Lunes 20.5.2019
/Última actualización 11:03
En la provincia de Santa Fe fueron 5 las niñas y niños de entre 8 y 12 años que ya tramitaron su cambio de identidad de género en el Registro Civil y tienen su nuevo Documento Nacional de Identidad (DNI), desde que existe ese derecho. Mientras que en la actualidad, los equipos interdisciplinarios del Gobierno provincial acompañan el proceso de otros 40 niños que transitan el mismo camino. En este último caso, hay niños de hasta 5 años, al igual que “Tito”, el pequeño marplatense que fue noticia nacional luego de realizar el trámite en la provincia de Buenos Aires la semana pasada.
Para abordar este tipo de realidades, la provincia de Santa Fe cuenta con un protocolo que se implementa en los espacios educativos para el reconocimiento de la identidad de género, en cumplimiento de la Ley provincial de Protección a la Infancia, que garantiza ese derecho.
Pero no todos los niños deciden cambiar su identidad en el DNI. Incluso este proceso puede llevar un tiempo o no concretarse nunca. Sin embargo, lo cierto es que esas niñas y niños que en el futuro “decidirán o no acceder al derecho del reconocimiento en el DNI, si así no lo hiciesen, en los espacios educativos verán igual reconocida su identidad”, sostiene el subsecretario provincial de Políticas de Diversidad Sexual, Esteban Paulón.
Ese reconocimiento se visibiliza, por ejemplo, “en el listado de asistencia escolar, en la libreta de calificaciones, durante las clases de educación física, o en el baño. Se adecua todo para que esa niña o niño trans pueda vivir y expresar su identidad de género autopercibida”, describe el funcionario.
Además, el acompañamiento en ese transitar es interdisciplinario. “Estos casos de infancias trans nos llegan de múltiples formas, a través de las familias o los amigos, mediante los equipos de salud o socioeducativos”, cuenta Paulón. “Lo que hacemos es trabajar para integrar esos mundos, porque somos seres multidimensionales que interactuamos en forma permanente con un montón de personas e instituciones”, explica, y continúa: “Una nena trans de 8 años también festeja su cumpleaños y quiere que sus compañeritas vengan, o tiene ganas de hacer una pijamada o ir de camping; cuando crezca se va a enamorar de alguien, y si se aleja de su familia, también un día va a volver a casa”.
“La decisión del cambio nos llega a veces desde la escuela pero en casa no la aceptan, o viceversa. Entonces hay que abordarlo para la aceptación”, relata Paulón, en base a las múltiples experiencias de las que participó el Estado. “Nosotros brindamos herramientas para que esa infancia transite libre de violencia y discriminación”.
“De un tiempo a esta parte, con la ley de matrimonio igualitario y la de identidad de género hemos salido del ‘armario social’. Antes la salida era individual y hoy somos un colectivo social visible, identificado y empoderado, que ha salido a la conquista de derechos”, dice Paulón.
“La infancia trans hace un tiempo era un imposible y hoy existe, se habla en las familias, se escucha a la niña y al niño cuando lo expresa cada vez a edad más temprana”, dice el funcionario. Entonces, “la familia acompaña y el Estado destina políticas públicas para sostener la inclusión educativa, familiar, laboral y de salud. Así vemos casos como el del chiquito de Mar del Plata, que se dan en todo el país, incluso en Santa Fe”. Sin embargo, “nos seguimos criando en una sociedad que nos educa para la heterosexualidad obligatoria, para no tener hijos trans, entonces cuando una familia lo escucha, lo valora y lo respeta es muy importante”.
Más adelante, Paulón resalta el sentido de la Educación Sexual Integral (ESI) y personaliza el relato para aportar su visión al respecto: “¿Por qué brindarla desde nivel inicial? —se pregunta—. Porque quienes hoy somos adultos LGBTI fuimos niños y lo padecimos. Yo fui un niño gay que jugué en el patio de una escuela, no pude decir lo que me pasaba, no pude decirle a un compañero que me gustaba. Muchas niñas y niños transitan su infancia sin poder compartir lo que les pasa”.
Radiografía trans santafesina
En paralelo a las políticas publicas de inclusión y acompañamiento a las infancias trans, el gobierno provincial junto al Instituto Provincial de Estadística y Censos (Ipec) lanzaron la primera Encuesta sobre Población Trans en toda Santa Fe. El anuncio fue realizado por el director del instituto, Jorge Moore, el subsecretario de Políticas de Diversidad Sexual, Esteban Paulón, y la representante de la Casa LGTBI, Alajandra Ironici, entre otros, en un acto llevado a cabo el viernes pasado en la Casa de LGTBI, ubicada en San José 1701.
La fecha elegida no fue al azar, ya que el viernes fue el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, que se celebra el 17 de mayo para conmemorar la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales por parte de la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que tuvo lugar el 17 de mayo de 1990.
En una primera etapa, el 27 y 28 de mayo, se capacitará a 20 encuestadores que luego saldrán al terreno a relevar a más de 600 personas. “Son muchas preguntas y precisan una gran capacitación”, señaló Moore, mientras que Paulón destacó el “rigor científico” de las mismas. El relevamiento —poco frecuente— se llevará a cabo desde junio y demandará aproximadamente un mes y medio. Tiene por objetivo ajustar las políticas públicas inclusivas.
Las preguntas que se formularán en las entrevistas están relacionadas a la vida íntima y al aspecto social de cada persona. En relación a lo primero, los encuestadores del Ipec consultarán sobre la aceptación y el apoyo de la familia, la edad en la que pudo expresar su identidad de género, cómo se siente con su cuerpo, si siente necesaria una adecuación corporal para afirmar su género, si se alejó o no de su grupo de crianza, si hubo o no discriminación de la familia, si se somete a tratamientos de hormonización y, si no es así, si lo considera; y además, si se ha operado o desea hacerlo.
También se abordará el tema de la escolaridad, el empleo, si considera que la prostitución es un trabajo, si tienen DNI con su identidad de género, si accede o no a ayuda social, si tiene jubilación o pensión, si se atiende en la salud pública y si sufrió discriminación o violencia institucional.