Redacción El Litoral
Según un estudio realizado en 2016 por la UTN, el 50% del gas que se consume en la ciudad se destina a uso residencial. El Litoral dialogó con el ingeniero José Luis Torres, quien brindó recomendaciones para no pagar de más.
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El aumento en las tarifas es un tema que preocupa a todos. A menos de dos meses para la llegada del invierno, el consumo de gas significa para muchas familias un fuerte impacto en la economía del hogar, si no se logra racionalizar. Frente a esta problemática, José Luis Torres, magíster en Ingeniería de Sistemas de Control y docente del departamento de Ingeniería Eléctrica de la Facultad Regional Santa Fe (UTN), explicó cómo utilizar el gas con eficiencia y lograr un ahorro en las boletas.
“Es necesario tomar conciencia sobre el uso racional de los recursos energéticos, y en este sentido los cambios de hábitos de consumo son muy importantes”, sugirió el especialista.
En un hogar se pueden tomar medidas básicas para reducir el consumo de gas. Por ejemplo, en invierno calefaccionar sólo los ambientes que se están utilizando, apagar el piloto de los artefactos que no se usan, no utilizar hornallas u hornos para calefaccionar ambientes y cerrar puertas y ventanas en ambientes comunes cuando está encendido el sistema de calefacción.
“Cuando utilizamos gas para calentar agua, es preferible bajar la temperatura de los equipos que generan agua caliente, antes que recurrir a la mezcla agua caliente y agua fría. Bajar 1º el termostato puede generar un ahorro del 10%. Otras opciones a considerar son reducir el tiempo en la ducha, utilizar cañerías que eviten la pérdida de calor en el pasaje del agua caliente y efectuar la revisión y mantenimiento de los equipos calefactores”, consideró el especialista.
El porcentaje de gas que se destina en calefacción y agua caliente en la ciudad es un dato que no está discriminado. “Se podría estimar respecto del consumo residencial anual un 55% para calefacción y un 30% para el calentamiento de agua. El 15% restante sería para cocción de alimentos”, observó el ingeniero.
A la hora de adquirir un artefacto que consume gas, en todos los casos se debe tener en cuenta el etiquetado de eficiencia energética (clases A hasta F, en orden de mayor eficiencia a menor eficiencia), seleccionando el más eficiente.
Torres indicó que se debe promover no sólo el uso racional de la energía sino también la utilización de energías renovables como fuente para disminuir el consumo de recursos no renovables. Un ejemplo claro es la utilización de calefones solares para el calentamiento del agua, que reemplazan la utilización de gas o la electricidad como recurso.
Eficiencia energética
En la ciudad de Santa Fe, la distribución del consumo de gas por tipo de usuario, está distribuida en un 50% para uso residencial, 29% para GNC, 10% para uso comercial e industrial y 10% para grandes usuarios, según un estudio realizado por la Facultad Regional Santa Fe (UTN), a través de un proyecto de investigación dirigido por la Dra. Ana Rosa Tymoschuk y el Mg. Ing. José Stella.
En la provincia, este recurso energético constituye más del 45% de la matriz energética —según un relevamiento realizado hace diez años, durante la gobernación de Hermes Binner, que es el último que se hizo— esto puede ser atribuido a los beneficios que tiene en relación con el costo, la continuidad en el suministro, la reducida emisión de dióxido de carbono y las ventajas técnicas, económicas y ambientales para proveer la energía térmica intensiva que requieren casi todos los procesos productivos e industriales orientados a agregar valor a las materias primas.
Un estudio publicado por la Cámara Argentina de la Construcción —llamado “El gas natural en la Argentina, propuestas 2016-2025”—, que elaboraron Salvador Gil, Pablo Givogri y Luciano Codesiera, consideró que en la Argentina no se trabajó demasiado sobre el consumo eficiente del gas.
Al respecto, el ingeniero Torres opinó que la realidad energética nacional y mundial “obliga al Estado a tomar cartas en el asunto. Deben realizarse campañas intensivas y permanentes de concientización efectiva no sólo por parte del Estado nacional y provincial, sino también de los municipios. Las instituciones educativas públicas y privadas también deben formar parte del plan de difusión y concientización”, recomendó.
Discusión en el ámbito académico
La UTN implementa dentro sus carreras el concepto de valoración de los recursos energéticos en la enseñanza de cada uno de los sistemas o procesos productivos. Además, participa en la Comisión Multisectorial para la Promoción y Ejecución de Políticas Energéticas Locales (Compel), que funciona dentro del Consejo Municipal (Ordenanza N° 11.782/11) y nuclea a diferentes actores, entre ellos la Secretaria de Energía.
La comisión tiene entre sus objetivos la tarea de sensibilizar a la comunidad, a través de jornadas abiertas, sobre la necesidad de definir e implementar políticas energéticas locales.