En septiembre de 2018, Provincia tomó posesión de la antigua Casa de Sor Josefa, tras rescindir el comodato que tenía con el Municipio local.
En septiembre de 2018, Provincia tomó posesión de la antigua Casa de Sor Josefa, tras rescindir el comodato que tenía con el Municipio local.
Consultado al respecto sobre qué pasa hoy con el inmueble patrimonial —y monumento histórico provincial—, el director de la Dipai, Gonzalo García, aseguró que se realizan obras de apuntalamiento y sostén de la estructura del casco existente, y demolición de algunas partes de la casona que estaban con riesgo de derrumbe. “Estos trabajos terminarían en un mes aproximadamente”.
En el mientras tanto, “se está armando un proyecto de restauración con el Ministerio de Cultura. Es una estimación, pero creemos que de acá a un mes o un poco más, se estaría en condiciones de llamar a proceso licitatorio, una vez que el proyecto definitivo (de restauración) esté concluido”, dijo el funcionario.
Años de abandono
En 1998, la vieja casona fue declarada por ley Monumento Histórico Provincial, y en 2002, un decreto municipal la declaró edificio de interés cultural de la ciudad. Ambas normas establecieron que debía ser mantenida por su valor patrimonial.
En 2006, la provincia inició la expropiación del inmueble mediante una ley. La norma había establecido dos pagos a los herederos, pero la operación nunca se concretó. Y la Legislatura debió aprobar una prórroga del pago para que se cumpla con dicha expropiación. Tres años más tarde, en 2009, finalmente la provincia compró la antigua casa por un monto cercano a los $ 600 mil.
Una vez en manos del Estado, la provincia suscribió con el municipio un convenio de uso de la propiedad, y en 2011 se licitaron las obras de restauración y puesta en valor del edificio. Pero las ofertas fueron superiores al presupuesto y la restauración quedó trunca.
Mientras se avanzaba hacia un nuevo proceso licitatorio, la Municipalidad realizó algunas tareas por administración que incluyeron demoliciones de mamposterías y remociones, limpieza e hidrolavado de fachadas y reparación de muros. Los años siguieron pasando y la casa continuaba con su natural deterioro.
En un nuevo capítulo de esta historia, en 2013 todo hacía parecer que llegaría la restauración y puesta en valor definitiva. Pliegos al Concejo y nueva licitación, prevista para febrero de 2014. El nuevo proyecto contemplaba la instalación del Museo del Inmigrante y la concesión de una parte del edificio para la explotación de un emprendimiento privado compatible con ese espacio cultural. Pero la licitación quedó desierta. En paralelo, desde hace tres décadas la Asociación de Amigos de la Casa de Sor Josefa Díaz y Clucellas reclama por la casa.
El año pasado, el gobierno provincial rescindió el comodato que tenía con la Municipalidad de Santa Fe y tomó posesión del inmueble.