Viernes 3.9.2021
/Última actualización 18:05
Buena noticia. De acuerdo al último reporte del Instituto Nacional del Agua (INA) el río Paraná en Santa Fe alcanzaría a mediados de septiembre un promedio de 1,5 metros de altura. Algo que parecía olvidado en estas tierras “secas” del Litoral del país, donde el imponente curso de agua que desemboca en el Plata permaneció por un largo período por debajo del nivel cero. De hecho todavía se encuentra en ese nivel.
Mala noticia. El incremento de la altura del Paraná será “un suspiro”. Porque luego volverá a descender el nivel de forma abrupta. Y el escenario actual de bajante continuaría al menos hasta fin de año.
“Importante incremento en el caudal descargado desde la alta cuenca” (Brasil y Paraguay), dice en letras rojas el informe del INA. Y es para festejarlo. “Se espera que se sostenga en valores del orden de un 35% más que una semana atrás”, agrega el reporte divulgado en las últimas horas.
Para dimensionar esta gran noticia que significa este repunte, hay que decir que el nivel del río Paraná en Santa Fe permanece en estos días 3,18 metros por debajo del promedio mensual esperable a esta altura del año. Hoy se encuentra en -0,8 metros. Comenzará a repuntar durante la próxima semana por encima del cero, y oscilará entre los 0,05 metros y los 0,45. Pero luego continuará en ascenso hasta alcanzar el 14 de septiembre (hasta allí llega el pronóstico) los entre 1,40 metros y los 1,70 metros de altura en la ciudad de Garay.
Con este panorama, es seguro que los grandes manchones de limos y arcillas que emergieron durante los últimos meses sobre la laguna Setúbal volverán a cubrirse de agua que llegará por el delta del arroyo Leyes desde el río Paraná.
A su vez, con este incremento del caudal de agua dulce se modificaría el sabor del agua potable que extrae Aguas Santafesinas desde el río Santa Fe para abastecer la planta potabilizadora de barrio Candioti Sur, la que abastece a gran parte de la ciudad.
Cabe recordar en ese sentido que el gusto más “salado” que se percibe hoy en el agua potable que sale de la canilla obedece al escaso caudal de agua que ingresa a la Setúbal desde el Paraná, en relación al otro curso de agua que abastece a la laguna, el Saladillo Amargo y Dulce, que es el que le otorga hoy ese sabor. Este último río es mayoritariamente de aguas subterráneas (acuífero) mientras que el Paraná depende más de las lluvias en la cuenca alta (aguas superficiales).
Habrá que ver entonces en qué grado tendrá incidencia este leve y momentáneo repunte del Paraná en el abastecimiento de agua dulce de la planta potabilizadora y, en consecuencia, determinar luego en qué medida se percibirá el cambio del gusto del agua ya potabilizada. Es sólo cuestión de tiempo.
Por último, hay que decir que este repunte del Paraná no se mantendría en el tiempo, ya que se trata de un “repunte acotado de corto plazo”, indica el INA. Luego el nivel del río volvería a descender. Es decir que crecerá sólo “por un rato”, para humectar un poco el suelo.
El alerta por bajante emitido por el INA indica, en tal sentido, que “prevalece una tendencia descendente en todas las secciones del río Paraná en territorio argentino”, y que “continuará predominando en los próximos tres meses”.