Domingo 5.12.2021
/Última actualización 12:23
Motos, autos, camiones, colectivos, bicicletas y hasta monopatines eléctricos circulan por las calles santafesinas. La falta de señalización, las calles en mal estado y, sobre todo, la falta de responsabilidad individual a la hora de conducir estos vehículos, están convirtiendo a los accidentes de tránsito en una pandemia difícil de controlar.
Conductores alcoholizados, alterados, apurados, sin casco, con el celular en la mano, tomando mate y hasta sin conocimiento de las reglas viales básicas son algunas de las situaciones que se observan al volante en la ciudad de Santa Fe. Estas variables, sumadas a la cantidad de autos que transitan, hacen que en pocos segundos sean los médicos quienes quedan al frente del volante. Pero no de un vehículo, sino de una vida.
Tal es así que por día en Santa Fe se registra un promedio de 13 ingresos al Hospital José María Cullen por accidentes de tránsito. Es el dato que aportó su director, el doctor Juan Pablo Poletti, en diálogo con El Litoral. Pre pandemia y post pandemia de coronavirus, la cifra se mantuvo estable. Y tanto desde el lado sanitario como de quienes ponen su esfuerzo en la concientización y en la educación vial, buscan que disminuyan.
Lo más preocupante de la cantidad diaria de accidentes son los casos de emergencia. De los pacientes que ingresan al hospital por esta causa, uno o dos están en grave estado y requieren una atención especializada de todo el personal de salud, que debe descuidar otras tareas para lograr salvar esas vidas.
Poletti calificó a la accidentología como un "flagelo" que, en muchos casos, deja secuelas irreversibles o muy complicadas en las víctimas. Durante la pandemia, la casuística de accidentes disminuyó de entre 360/400 por mes a 60 ingresos al hospital. Sin embargo, al levantarse las restricciones de circulación, los números se volvieron a disparar a los parámetros normales.
Basta con salir a la calle para ser testigo de un montón de inconductas ciudadanas que ponen en riesgo la vida propia y la de otros. "Los santafesinos somos, como los argentinos en su totalidad, muy adeptos a no cumplir la norma, la anomia social es muy grave", sentenció el subsecretario de Agencia Provincial de Seguridad Vial (APSV), Osvaldo Aymo.
La seguridad vial "interpela a todas las sociedades del mundo para ver cómo desarrollamos en el ámbito complejo de la vía pública lo que habitualmente desarrollamos en otros ámbitos", dijo Aymo. Esto significa que la vía pública "no es un compartimento estanco: si yo no te respeto a vos como compañero en mi lugar de trabajo, los chicos en las escuelas, o en nuestras distintas actividades, es muy distinto que después sea respetuoso en la vida", reflexionó el subsecretario. Es parte del desafío que tiene cada ciudadano, como integrante de una comunidad.
Entre el 75% y el 80% del total de los siniestros viales que se producen en esta capital, participa al menos una moto. Pero ese no es el único inconveniente de estos vehículos. La falta del uso del casco y el poco respeto a los semáforos, señalizaciones y sentidos de las calles son otros factores difíciles de controlar en los motovehículos, que terminan generando accidentes. En el caso de los accidentados que iban sin casco, terminan en terapia intensiva con respirador y grandes secuelas, mientras que aquellos que usan casco suelen tener golpes leves y no sufrir secuelas graves, según cuenta el doctor Poletti. En Santo Tomé, se logró con las concientizaciones bajar del 60% al 30-20% el número de personas que circulan en motos sin casco.
Desde la Municipalidad de Santa Fe se lleva adelante desde hace algunos años un programa de concientización sobre educación vial que busca llegar a los adolescentes y niños. En 2019 comenzó la visita a escuelas y merenderos para lograr, a través de la temprana educación vial un cambio a futuro.
Tras un año difícil por la pandemia en 2020, este 2021 se retomó el proyecto y ya se llevaron adelante más de 100 charlas. El ciclo se realiza pensando en el futuro vial santafesino, pero sabiendo que es una problemática actual e intentando, a través de los más chicos, llegar al resto de la familia.
Luis Cetraro. Dato alarmante. Entre el 75% y el 80% del total de los siniestros viales que se producen en esta capital, participa al menos una moto.Dato alarmante. Entre el 75% y el 80% del total de los siniestros viales que se producen en esta capital, participa al menos una moto.Foto: Luis Cetraro.
Según Pablo Crippa, subdirector ejecutivo de Capacitación y Educación Vial de la Municipalidad de Santa Fe, la accidentología es el factor por el que más jóvenes de entre 18 y 35 años fallecen en la actualidad, y es por eso que se necesita una capacitación para mejorar la convivencia vial.
Desde el Departamento de Educación y Seguridad Vial del municipio local, Lidia Ivontur da charlas para los más chicos de modo dinámico, didáctico y con juegos para que aprendan divirtiéndose. Si bien destaca que es difícil concientizar en ciertos puntos clave como el uso del casco en las motos, aclara que ve buena aceptación de las capacitaciones. "(Los chicos) nos cuentan que cuando hay un error vial de los papás ellos se lo comentan. Son transmisores hacia su familia", expresó Lidia Ivontur en diálogo con El Litoral.
Es costumbre en las calles santafesinas ver pintadas estrellas amarillas con nombres o alguna fecha particular. Esta iniciativa se replica en otras provincias también y una de las fundadoras de la organización en Santa Fe explicó a El Litoral que significado tenían. "Cada familia que desea pintar una estrella transforma su dolor en amor hacia otras personas", es la frase que utiliza Carina Insgraciotta para describir la importancia de este símbolo. Estas estrellas pintadas señalan que esa vida se podría haber salvado, sirven para concientizar. Estrellas amarillas busca visibilizar que el 90% de los siniestros viales pueden prevenirse tomando las medidas necesarias y educando sobre seguridad vial.
Santo Tomé, mismo problema
La situación no cambia al cruzar el puente carretero hacia Santo Tomé o el túnel subfluvial hacia Paraná. El parque automotor ha crecido en los últimos años y la cantidad de vehículos en la calle es excesiva.
En Santo Tomé también se retomaron las charlas de concientización de seguridad vial para niños y adolescentes. Sin embargo, a pesar de la buena recepción, interés y participación de los jóvenes en las capacitaciones, uno de los grandes problemas es la falta de responsabilidad de los padres en base a la educación vial.
El ciclo de charlas en Santo Tomé, que hace hincapié en el uso del casco, respetar la velocidad, el sentido de las calles y el semáforo, usar el cinturón de seguridad, la idea del conductor designado y la posibilidad de que los jóvenes sean agentes comunicadores entre amigos y familias, se ve perjudicado por los propios padres que rompen todas las reglas viales cuando buscan a sus hijos en el colegio o los llevan a algún lado. Además, existen casos donde chicos de 15-16 años reciben una moto de regalo por parte de sus padres, aún sabiendo que a esa edad es ilegal manejar este tipo de vehículos.
Así lo narraban a El Litoral, Virginia Monzón, directora de Seguridad Ciudadana y policía municipal de Santo Tomé y María Cristina Ríos, coordinadora del programa "Elegí la vida" de la Municipalidad de Santo Tomé.
También remarcaron la imperiosa necesidad de una vía de comunicación alternativa al Puente Carretero para agilizar el tránsito entre Santo Tomé y Santa Fe, ya que el crecimiento del parque automotor desde la creación del puente ha sido muy alto y la congestión diaria del tráfico allí hace que los conductores pierdan horas intentando cruzar.