En poco más de una semana, la gente donó 16 mil barbijos
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La predisposición solidaria de los santafesinos es moneda corriente toda vez que la ciudad padeció alguna crisis. Las inundaciones de 2003 y 2007 son un claro ejemplo de esas buenas actitudes. Y ahora, algo similar está sucediendo con motivo de la pandemia del coronavirus, particularmente en el hospital Cullen.
“Desde el Concejo de Administración y la Dirección del hospital estamos muy contentos por la colaboración que brindó la gente este tiempo. Nos encargamos de gestionar los materiales, compramos las telas y la gente puso su tiempo, cumpliendo con este pedido de Nación y Provincia de que todos permanezcan en sus casas, por el aislamiento obligatorio. Estamos muy agradecidos con la respuesta de la gente, que colaboró con nosotros a través de la costura de barbijos, cofias y camisolines”, dijo Diego Alegre, representante de la comunidad del nosocomio público.
Gentileza En plena pandemia. Parte de las donaciones que realiza la gente al hospital Cullen.
En plena pandemia. Parte de las donaciones que realiza la gente al hospital Cullen. Foto: Gentileza
Entre la semana pasada y este último miércoles, “recibimos 16 mil barbijos que nos permitirán trabajar algunos días. Hay que tener en cuenta que la población del hospital es muy importante y se suman los pacientes que se van acercando, con lo cual necesitamos mantener esta producción: que la gente continúe con la colaboración, tanto voluntaria como también acercando materiales”, añadió.
Alegré contó que recibieron una buena partida de jabón líquido: “Esto responde a la propuesta de un bioquímico (el Dr. Roberto Casabianaca y su familia), que nos pasó la receta para la elaboración del jabón. La difundimos y la gente respondió muy bien. Nuestros servicios colaboraron, tanto para retirar el jabón líquido como para juntar bidones para hacerlo llegar al hospital. Son muchas maneras con las cuales la sociedad en general está colaborando”. Además, hace unas semanas, gente de una iglesia evangélica de barrio San Lorenzo —que colabora habitualmente con el Cullen—, se acercó para poner en condiciones unas habitaciones cuyos mobiliarios necesitaban pintura.