La reparación del terraplén Garello en Colastiné Norte demandará otro año más
Se trata de un sector erosionado por la fuerza del río que puso en jaque a la defensa costera. La Provincia realiza una gran obra de infraestructura para evitar que vuelva a colapsar, como ocurrió otras veces. Debería estar lista pero surgieron imprevistos. El terraplén defiende de crecidas a gran parte de los barrios costeños del área metropolitana santafesina.
La reparación del terraplén Garello en Colastiné Norte demandará otro año más
Con el nivel del río muy bajo, avanza la obra de reparación del terraplén Garello, que defiende a gran parte de los barrios de la costa del área metropolitana santafesina, a donde viven unos 10 mil habitantes. Dicho terraplén se había desmoronado producto de la erosión que genera el río. Y no fue la primera vez. Fueron varias. Cada vez que colapsó hubo que repararlo. Ahora buscan una solución que pretenden sea definitiva.
Hasta el momento la obra de reparación de la defensa “tiene un avance del 57 por ciento”, según lo informado por la ingeniera en Recursos Hídricos Marcela Reynares, quien es directora de Obras Hídricas de la Provincia. De no surgir imprevistos “debería estar terminada en mayo del año que viene”, dijo.
Guillermo Di Salvatore.
Lo que se ve en el lugar ahora son obreros sobre máquinas que mueven el suelo, compactan, tiran tierra, nivelan, y acomodan todo el terreno para luego colocar mallas protectoras y una protección de hormigón. La zona está vallada y no se puede circular sobre el terraplén, que dicho sea de paso sólo está habilitado para el paso de bomberos y emergencias.
El denominado terraplén Garello fue construido originalmente en el año 1992, cuando se levantaron los principales anillos de defensa de toda la costa. Está ubicado a la altura de la toma de agua, en la confluencia de los ríos Ubajay y Colastiné, en jurisdicción del barrio Colastiné Norte, del distrito de la Costa. Justamente dicha confluencia es la que en épocas de río alto genera la erosión en la defensa y la rompe.
Sin solución
El problema es recurrente. La fuerza del río choca en ese punto contra la defensa y la desmorona. La misma fue reparada en reiteradas oportunidades en 2009, 2011, 2014 y 2016, con refuerzos de hierro y hormigón. Pero siempre se volvió a dañar. Y hace unos años que a ritmo de las sucesivas crecias del Paraná -el Ubajay y Colastiné son afluentes- se viene desmoronando cada vez más.
Guillermo Di Salvatore.
Por sus características naturales, el suelo es arenoso. En esa zona está parcialmente protegido por un sistema de tablestacado de hormigón de 260 metros de largo y un sistema de protecciones de colchonetas de alambre rellenas con piedra, mantas de bloques de hormigón adheridos a geotextil y roca suelta.
Antes del inicio de la reparación, la obra de tablestacado estaba colapsada en un tramo de unos 60 metros. Por ese motivo, hace un par de años atrás se proyectó una nueva solución. Mientras se aguardaba la solución definitiva, en 2021 se reforzó la zona para evitar nuevos desmoronamientos.
Hace un año
En noviembre de 2022 la obra se licitó. Más tarde fue adjudicada a la unión transitoria de empresas UTE Mundo Construcciones S.A. - Pentamar S.A. por un monto de contrato de $ 1.827.065.017,58 -del momento- y un plazo de ejecución de 12 meses. Finalmente comenzó a ejecutarse en mayo del año pasado.
Guillermo Di Salvatore.
Entre mayo y octubre se ejecutó la etapa de dragado sobre la margen izquierda del río Colastiné, aguas abajo del meandro del río, donde se intervino de forma parcial el albardón. El objetivo fue “agrandarle la sección al río (el ancho), para bajar las velocidades (de la corriente) y poder trabajar luego sobre la defensa”, explicó Reynares. “Sabemos que por su naturaleza el río volverá a su situación de equilibrio, en su conformación que tenía antes del dragado”.
“Ahora además favoreció la nueva bajante, por lo que no hay tanta corriente y se puede avanzar con los trabajos”, dijo la ingeniera. El río Paraná medía este jueves 0,90 metros, es decir, un par de metros por debajo de su altura media para la época del año.
Paralización
Entre el cambio de gobierno de diciembre pasado y el pico de crecida del río durante el inicio del verano, la obra estuvo paralizada. Ante el repentino descenso de las aguas se produjeron algunos importantes desmoronamientos en la zona, que se llevaron parte de al menos tres casas linderas a la obra, ubicadas sobre la barranca, por fuera del anillo de defensa.
Guillermo Di Salvatore.
Así las cosas, los tiempos se retrasaron. La obra prevista en 12 meses demandará más tiempo. Al menos otros 12 meses. Recién en febrero se retomaron las tareas y se inició la etapa constructiva del terraplén. En un contexto de crisis el gobierno provincial garantizó los fondos para darle continuidad y completarla, mediante un presupuesto adicional.
“Ya se refuló gran parte del terraplén. Queda pendiente la parte de la toma de agua y hacia aguas abajo”, indicó Reynares. Lo que se está ejecutando es la reconstitución del talud húmedo y protección del terraplén con bloques de hormigón adheridos a geotextil. Esta protección tendrá una longitud de 260 metros, paralelo al curso, y unos 50 metros hacia el centro del río, llegando hasta el talweg (línea que conecta los puntos más bajos de sucesivas secciones transversales de un cauce superficial) del mismo. Las mantas de bloques de hormigón sobre geotextil se colocarán en una superficie de 15.000 m².
Refulado. Toda la zona se llenó de tierra y materiales para luego colocar una malla de protección contra inundaciones. Guillermo Di Salvatore.
También se levantará un muro pantalla de hormigón armado, de 100 metros de longitud, que cubrirá el sector colapsado más una revancha, con una profundidad de 20 metros. Se ejecutarán 153 pilotes de hormigón de 80 centímetros de diámetro, de una longitud de 19,50 metros.
Problemas con la toma de agua
“Tenemos un problema porque cuando se licitó la obra no se contempló la presencia de la toma de agua de Aguas Santafesinas (ASSA). Esto nos alteró el diseño de la obra”, dijo Reynares. “Estamos buscándole la vuelta para diseñar la protección contemplando la presencia de la toma. Esto nos generó retrasos en las definiciones”.
Guillermo Di Salvatore.
Además, “cuando se trabaje sobre la zona de la toma de agua habrá que cortar el servicio. Ya lo hablamos con la gente de ASSA para tener todo listo y que ese corte sea el menor tiempo posible”, anticipó Reynares.
La toma de agua en el río Colastiné es una de las dos que tiene ASSA para abastecer la planta potabilizadora que suministra agua potable a toda la ciudad de Santa Fe. La otra toma se encuentra ubicada sobre el río Santa Fe, aguas abajo del club Azopardo.
Refulado. Toda la zona se llenó de tierra y materiales para luego colocar una malla de protección contra inundaciones. Guillermo Di Salvatore.
Una vez resuelto el punto crítico de la toma de agua, “falta colocar la protección (con la manta geotextil) sobre el refulado (de tierra), de unos 50 metros de largo. Y ya se está armando la cancha para hormigonar in situ los bloques que irán sobre la misma”, detalló la ingeniera.
Por último se armará el denominado “muro colado” de hormigón armado que defenderá todo el sector. Y “estamos definiendo cómo será la transición sobre el final de la obra, aguas abajo, y la margen del terraplén; algo que no estaba definido”, apuntó la funcionaria.
Refulado. Toda la zona se llenó de tierra y materiales para luego colocar una malla de protección contra inundaciones. Guillermo Di Salvatore.
-¿Esta obra es definitiva o será necesaria otra obra complementaria?-consultó El Litoral, que se hizo eco de la preocupación latente de muchos de los vecinos de la zona, los que vieron desmoronarse el terraplén varias veces.
-Una vez que esté colocada la protección no debería haber nuevos problemas -sentenció Reynares.