De la Redacción de El Litoral
area@ellitoral.com
Los vecinos de Zeballos al 3000 intentaron rescatarlo del maltrato.
De la Redacción de El Litoral
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La que sigue es la penosa historia de un caballo que tiraba un carro de basura, ocurrida anoche en barrio Belgrano, de nuestra ciudad.
El caballo en cuestión cayó fatigado al suelo, cerca de las 20, cuando tiraba el carro en el que además de basura viajaba una familia.
Fue entonces cuando se acercó al lugar un grupo de vecinos que intentó socorrer a la familia, que se encontraba en perfecto estado, y al indefenso animal que estaba en el suelo con signos de agotamiento.
El hecho ocurrió al frente del teatro La Abadía. Su director, Walter Alemandi —que además vive allí—, fue uno de los vecinos que se acercó solidariamente a asistir al animal. Luego de participar en las tareas, más tarde, quiso compartir lo vivido en su cuenta de Facebook. Y aquí está su relato:
“A las ocho de la noche del miércoles 5 de abril en Estanislao Zeballos al 3000 un caballo que tiraba de un carro cargado excesivamente y ante una brusca maniobra de su conductor resbalo sobre sus patas traseras y cayó al suelo, soportando el peso del carro sobre su parte trasera. Era evidente el dolor que sufría el indefenso animal.
Un grupo de vecinos fuimos en su ayuda, levantando las lanzas a las cuales esta atado el caballo y pidiéndole al dueño que lo liberara de sus ataduras. Ante nuestra sorpresa, no sólo no colaboró sino que comenzó a castigar al animal para que se incorporase, cosa que era a todas luces imposible.
Esta actitud deplorable desató la ira de algunos de los que estaban ayudando. El conductor se retiró del lugar cobardemente, dejando solas a su compañera y dos criaturas pequeñas, aduciendo que iba a buscar un veterinario. Nunca más regresó.
Mientras el caballo era liberado, se había generado una larga cola de vehículos, ya que el carro obstruía la calzada.
En ese momento se hace presente un móvil policial que ordena el tránsito y nos instruye del procedimiento a seguir: contactarse con la organización SOS CABALLOS para que el animal quede bajo sus cuidados e ir juntos con la mujer en busca del propietario del caballo para ‘pintarle los dedos‘ por maltrato animal.
Mientras esto ocurría, el caballo seguía tirado en el pavimento con evidentes signos de cansancio y dolor, sin atinar a incorporarse.
Alrededor de las nueve de la noche se hace presente Julia de SOS CABALLOS brindándole los cuidados básicos y haciéndonos saber que el trailer que ellos poseen está siendo ocupado en rescatar una yegua preniada que se había caído en Blas Parera al 8800 en circunstancias similares y que esto les iba a demandar un tiempo considerable.
Muchos vecinos se habían arrimado para ofrecer ayuda o simplemente acariciar al animal caído y esperar todos juntos que esta historia concluya felizmente, ya que el caballo había comenzado a reaccionar y a comer algunos alimentos que acercaban los vecinos.
Se hace presente el veterinario policial y simplemente con una rápida mirada, dictamina que el caballo está en perfectas condiciones, llena una planilla y ante el estupor de todos los presentes se retira junto a todos los demás policías, aduciendo que su labor estaba cumplida. El animal apenas se podía tener en píe y era evidente su dolor al intentar caminar. Ni los pedidos, ni los gritos modificaron la decisión.
Y allí nos quedamos, sin saber qué hacer, con el sabor amargo de la impotencia y la injusticia. Nos sentimos engañados.
La mujer del dueño del caballo seguía entre nosotros ya que la policía no se hizo cargo de llevarla hasta el domicilio donde se encontraba su pareja, para cumplir con el procedimiento prometido.
La gente de SOS CABALLOS nos hace saber que esto es moneda corriente en este tipo de incidentes y que ellos pueden intervenir en favor del animal, sólo si el informe del veterinario policial es desfavorable.
Ante la certeza que al otro día el caballo estaría nuevamente soportando tan injusto trato, un grupo de indignados vecinos prende fuego al carro y su cargamento. Eran las once de la noche. A lo lejos se podía divisar a una mujer sola, caminando junto a un caballo que rengueaba”.
A las ocho de la noche del miércoles 5 de abril en Estanislao Zeballos al 3000 un caballo que tiraba de un carro cargado... Posted by Walter Alemandi on miércoles, 6 de abril de 2016