Terminal de Ómnibus: aquí había una mesa llena de libros gratuitos
Era un proyecto literario participativo iniciado a fin de año por la gestión municipal anterior. Los viajeros podían llevarse un libro gratis para leer y dejar otro para compartir. Al poco tiempo la mesa quedó vacía, hasta que la retiraron. ¿Qué pasó?
Terminal de Ómnibus: aquí había una mesa llena de libros gratuitos
El proyecto cultural participativo de ofrecer libros gratuitos para viajeros en la Terminal de Ómnibus de Santa Fe iniciado por la gestión municipal anterior hace menos de dos meses atrás no prosperó. Los libros que habían sido dispuestos en dos mesas en el hall central del edificio, para que los viajeros retiren y lean o pasen y dejen otro, al poco tiempo no estaban más. Las mesas habían quedado vacías. Y el nuevo gobierno municipal que asumió en diciembre finalmente retiró las mesas del lugar. Chau libros.
“El viaje de la lectura” era el nombre del proyecto de biblioteca participativa lanzado por el ahora ex intendente, Emilio Jatón, el 3 de noviembre pasado, a pocos días de finalizar su mandato. Fue la primera experiencia de este tipo al menos en la provincia y se repite en otras ciudades latinoamericanas, como Medellín, o europeas, como Madrid o Barcelona. En su comienzo contaba con medio centenar de títulos donados por editoriales, autoras y autores, en la última Feria del Libro local.
Durante. Así habían quedado las mesas vacías, cuando se llevaron todos los libros. Pablo Aguirre.
Eran dos las mesas con libros dispuestas en el hall central de la Terminal para que cualquier persona pueda llevarse un libro y leerlo, sin necesidad de realizar ningún tipo de trámite. Y había comenzado justo antes del inicio de la temporada de vacaciones, cuando la circulación de gente en el edificio es mayor. “La circulación de los bienes culturales como lo son en este caso los libros es una apuesta a la responsabilidad ciudadana, para que vuelvan, pero también a la solidaridad, porque sabemos que mucha gente va a traer libros para engrosar este acervo”, había dicho el por entonces secretario de Cultura municipal, Paulo Ricci.
La lectura diaria desempeña un papel fundamental en el desarrollo intelectual y emocional de las personas. Este hábito no solo amplía el conocimiento sobre diversos temas, sino que también fortalece las habilidades lingüísticas y de comprensión. La lectura constante fomenta la imaginación, estimula la creatividad y nutre la capacidad de reflexión crítica. Además, permite acceder a diferentes perspectivas y culturas, enriqueciendo así la visión del mundo. Al dedicar tiempo a la lectura diaria, no solo se invierte en el crecimiento personal, sino que también se cultiva una mente activa y receptiva, preparada para enfrentar los desafíos de la vida cotidiana con mayor agudeza y perspicacia.
Antes. Así estaban las mesas repletas de libros, el 3 de noviembre pasado. Guillermo Di Salvatore.
De acuerdo a la evidencia sobre lo ocurrido poco tiempo después de instaladas las mesas de libros, aquella responsabilidad ciudadana y la solidaridad -en palabras de Ricci- nunca llegaron. Quienes se llevaron los libros para leer nunca los devolvieron. Ni tampoco ofrecieron otros para los viajeros que pasaron después por la Terminal. Las mesas quedaron vacías, sin nada para ofrecer.
La falta de responsabilidad y solidaridad al no devolver los libros recogidos de las mesas de la biblioteca participativa refleja una actitud que va más allá de un simple descuido. La acción de retener un libro que pertenece a la comunidad es una falta de respeto hacia la propiedad ajena y, además, compromete la posibilidad de que otros lectores disfruten de ese recurso. La biblioteca era un espacio que dependía de la colaboración y la reciprocidad entre sus usuarios, y la negligencia en devolver libros socavó la base de la comunidad. La responsabilidad individual y la solidaridad son pilares esenciales para mantener la integridad de estos espacios y asegurar que todos tengan acceso a la riqueza del conocimiento compartido.
De acuerdo a lo que se informó desde la Municipalidad de Santa Fe ante la consulta de El Litoral, el proyecto se dio por finalizado porque no funcionó.