El 23 de mayo del año pasado, el Concejo sancionó la Ordenanza Nº 12.635, con la cual se estableció un marco regulatorio para la actividad de los cuidacoches en la ciudad. Para poder ejercer esa actividad informal, estos trabajadores informales deben contar con un carnet habilitante emitido por la Municipalidad; no tener antecedentes penales, y tienen prohibido pedir a los dueños de vehículos una "tarifa": la contribución a recibir será voluntaria.
Capacitación inicial mediante, se les entrega un chaleco identificatorio y se debe publicar en la web de la Municipalidad el listado de cuidadores de autos habilitados, donde se indicará la credencial habilitante de cada uno y el lugar de labor, pues la normativa dispone asignar a cada cuidacoche un sector puntual en la vía pública para prestar su servicio informal. La norma está operativa -vigente- y ya fue reglamentada. El Municipio abrió el Registro para que los interesados cumplimenten todos los requisitos (ver Registro).
Desde el Legislativo local, dos ediles opositores plantearon sus reparos sobre la aplicación efectiva y actual de esa ordenanza. Carlos Suárez (UCR) y Luciana Ceresola (Pro-Juntos por Cambio) impulsaron un pedido de informes -sancionado sobre tablas- donde se le requirió al Ejecutivo datos sobre el cumplimiento de la norma que dio lugar al Programa Inclusivo de Cuidadores de Vehículos; qué pautas fueron implementadas para mejorar la seguridad en las calles; qué cantidad de credenciales fueron otorgadas, y cuáles son las zonas habilitadas para realizar esta actividad informal, entre otros puntos.
Lo último que se supo por las vías oficiales del Municipio fue el 31 de enero pasado. Mediante una resolución de la secretaría de Control había extendido el plazo para la presentación de la documentación requerida para cumplimentar el empadronamiento del Registro de Cuidadores de Vehículos. Éstos debían presentar presentar certificados de buena conducta, del Registro de Deudores Alimentarios Morosos y de discapacidad en el caso que correspondiere.
Para Ceresola, el proyecto presentado busca saber en qué estado está la reglamentación de la ordenanza en cuestión. "(La de los cuidacoches) es una actividad muy difícil de controlar y de organizar. Por un lado, tenemos el trabajo informal de los cuidadores de vehículos; debido a la retracción económica (por la pandemia) muchas más personas han salido a realizar esta labor en las calles de la ciudad. Por otro lado, aparecen cuidacoches quizás 'históricos' de determinadas arterias, que a veces ocasionan muchas molestias hacia los vecinos y los usuarios de dársenas donde rige el Seom", declaró la edila en el recinto.
"No son nuevos los conflictos que existen con los cuidacoches -insistió Ceresola-. En virtud de generar un mejor ordenamiento de las calles de la ciudad, garantizar la seguridad de los vecinos y regularizar la actividad de los cuidacoches que realizan su labor de forma honesta, necesitamos saber en qué estado está la aplicación efectiva de esta ordenanza", subrayó.
Suárez apuntó al funcionamiento en los hechos de la norma. "En lo particular, algunos de nosotros no estuvimos de acuerdo al momento de votarla (en rigor, tanto Suárez como todos los integrantes de su bloque en 2019 se abstuvieron de votar a favor cuando se dio tratamiento de la ordenanza). Sin perjuicio de ello, hicimos el planteo de ver cómo funcionaba la ordenanza (en su aplicación efectiva) para saber si, en efecto, está dando los resultados esperados. Y si no los ha dado, en todo caso habría que revisarla", propuso.