó bastante la pandemia por la falta de turismo. Los clientes de mi negocio, por ejemplo, son todos turistas, los de los hoteles también. Le afectó mucho a la gente que vive el día a día, que con lo que ganan comen. Otros estamos usando nuestros ahorros. Igual, estamos bien, porque la gente en la isla comparte lo que tiene, el que tiene más deja de tener más para compartir con el otro. Por ejemplo, se hicieron comedores comunitarios para ayudar” explica la santafesina.
También, comentó la preparación que hizo la isla para enfrentar al coronavirus: “Por el momento no tenemos contagios dentro de la isla, se tomaron rápidamente medidas, desde los ciudadanos del pueblo, no desde el gobierno. La gente empezó a cerrar los locales y a tomar conciencia. Si seguíamos ‘abiertos’ hacia el turismo algo iba a pasar, estamos en contacto con gente de todo el mundo. Solo quedaron abiertas las tiendas de abastecimiento y con medidas”. Y agregó: “Luego, como última medida, se cerró la isla. Nosotros salimos mucho de la isla por atención médica y compras, necesidades que acá no hay y ahora solo se puede salir por urgencia y con permiso”.
“Se cerró la isla porque seguía entrando gente y los habitantes de acá tuvieron medio. Si el coronavirus llega acá, con uno que tenga el virus, nos contagiamos todos” Estefanía Bohn Yustman.
Y finalizó el tema: “Acá no hay hospital pero si centros de salud y médicos especializados, que tienen protocolos en caso de que haya un contagio, para atenderlo hasta que pueda ir a otro lugar fuera de la isla”.
Su llegada a la isla
Dejando de lado la pandemia del coronavirus, Estefi nos cuenta cómo fue que dejó Santa Fe hace más de tres años: “Llegué a México en 2017 por un intercambio cultural, con una ONG y trabajaba en un proyecto social con niños, en un orfanato. También íbamos a los barrios a jugar con los chicos, llevarles educación y enseñarles a leer y escribir”.
Y agregó: “Ahí estuve cerca de dos meses haciendo esos proyectos y, en un tiempo que me quedaba antes de regresar a la Argentina, conocí otros lugares y, de casualidad, vine a la Isla de Holbox y, así como llegué, literalmente nunca más me fui”.
Cómo es Holbox
Lejos de su familia y de Santa Fe, Estefi nos explica todo lo fabuloso que tiene Holbox: “Acá no hay autos, nos manejamos en bicicletas, motos y carros de golf. Solo se ven algunas camionetas de uso comercial, que traen productos y luego se van. Un día normal, como turista, lo obligado es ir a la playa y hacer algunos de los turs, donde se pueden visitar varias islas cercanas y se puede conocer otras partes de la isla que no son habitables. También tenemos al famoso Tiburón Ballena, que es una gran atracción para ir a nadar. Es el pez más grande del mundo y no come carne, sino que come plancton. Tuve la oportunidad de nadar cerca de uno, da miedo al principio pero es ‘súper mansito’. Otro atractivo es la pesca familiar y la pesca profesional, que es algo típico, porque ellos viven de eso”.
“Cuando conocí la Isla de Holbox pensé que era un buen lugar para comenzar una nueva vida, por la tranquilidad y la seguridad. Pensé en vivir acá por lo menos un tiempo y ya van tres años...” Estefanía Bohn Yustman.
Video: Instagram @estefi.by
Cultura
“Los mexicanos tienen mucho de la cultura indígena y maya inculcado y se ve reflejado en todos los lugares. En la cultura de acá, lo que veo diferente a la Argentina, son las maneras de festejar por ejemplo. Hay mucha cultura maya y rituales en los bautismos y casamientos. Por otra parte, cuando festejas tu cumpleaños, vos invitas a algunos y viene todo el pueblo y todos traen algo para compartir desde el mediodía hasta el atardecer”.
"La gente de acá es muy abierta, como se dedican al turismo son muy generosos. Si te ven en la calle un poco perdido te ofrecen ayuda. Todo el tiempo la gente es muy amable, pero también son ‘rudos’ si alguien no se adapta al lugar; hay un dicho que dice que ‘la isla te acepta o te saca’. Alguien que viene a hacer el mal acá no es bienvenido. Acá no hay muchos robos o muertes. El que lo hace, es echado directamente por la habitantes del lugar”.
¿Cómo llegar a la isla?
Para conocer la isla, nos explica Estefi, “se debe primero llegar a Playa del Carmen (u otros destinos turísticos cercanos) donde hay colectivos que te llevan al Puerto de Chiquilá y desde ahí cruzas en Ferry y ya llegas a la isla. También se puede venir en avionetas, pero es más caro”.
Su emprendimiento
Luego de trabajar en Hoteles y otros rubros, Estefanía Bohn Yustam posee su propio negocio en la isla de Holbox, llamado bajux: “Tengo un negocio que vende cosas para el turismo. Desde recuerdos hasta bikinis, mayas, ojotas y todo lo necesario para un día de playa. También hago artesanías, mi fuerte son los atrapasueños, que es algo muy original de la gente de acá”.
“A la gente que quiera hacer un cambio en su vida le recomiendo que se anime, siempre hay miedos pero lo importante es animarse. Hay que tomar los recaudos necesarios, yo lo hice y mucho por estar viajando sola y ser mujer, pero siempre sentí que la gente me iba a ayudar. Creo que hay un lugar en el mundo para todos, desde un campo, hasta una isla o una gran ciudad como Nueva York” Estefanía Bohn Yustam.