Este año, la tradicional festividad de la Virgen de Guadalupe se vive de un modo especial, fruto de dos hechos históricos.
Sin fieles y de modo virtual por la pandemia de Covid-19, Santa Fe celebra desde este sábado la tradicional festividad Mariana. Las misas son presididas por el Arzobispo Sergio Fenoy. Hacía 40 años que no bajaban la estampa.
Este año, la tradicional festividad de la Virgen de Guadalupe se vive de un modo especial, fruto de dos hechos históricos.
Por un lado, el aislamiento obligatorio por la pandemia de Covid-19 no permitió la peregrinación de los miles de fieles que se acercan cada año a expresarle su devoción. Las ceremonias, el rezo del rosario y las misas se celebraron a puertas cerradas, con transmisiones on line, y algunos pocos presentes, entre ellos un profesional de la salud, en agradecimiento al rol importante que están brindando a la sociedad en medio de la crisis sanitaria.
A este hecho distintivo, se sumó otro suceso histórico que ya estaba previsto por ser éste un año Mariano nacional por los 400 años del milagro de la Virgen del Valle en Catamarca: la bajada de la estampa original que dio origen a la devoción de la Madre de Guadalupe, a mediados del siglo XVIII, actualmente ubicada al costado este del camarín de la Basílica.
Esto ocurrió antes del comienzo de la misa del sábado, a las 19.30, cuando se colocó al lado del altar. Allí permanecerá hasta que finalice la misa del domingo a la noche. De este modo, “buscamos que los peregrinos puedan tenerla más cerca a través de sus pantallas”, destacó el párroco de la Basílica, Olidio Panigo, quien acompañó en las celebraciones al Arzobispo Sergio Fenoy.
La de este año, es la 7ma. vez que se baja solemnemente la estampa de la Virgen, contó el padre. La primera fue en 1905, cuando por la gran creciente se la trasladó a la Iglesia del Carmen: “Hubo una procesión hasta la Catedral para pedir por la bajante de las aguas, y comenzaron a bajar milagrosamente”, relató Panigo. “Después, en 1921, cuando se sancionó una reforma de la Constitución Provincial que era perjudicial en algunos aspectos para la población, se la llevó a la Plaza San Martín y el gobernador de entonces, Enrique Mosca, la vetó”. En 1928, se la sacó para la coronación Pontificia; en 1952, para recordar los 50 años de la Jura de la Virgen de Guadalupe como Patrona; en 1970 cuando se cumplen 50 años de la coronación pontificia de la Virgen; y la última vez fue en 1980 con motivo del año Mariano nacional, hace 40 años.
El Padre Olidio Panigo destacó que “desde que comenzamos la novena hace 15 días no tuvimos más casos de coronavirus en Santa Fe, algunos pueden decir que es coincidencia o el buen comportamiento de la gente, pero uno lo mira desde la Fe y es también una ayuda de la Virgen, La obra de Dios nunca se da de una manera mágica, siempre necesita de la colaboración del hombre”.
La fiesta de Guadalupe sin fieles