-¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
Verónica Eizmendi es Ingeniera en Construcciones. En esta entrevista cuenta su pasión por la profesión y cómo es el trabajo diario. Más participación femenina en espacios laborales y capacitación para no fijarse techos, las claves.
-¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
-Lo que más me gusta es el aprendizaje continuo. Cada proyecto a encarar es un nuevo desafío, cada obra a ejecutar requiere compenetrarse en su materialidad, en su proceso constructivo, en su destino, ampliando constantemente el conocimiento sobre nuevos productos, tecnologías, sistemas, proveedores, etcétera. Es inmenso y muy dinámico el universo de la industria de la construcción.
-¿Cómo hacer para congeniar familia y trabajo? ¿Qué es lo más difícil de lograr?
-Con ganas, esfuerzo, convicción y constancia se puede. Particularmente me costó mucho y no porque tuviera dificultades para hacerlo, si no por tener el peso de un estereotipo impuesto y autoimpuesto que, en cierta época, me generó insatisfacciones en ambos ámbitos. Lo más difícil de lograr es una organización tal que nos de la tranquilidad de tener atención plena en el trabajo sin descuidar la familia.
-Como mujer, en tu profesión ¿te sentís líder de tu equipo de trabajo?
-Lo que siento es un reconocimiento a la experiencia adquirida en 30 años de trabajo, que genera confianza. En este sentido, creo que el hecho de ser mujer no es un aspecto que influya en la relación laboral con mis colaboradores, es algo que se da naturalmente.
-¿Cómo te manejás en una profesión donde hay más hombres que mujeres?
-Personalmente no tengo ni tuve problemas para manejarme en un ambiente predominantemente masculino. Por el contrario, siempre me han tratado con respeto y nunca me he sentido incómoda. De todas maneras, muchas veces he percibido cierto prejuicio o desconfianza hacia el desempeño de la mujer; como que hay que demostrar capacidad para "ganarse" un trato de igual a igual. Y mejor si es sobresaliente.
-Los datos difundidos hasta el momento indican desigualdad en el rendimiento económico entre hombres y mujeres. ¿A esto lo vivenciaste?
-Yo no lo vivencié, pero hay muchas investigaciones de organismos nacionales e internacionales que corroboran la inequidad en las remuneraciones por igual tarea, con idéntica carga horaria y responsabilidad que un varón.
Afortunadamente se está trabajando mucho al respecto, en Argentina y en el mundo. La Cámara Argentina de la Construcción ha creado una Comisión de Genero y Diversidad a nivel nacional y comisiones en cada una de las delegaciones provinciales, donde se esta trabajando activamente con organismos gubernamentales, no gubernamentales y UOCRA.
-¿Qué le recomendarías a las mujeres que quieren elegir tu profesión?
-Les diría que no lo duden, que es una profesión como cualquier otra, que si están convencidas de ello lograrán ejercer y realizarse profesionalmente. También les recomendaría que no se sientan limitadas porque el campo de acción es variado: no necesariamente el único trabajo es el de obra, hay ingenieras jefas de obra, proyectistas, calculistas, investigadoras, generadoras de políticas públicas, gerentes, directivas de empresas, propietarias, entre otros destinos.
-¿Qué podría motivar a una mujer a tener más puestos de liderazgo en una empresa u organización?
-Un factor importante es la capacitación que, entre otras cosas, ayuda a no fijarse techos, a tener la seguridad de poder desempeñarse como líder cómodamente. También es clave la experiencia y el testimonio de otras mujeres, la existencia de políticas que aseguren la no discriminación en las carreras, la incorporación de tecnologías que faciliten la participación y que permitan flexibilidad horaria (home office, por ejemplo).
-¿Creés que es cuestión de tiempo que se pueda lograr una verdadera equidad de género?
-Si fuera sólo cuestión de tiempo, sería a muy largo plazo. Según informes de la ONU se necesitan 275 años para cerrar la brecha salarial mundial entre hombres y mujeres. Es necesario adoptar políticas activas para acortar tiempos, hay que tomar conciencia, tanto hombres como mujeres, de la necesidad de una verdadera equidad de género, y arbitrar medios para que esto ocurra. Es importante la participación activa de todas las mujeres, las que sienten que no pueden, las que lo intentan y las que lograron sus objetivos, participando empáticamente. Y en todos los casos capacitándose para comprender la problemática más allá de la mera percepción