Domingo 26.6.2022
/Última actualización 21:43
Entre los tantos efectos que tuvo la pandemia por Covid-19, sin dudas destaca el protagonismo de las tareas de cuidado. Puertas adentro de los hogares quedaron familias enteras compartiendo horas, días y meses de convivencia, trabajo y estudio. Y en todo ese tiempo hubo que acompañar, sostener y cuidar. "Lo que hizo la pandemia fue hacer visible, yo digo que "nos estalló en la cara", un tema que ya se venía poniendo en agenda en forma paulatina", sostiene Vanesa D'Alessandre, investigadora asociada de Protección Social de Cippec quien estuvo en la ciudad de Santa Fe para participar de la presentación del Registro de trabajadores y trabajadoras de Cuidado, una iniciativa de la Municipalidad de Santa Fe.
En diálogo con El Litoral, la docente universitaria expuso que "si nos remontamos a la historia de cómo los cuidados se pusieron en agenda, tenemos que irnos a los años '60 y los movimientos que empezaron a cuestionar el lugar en el que estábamos las mujeres en esas tareas y en los procesos de reproducción social".
Durante los últimos 30 años ese debate se empezó a acelerar, básicamente por tres causas, señala: "Porque los movimientos de mujeres comenzaron a poner con más fuerza ese tema en agenda, al afirmar sus derechos individuales a estudiar y trabajar a la par de los varones; por la transición demográfica, es decir, la extensión de la esperanza de vida y la reducción de la fecundidad, lo que hizo (y en algunos países ya está sucediendo) que haya más personas para cuidar que personas en condiciones de proveer cuidados, y porque el modelo varón proveedor- mujer cuidadora a tiempo completo ya no es viable económicamente porque es muy baja la cantidad de familias que pueden vivir con un solo salario".
- ¿Qué cambió concretamente con la pandemia?
- Con la pandemia ocurrió que, de repente, la actividad económica remunerada se enlenteció y el trabajo de cuidado se multiplicó; quedó en claro entonces que quienes sostuvieron la vida en la cuarentena fueron las familias. Se confirmó, además, que ese trabajo está naturalizado porque las medidas de contención del virus dieron por hecho que las familias estaban ahí para cuidar. Finalmente, lo que se confirmó fue que -tal como venimos trabajando desde Cippec- tenemos mucha información sobre el funcionamiento de la economía visible pero después de dos años de pandemia no sabemos los efectos que ésta tuvo en las familias. Eso nos muestra todo el camino que nos queda por recorrer.
- ¿Cómo se trabaja para develar esos efectos?
- Estamos impulsando desde Cippec la generación de nuevos indicadores para estimar los costos que tiene la tarea de cuidar para la familia. Trabajamos en la idea de una canasta básica de cuidados que trata de estimar los costos y los insumos que se necesitan para cuidar, pero incorporando dentro de esos insumos la monetarización del trabajo que implica hacer que esos recursos se transformen en cuidado.
En pandemia quedó claro que no teníamos ni indicadores: eso muestra que el cuidado no está aun valorado.
Vanesa D'Alessandre, investigadora del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec). Crédito: Pablo Aguirre- Ese eslogan "no es amor, es trabajo no pago" no es una frase vacía.
- Para nada, A esa frase de Silvia Federici (antropóloga feminista) que es una intelectual italiana que me fascina le agrego que también es amor. Podríamos decir: "No es solo amor, es trabajo no pago". Pero que sea amor no implica que no sea trabajo.
- ¿Cómo se cuantifica el cuidado?
- Hablar del valor de los cuidados tiene muchas dimensiones. Una de ellas es la profesionalización que es lo que el registro (que habilitó la Municipalidad de Santa Fe) está tratando de lograr. El de cuidados es uno de los sectores peor remunerados. El 90 % son mujeres y como se considera que el cuidado es una capacidad natural, se cree que no hace falta desarrollar habilidades específicas. En nuestras sociedades, el trabajo que se valora es el que tiene formación y está certificado. En esto de valorar el cuidado, la formación tiene un doble sentido: la credencial que indica que este trabajo vale y las habilidades propiamente dichas. La profesionalización también es importante porque genera cohesión: como el trabajo de cuidadores generalmente se hace en hogares, están aislados, no tienen ámbitos de socialización como tenemos quienes trabajamos en una institución. El registro es un espacio para reunir y visibilizar al sector.
- Un concepto que se repite es que el cuidado es el trabajo del futuro. ¿Lo es?
- Uno de los temas que está en agenda y ojalá se pueda sostener es la inversión en el sector cuidados que tiene mucho potencial para dinamizar la economía. Porque el trabajo de cuidados no se va a automatizar; tiene una dimensión emocional y afectiva que no va a ser reemplazada por la máquina.
Es un sector que tiene un enorme potencial para dinamizar la economía porque la demanda está insatisfecha. Es uno de los trabajos, más que del futuro, del presente.
Detrás de los "ni-ni"
- Un concepto que cada tanto reaparece es el de los "ni-ni" (ni estudian, ni trabajan) y desde hace poco tiempo se pudo desentrañar que muchos de ellos están dedicados, en realidad, a tareas de cuidados.
- Mi primera publicación sobre "ni-ni" diciendo que eran mujeres que cuidaban fue en 2013. El 70 % de las ni-ni jóvenes son mujeres y la mayoría tienen a cargo tareas de cuidado. Son madres o cuidan hermanos o personas adultas. La pregunta que tendríamos que hacer es por qué se sigue insistiendo en esa categoría que clasifica por la negativa cuestión que, hasta metodológicamente, es absurda y muestra el prejuicio de quien cataloga. Creo que es una categoría que hay que desterrar porque quiere mostrar la desafiliación, la exclusión, la creencia errada de que "ni-ni" son varones que están en una esquina sin hacer nada. Abogo fuertemente por desterrar esa categoría que, sin embargo, vuelve cada tanto.
En realidad, lo que está mostrando ese número es que la mayoría de esas chicas son pobres y no terminó la escuela secundaria. Deberíamos preguntarnos por qué ser madre implica abandonar la escuela, qué apoyo tienen esas chicas para seguir estudiando o para trabajar una vez que son madres. Hay un problema ahí, pero no es el que se quiere instalar.
El aumento de la esperanza de vida plantea un desafío y, a la vez, una oportunidad en la profesionalización y valoración de las tareas de cuidado. Crédito: Mauricio GarínEl Registro Único de Trabajadoras y Trabajadores del Cuidado es un servicio que brinda la Municipalidad de Santa Fe tanto a las personas que requieren de cuidados como a las personas que realizan ese trabajo.
Es un servicio de búsqueda para quienes requieren de cuidadores (infancias, personas mayores, con discapacidad), tanto en ámbito domiciliario como institucionales y, a la vez, abre oportunidades de empleo a aquellas personas que ofrezcan esa actividad.
La inscripción se realiza a través de la página web de la Municipalidad: santafeciudad.gov.ar y en esta primera etapa estará vigente hasta el 30 de junio. Una nueva instancia se abrirá en septiembre y una más en enero próximo.
Está dividido en tres secciones: Cuidado de niños y niñas; Cuidado de personas mayores y Asistentes personales para personas con discapacidad.
Está destinado a toda persona física mayor de edad con educación primaria aprobada, con el mínimo de capacitación o formación exigida; deberá completar la solicitud de inscripción on line (botón Iniciar Trámite en la página de la Municipalidad) y presentar la documentación requerida.
Una vez conformado el registro los vecinos y vecinas de la ciudad que necesiten contratar un trabajador del cuidado podrán acceder a los listados ingresando a: www.santafeciudad.gov.ar.
En cuanto a las capacitaciones, los cursos inician desde este mes en las temáticas: "Cuidadores/as de Adultos Mayores", "Cuidadore/as de Niños, Niñas y Adolescentes", "Capacitación Laboral en Estimulación Temprana", "Auxiliar de Jardín de Infantes" y "Capacitación en cuidados paliativos", entre otros. Tienen cupos limitados y para realizar la preinscripción se debe enviar un correo a capacitaciones.empleo@santafeciudad.gov.ar o concurrir a la Oficina de Empleo (Falucho 2450) de 8 a 17.